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"Un meteorito para el microbioma". Así es como un simple 'piercing' trastoca tu piel
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UN SUCESO "APOCALÍPTICO"

"Un meteorito para el microbioma". Así es como un simple 'piercing' trastoca tu piel

Un nuevo estudio observa los cambios y alteraciones que producen estas perforaciones en la composición bacteriana de la piel como nunca antes

Foto: Foto: iStock.
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Aunque no los veamos ni sintamos, hay infinidad de microorganismos que viven sobre la superficie de nuestra piel y alrededor de ella. A escala microscópica, llevamos un mundo vivo en su cara más superficial que por supuesto no es inmune a cualquier roce, clima o factor ambiental, y ni mucho menos a una aguja perforadora junto con una perla de metal que la deja partida en dos de manera permanente.

Como es obvio, un 'piercing' sea en el lugar que sea entraña cierto riesgo para el órgano de la piel que se traduce en posibles infecciones que puedan surgir en la zona afectada. Sin embargo, poco se ha tenido en cuenta, desde un punto de vista científico, cuáles son las alteraciones que sufre sin que haya en principio un problema claro de infección. Y, sobre todo, cómo afecta al microbioma de la epidermis, compuesto por un sinfín de bacterias que sirven de primera barrera entre nuestro cuerpo y el mundo.

Un estudio canadiense de la Universidad McGill y publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences recogió muestras de la piel de 28 sujetos antes y justo después de que un equipo profesional de tatuadores les hiciera un pendiente, prolongándose dicha recogida de muestras hasta las siguientes dos semanas. "Un 'piercing' es un evento catastrófico y apocalíptico, como un terremoto gigante o un impacto de un meteorito", aseguran desde la revista Science Alert, que se hizo eco del estudio.

Un asesinato en masa de bacterias

"Descubrimos que a medida que pasaba el tiempo, la zona de perforación se asoció significativamente con una mayor biodiversidad y complejidad ecológica, con diferencias fundamentales en el proceso de interacciones bióticas en comparación con la piel expuesta del lóbulo de la oreja", aseguran los científicos. Cuando nos sometemos a una perforación de la oreja, lo primero que hace el profesional es esterilizar bien la zona, lo que implica un auténtico asesinato en masa de todas las bacterias que habitan sobre nuestra piel y, a la par, se abre un nuevo espacio o zona en la que crecerá una nueva comunidad microbiana.

Foto: Los mejores 'piercings' en la oreja: tipos, materiales, riesgos y cuál elegir (Kimia Zarifi para Unsplash)

Luego, una vez terminada la 'operación', los científicos observaron que comenzaba a amanecer una compleja biodiversidad alternativa, "similar a la que existe en zonas húmedas de nuestro cuerpo como las axilas o la nariz". En ellas, emergieron las bacterias Staphylococcus epidermis y las Cutibacterium acnes, ambas potencialmente peligrosas por separado, como admitieron los científicos, pero que cuando están juntas en el mismo lugar "tienden al equilibrio".

"Con este estudio, hemos demostrado que los 'piercings' representan un acto de autoingeniería del ecosistema en el paraje ecológico de la piel"

Un hecho a resaltar es que la perforación de la piel humana es concreta y específica de nuestra especie, ya que ningún otro animal lleva a cabo esta práctica que, en otros tiempos, tuvo sentidos religiosos. Como en otras las partes de nuestro organismo, el conjunto de virus y bacterias debe encontrarse en un cuidado equilibrio para que los órganos no sufran ninguna alteración o percance.

"Sabemos que la antropología y la sociología describen los piercings como símbolos exclusivamente humanos que expresan conexión e identidad", concluye el biólogo Charles Xu, principal autor del estudio. "Con este estudio, hemos demostrado que estos representan un acto de autoingeniería del ecosistema en el paraje ecológico de la piel humana"

Aunque no los veamos ni sintamos, hay infinidad de microorganismos que viven sobre la superficie de nuestra piel y alrededor de ella. A escala microscópica, llevamos un mundo vivo en su cara más superficial que por supuesto no es inmune a cualquier roce, clima o factor ambiental, y ni mucho menos a una aguja perforadora junto con una perla de metal que la deja partida en dos de manera permanente.

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