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Por qué los bebés se frotan los ojos con los puños (y cuándo preocuparse)
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UNA INCÓGNITA A DESPEJAR

Por qué los bebés se frotan los ojos con los puños (y cuándo preocuparse)

Se trata de un comportamiento recurrente en los primeros años de vida, y aunque luego en nuestra vida adulta también nos rasquemos los ojos, cuando somos pequeños tiene una serie de particularidades

Foto: Foto: iStock.
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Las razones por las que los bebés se frotan los ojos al sentirse cansados ha sido un tema de interés tanto para padres como para expertos. Este comportamiento, a primera vista simple, encierra una serie de explicaciones que entrelazan la fisiología y la psicología infantil. Los expertos señalan que esta acción podría estar vinculada a la fatiga visual y la necesidad de mantener la hidratación ocular ante el agotamiento.

Según especialistas en pediatría y oftalmología, el acto de frotarse los ojos responde a una necesidad básica de alivio muscular y de lubricación de la superficie ocular. En el día a día, los niños dirigen su atención visual hacia múltiples estímulos, lo que genera un esfuerzo constante en los músculos oculares. Este esfuerzo, acumulado a lo largo del día, requiere de un momento de descanso, que instintivamente buscan al frotarse los ojos.

El parpadeo juega un papel crucial en la salud de nuestros ojos, al distribuir las lágrimas de manera uniforme sobre la superficie ocular y renovar las tres capas que componen el sistema lagrimal. Estas capas, formadas por mocos, agua salada y una capa oleosa, evitan la evaporación del líquido lagrimal. Sin embargo, la concentración en tareas visuales y el cansancio disminuyen la frecuencia del parpadeo, provocando sequedad y molestias oculares.

A pesar de que frotarse los ojos pueda parecer inofensivo, es crucial tener en cuenta que una práctica excesiva puede acarrear consecuencias

Además, el acto de frotarse los ojos puede tener efectos sobre el sistema nervioso, como explican en un reciente artículo de Live Science. La estimulación de los nervios trigémino y vago, conectados con los ojos y el resto del cuerpo, respectivamente, puede influir en la disminución de la presión sanguínea y la frecuencia cardíaca, generando una sensación de relajación. Aunque este fenómeno podría explicar el alivio que se siente al frotarse los ojos, algunos especialistas advierten sobre los riesgos de una estimulación excesiva, que podría derivar en problemas más graves como la bradicardia o incluso un paro cardíaco.

¿Y si se frota demasiado?

A pesar de que frotarse los ojos pueda parecer un gesto inofensivo, es crucial tener en cuenta que una práctica excesiva puede acarrear consecuencias negativas para la salud visual. Entender y atender las necesidades de descanso y cuidado ocular de los más pequeños es fundamental para su bienestar general. Al observar este comportamiento en los niños, no solo identificamos una señal de que requieren reposo, sino que también comprendemos mejor la complejidad de su interacción con el mundo que les rodea.

Foto: Paola Roig, en una imagen reciente. (Anna Grau/Cortesía)

En conclusión, la acción de frotarse los ojos en los niños responde a una amalgama de necesidades físicas y reacciones neurológicas. Este gesto, tan cotidiano, es en realidad un mecanismo complejo que revela la intrincada relación entre nuestro cuerpo y nuestro entorno, destacando la importancia de cuidar nuestra salud ocular desde las etapas más tempranas de la vida.

Las razones por las que los bebés se frotan los ojos al sentirse cansados ha sido un tema de interés tanto para padres como para expertos. Este comportamiento, a primera vista simple, encierra una serie de explicaciones que entrelazan la fisiología y la psicología infantil. Los expertos señalan que esta acción podría estar vinculada a la fatiga visual y la necesidad de mantener la hidratación ocular ante el agotamiento.

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