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Caza de quinta generación

Ucrania colabora en la construcción de un nuevo caza 'invisible' turco

Ucrania participará en el desarrollo del TF-X, el nuevo caza turco de quinta generación que ya está en las últimas fases de su construcción y que puede hacer su vuelo inaugural en 2023

Este es el primer prototipo de TF-X. (TAI)

La empresa estatal turca, Turkish Aerospace Industries (TAI), ha compartido unas fotos que demuestran que ya tienen listo el primer prototipo de su futuro caza de quinta generación, el TF-X. El proyecto cuenta con el apoyo de la compañía ucraniana FED que participa aportando decenas de millones de dólares en componentes y personal técnico. Las nuevas fotos muestran su avanzado estado de desarrollo y, aunque se espera su vuelo inaugural durante este año, las primeras unidades no llegarán hasta 2030.

Turquía sigue aumentando su capacidad militar aérea. Además de los drones de la compañía Baykar que se han hecho famosos durante la invasión rusa de Ucrania, también están desarrollando el TF-X y nuevos helicópteros de combate ATAK-II, ambos con el apoyo de económico y técnico de la compañía aeroespacial FED, con sede en Jarkov, que ya tiene tres contratos de este tipo firmados con empresas turcas.

"Dos contratos son de helicópteros. Además, participamos en el programa TF-X (Turkish Fighter Experimental). Es un avión de quinta generación, un caza. También es un trabajo enorme, con plazos muy cortos. Es importante seguir con el desarrollo previsto y esto significa que estamos cargando al máximo a nuestros ingenieros, tecnólogos y equipo de producción", dijo Victor Popov, presidente del consejo de la FED. "En total, estos contratos ascienden a más de 20 millones de dólares".

Cómo es el TF-X

El proyecto TF-X se inició en 2010 y TAI trabaja a marchas forzadas para cumplir su ambicioso calendario que quiere tener las primeras unidades listas para 2030.

El nuevo caza turco avanzado recuerda al F-22 Raptor, aunque no hay detalles concretos sobre muchas de las capacidades del avión. Esto incluye su grado de invisibilidad, uno de los grandes objetivos del proyecto.

Un sistema de sensores único. (TAI)

Aun así, las nuevas imágenes del TF-X dan pistas de cuál será su configuración final. Según el análisis de las fotos que ha realizado medio especializado The War Zone, este caza de nueva generación parece tener un sistema de sensores de búsqueda y seguimiento por infrarrojos (IRST) situado en la parte superior del morro, delante de la cabina, y un sistema de puntería electroóptico polivalente, o EOTS, situado debajo del fuselaje delantero.

Según el medio estadounidense, esta disposición es única entre los diseños de aviones de combate avanzados que se han visto por ahora y podría ofrecer importantes ventajas. Su objetivo principal es ayudar a proporcionar una visión más fiel de los objetivos a distancias cortas, que puede usarse tanto para el ataque en tierra como en el mar. También servirán para llevar a cabo tareas más generales de vigilancia y reconocimiento o, simplemente, para proporcionar al piloto un mayor conocimiento de la situación. Además, que los IRST y los EOTS estén separados también ayudará a mejorar el escaneo y rastreo de objetivos a distancias más largas.

Su gran problema, el motor

El avión supuestamente ha superado con éxito una prueba de rodaje en tierra, sin embargo, a pesar de las imágenes de su cola, no está claro cómo serán sus motores. The War Zone apunta a una de las variantes de la serie F110 de General Electric, por el parecido que tienen sus toberas de escape con las que se ven en las imágenes.

El TF-X pude llevar una variante del motor F110 de General Electric. (TAI)

Pero la tensión entre Turquía y EEUU en los últimos años —que llevó a la expulsión de los turcos del programa F-35 Joint Strike Fighter por comprar misiles tierra-aire S-400 de fabricación rusa— ha hecho que el plan sea fabricarlos en casa. Los turbofanes del F110 ya estaban siendo ensamblados bajo licencia en Turquía por TUSAS Engine Industries (TEI), lo que les da la experiencia de sobra para su producción doméstica.

Ankara está buscando también alternativas. En el pasado se planteó asociarse con la compañía británica Rolls-Royce, pero el acuerdo fracasó por miedo a problemas de transferencia de tecnología y derechos de propiedad intelectual. Otra de las opciones sobre la mesa era usar un motor de fabricación rusa, algo que desde la invasión de Ucrania parece complicado tanto a nivel político como práctico por las sanciones que se han impuesto sobre Moscú y que tienen atenazada a su industria militar y aeronáutica.

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