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El hombre lobo canario que descendía de los guanches e inspiró 'La bella y la bestia'
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El hombre lobo canario que descendía de los guanches e inspiró 'La bella y la bestia'

Pedro González, o Petrus Gonsalvus, como lo rebautizó el rey francés Enrique II, probablemente fue uno de los hipertricóticos más famosos de la historia

Foto: Imagen: Rocío Márquez.
Imagen: Rocío Márquez.
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La hipertricosis es una enfermedad muy poco frecuente, caracterizada por un brutal exceso de vello, tanto en longitud como en amplitud. Los que la padecen tienen todo su cuerpo, todo su rostro, las palmas de las manos y las plantas de los pies, revestidas de pelo. Este pelo puede crecer sin parar si no es afeitado hasta una longitud de casi 30 centímetros. Sí, es obvio: también se le conoce como el 'síndrome del hombre lobo'.

Pedro González, o Petrus Gonsalvus, como lo rebautizó el rey francés Enrique II, probablemente fue uno de los hipertricóticos más famosos de la historia. Nacido en Tenerife en 1537, fue captado por el monarca a sus 10 años, que veía en él un fascinante espécimen, pero también un ser humano y no una bestia, como podían pensar algunos de sus coetáneos. Fue instruido en latín y en humanidades, en gramática y retórica, en música y en geometría, y el monarca le proporcionó trabajo como 'servicio de boca del rey', bien pagado y no especialmente estresante, ya que consistía en hacer de anfitrión, supervisar los banquetes y echar un ojo a la cocina real.

placeholder Retrato de Pedro González en el Castillo Ambras (Innsbruck, Austria).
Retrato de Pedro González en el Castillo Ambras (Innsbruck, Austria).

El propio Pedro González explicó a Enrique II que era descendiente de un 'mencey guanche', es decir, de un jefe tribal en la isla. Un enviado diplomático italiano describió al rebautizado en latín con las siguientes palabras, a su llegada a la corte francesa: "Su cara y su cuerpo están recubiertos por una fina capa de pelo, de unos cinco dedos de largo y de color rubio oscuro, más fina que la de la marta cibelina, y de buen olor, si bien la superficie de pelo no es muy espesa, lo que permite apreciar los rasgos de su cara".

La vida se portó bien con González, a pesar de sus peculiaridades físicas, que en otras circunstancias le habrían garantizado un destino aciago. Desde luego, mucho mejor que con Joseph Merrick, 'el Hombre Elefante'. Pasó 44 años en Francia, durante los cuales se casó en un matrimonio concertado con una bella parisina llamada Catherine y que, presumiblemente, formaba parte de las damas de compañía de Catalina de Médicis. Con ella tuvo seis hijos, algunos de los cuales compartían la hipertricosis de su progenitor: un cuadro representa a su hija Antonietta, pintada por Lavinia Fontana, con la misma mata de vello facial que su padre. Esa misma imagen, la que ha llegado hasta nuestros días de González, se puede ver hoy en el Castillo Ambras, en Innsbruck (Austria).

Gonsalvus y Catherine terminaron sus días en Italia, después de ser cedidos al duque de Parma Octavio Farnesio, donde probablemente fue obligado a trabajar en la corte, pero como bufón, hasta que consiguió recuperar su honor. El 'hombre lobo', como lo siguen denominando décadas después, fue excepcional no solo por su condición, sino también por su longevidad para la época: unos sorprendentes y tal vez felices 80 años. Pero vivió mucho, mucho más, hasta la eternidad, al inspirar 'La bella y la bestia', un relato escrito en 1720 por Gabrielle-Suzanne Barbot y recuperado años más tarde por Jeanne-Marie Leprince de Beaumont. Y, siglos más tardes, por la Disney del canto del cisne de principios de los años noventa.

Quien quiera conocer más sobre Gonzalo, puede recurrir a ' Petrus Gonsalvus, mi vida entre lobos', escrito por el periodista e investigador Enrique Carrasco, de la Universidad Europea de Canarias. Otra fuente histórica es ' El salvaje gentilhombre de Tenerife', de Roberto Zapperi. Y quien prefiera sumergirse en el lado más misterioso de su existencia, hacer lo propio con ' Ponte en mi piel' de Enma Lira, que narra desde un punto de vista más romántico las andanzas del guanche misterioso. O simplemente, recurrir una vez más al séptimo arte y volver a ver 'La bella y la bestia'. Pero, a poder ser, que sea la de Jean Cocteau, por favor.

La hipertricosis es una enfermedad muy poco frecuente, caracterizada por un brutal exceso de vello, tanto en longitud como en amplitud. Los que la padecen tienen todo su cuerpo, todo su rostro, las palmas de las manos y las plantas de los pies, revestidas de pelo. Este pelo puede crecer sin parar si no es afeitado hasta una longitud de casi 30 centímetros. Sí, es obvio: también se le conoce como el 'síndrome del hombre lobo'.