Cómo puede tu empresa bonificar la formación de los empleados

Inglés, ofimática, dirección y gestión bancaria… En un mundo laboral cada vez más competitivo, la formación continua sigue ganando posiciones en la estrategia de las empresas. La buena noticia es que todas las que coticen por formación profesional pueden contar con una ayuda económica para formar a sus trabajadores, que se obtiene como bonificación en las cuotas de la seguridad social.

¿Aprovechan esta ayuda las pymes españolas? Según el último informe de Fundación Fundae, parece que no del todo. Las de menor tamaño son las que más se resisten: solo el 15,5% de las microempresas de hasta nueve trabajadores acceden a esta ayuda. A medida que aumenta el tamaño, crece el porcentaje, alcanzando el 50,7% de las que tienen entre 10 y 49 trabajadores; el 82,1% si comprende entre 50 y 249 trabajadores; y el 91,7% de las grandes compañías con más de 250 empleados.

Solo el 15,5% de las microempresas de hasta nueve trabajadores en España acceden a la formación bonificada

¿El motivo? "La falta de conocimiento", según reconocen desde Grupo Albatros, que cuenta con una red de 4.000 asesorías laborales colaboradoras repartidas por todo el territorio nacional: "Ellas son las principales impulsoras de la formación bonificada y de los contratos de formación en alternancia, informando a las empresas de estas dos vías de acceso a la formación para empleados".

Todavía queda un largo recorrido, aunque la proyección que vaticina la firma es positiva: “Es viable que se duplique el número de microempresas que accedan a la formación bonificada en cinco años, pasando de las 168.000 actuales a más de 300.000. Y las asesorías colaboradoras van a jugar un papel clave”.

Beneficios para las empresas

El uso de estas dos fórmulas que lideran las bonificaciones en seguros sociales “tiene un impacto positivo tanto en el mercado laboral español como en las propias empresas”. En concreto, Grupo Albatros resume los beneficios para las pymes en seis puntos claves:

- Alineamiento con las tendencias tecnológicas. La revolución digital ha transformado tanto la manera de operar de las empresas como el desarrollo profesional de los trabajadores. “La capacitación en nuevas herramientas tecnológicas como la inteligencia artificial, el big data o la ciberseguridad no solo fomenta la innovación, sino que garantiza que los empleados puedan navegar con destreza en un entorno laboral cada vez más digitalizado.

- Aumento de la Competitividad. Frente a una competencia cada vez más feroz, “las empresas deben adoptar estrategias que les permitan destacar en el mercado, porque una fuerza laboral bien formada puede significar la diferencia entre liderar el mercado o quedarse atrás”. Por eso, precisamente, “la formación continua ofrece a las organizaciones una ventaja competitiva al garantizar que cuentan con los profesionales más capacitados, que podrán aportar soluciones innovadoras y adaptarse a los cambios”.

- Desarrollo de habilidades blandas. A pesar de la creciente dependencia de la tecnología, las habilidades blandas, como el liderazgo, la comunicación efectiva y el pensamiento crítico, siguen siendo esenciales. “La formación debe ir más allá de lo técnico, desarrollando también estas competencias que promueven una cultura de colaboración y adaptabilidad”.

"Al promover la educación continua las empresas no solo incrementan su capital humano, sino que también fomentan la retención del talento"

- Retención del talento. Los trabajadores contemporáneos valoran las oportunidades de desarrollo personal y crecimiento profesional. Por eso, “al promover la educación continua las empresas no solo incrementan su capital humano, sino que también fomentan la lealtad y retención del talento, creando un ambiente laboral enriquecido y motivador”.

- Responsabilidad social corporativa. Al invertir en formación, “las empresas no solo benefician a sus empleados y a sí mismas, sino también a la sociedad en general. Contribuyen al desarrollo de profesionales más preparados, capaces de abordar desafíos complejos y contribuir a la economía del conocimiento”.

- Una inversión en el futuro. El compromiso con la formación continua también es una inversión en el futuro. “Facilita la anticipación a los cambios del mercado, permitiendo una adaptación proactiva más que reactiva, y asegurando una posición sólida en el mercado a largo plazo”.

Para muchas empresas, la formación continua de sus empleados no es solo una necesidad, sino una inversión estratégica. Sin embargo, según Grupo Albatros, "las barreras económicas y logísticas pueden suponer un obstáculo. Es aquí donde las asesorías laborales entran en juego, identificando y proponiendo soluciones que se adapten a las necesidades específicas de cada empresa. En este sentido, cubrimos las ocupaciones más demandadas del mercado laboral, dando cobertura a los principales sectores económicos".