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Así serán las ciudades de los próximos años: espacios para todos, pero más densos y compactos
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La Nueva Bauhaus Europea

Así serán las ciudades de los próximos años: espacios para todos, pero más densos y compactos

Que las ciudades sean espacios inclusivos es uno de los objetivos, también para el urbanismo feminista; pero no el único. Europa busca que las metrópolis del futuro sean también estéticas y sostenibles

Foto: Personas caminando por un distrito financiero (iStock)
Personas caminando por un distrito financiero (iStock)

Vives en Madrid, sales de una discoteca, son las tres de la mañana, tienes que esperar media hora a que pase un bus nocturno en una parada alejada de una farola. La calle está oscura, atraviesas un callejón hasta llegar a la puerta de tu casa, envías un mensaje a tus amigos para que se queden tranquilos, tú (ahora) también los estás. A día de hoy, muchas ciudades siguen sin ser un espacio seguro para las mujeres, pero entre los objetivos de la Nueva Bauhaus Europea está que esto cambie.

El debate sobre si las ciudades son o no espacios androcéntricos está a la orden del día: "El patriarcado influye tanto en la configuración de pueblos como en la configuración de ciudades y, por decirlo de alguna manera, el origen es la separación entre espacios. Tradicionalmente, se ha vinculado el espacio público con los hombres y con las actividades productivas, y los espacios domésticos o privados con las mujeres, las actividades reproductivas y los cuidados"; asegura a El Confidencial Blanca Valdivia Gutiérrez, socióloga urbana por la Universidad Complutense de Madrid y Doctora en Gestión y Valoración Urbana y Arquitectónica por la Universidad Politécnica de Catalunya, con la tesis La ciudad cuidadora. Calidad de vida urbana desde una perspectiva feminista.

Sin embargo, Josenia Hervás y Heras, arquitecta por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid y autora del libro Las mujeres de la Bauhaus: de lo bidimensional al espacio total, hace hincapié a El Confidencial en que se ha avanzado mucho en cuanto a la inclusividad de las ciudades en los últimos años: "Hasta el final del siglo XX las mujeres no salían por la noche a tomarse una cerveza, eso estaba muy mal visto y ahora eso no tiene ninguna importancia en determinadas ciudades occidentales".

"Si tú (siendo mujer) tenías una pareja que fuera hombre, pues no había ningún problema en salir por la noche porque ibas acompañada, pero él sí podía salir solo o con sus amigos y disponer de los espacios públicos, de la plaza, de las calles, de las terrazas. Ahora, eso claro que ha cambiado", asegura la arquitecta.

"Una ciudad donde las mujeres tienen vetados algunos lugares y algunas horas, es una ciudad que no funciona bien"

Hace más de una década, según Hervás y Heras, el foco a la hora de determinar si las ciudades eran inclusivas se puso en las personas con discapacidad. Ahora, el foco está en las mujeres. Entonces, en las ciudades existían una serie de barreras arquitectónicas que se eliminaron como, por ejemplo, el hecho de instalar señales sonoras en los semáforos: "Se decidió una serie de código, que luego se hizo ley, por el cual todas las ciudades civilizadas decidieron que las personas con algún tipo de discapacidad tenían derecho a poder utilizar la ciudad de igual forma que las personas que no tienen discapacidad. Y eso a todo el mundo le pareció normal".

Al igual que en el pasado ocurrió con las personas con discapacidad, ahora, "la sociedad en general ha decidido que la mujer tiene que formar parte de esa ecuación que es la ciudad, donde se mezcla la masa pétrea, las personas y una serie de situaciones", asegura Josenia, para quien "la mujer también es como una especie de testigo para saber si una ciudad es saludable o no, si funciona bien o no. Una ciudad donde las mujeres tienen vetados ciertos lugares y algunas horas es una ciudad que no funciona bien".

El trabajo y los cuidados

Cómo se han configurado los espacios públicos y privados en las ciudades ha condicionado la vida de las mujeres a lo largo de los años y el origen de esta estructuración es patriarcal: "El urbanismo androcéntrico penaliza la vida cotidiana de las mujeres, por cómo está configurada la ciudad y por el tipo de actividades que hacemos en nuestro día a día", explica Valdivia.

Hervás y Heras insiste en que las mujeres no han sido parte activa de la sociedad hasta hace relativamente poco, ya que antes existía una diferenciación muy marcada de roles: "Estaba el rol de la productividad y el rol de la reproducción. Los hombres producían bienes y servicios y las mujeres reproducían, tenían hijos y se dedicaban a cuidarlos. Pero llega un momento en el que la mujer también quiere ser parte activa de esa sociedad y entonces ahora se está planteando que esa ciudad de los cuidados sea una en la que todo el mundo pueda participar del cuidado para que la mujer pueda seguir cuidando a sus hijos o a sus personas mayores, pero también pueda hacer otro tipo de actividades".

placeholder Una mujer en silla de ruedas esperando al metro (iStock)
Una mujer en silla de ruedas esperando al metro (iStock)

Para esto, para poder conciliar los cuidados y el trabajo, y que los hombres participen también de esta primera parte, lo que se pretende es eliminar la "zonificación": "La industria estaba en un sitio; en otro, las viviendas que eran como barrios dormitorios en la periferia; y en otro, el sector terciario donde estaban las tiendas, los grandes almacenes, las oficinas... Ahora, lo que se busca es que todo esté mezclado, que se puedan hacer viajes cortos, ir incluso andando a algunos sitios y que se pueda comprar al mismo tiempo que trabajar, cuidar de los familiares...", explica Josenia, quien asegura que esto va en la línea de lo que busca la Nueva Bauhaus Europea, una iniciativa lanzada por la Comisión Europea en el año 2020 que conecta el Pacto Verde Europeo con nuestra vida y nuestros espacios cotidianos.

Valdivia coincide en que las ciudades, muchas veces, no están pensadas para "proporcionarnos un soporte físico para todas las actividades cotidianas y de cuidados que hacemos en nuestro día a día y que va mucho más allá de las actividades productivas y económicas". Algunos ejemplos que cita son: la falta de bancos, que son un elemento básico para la movilidad de las personas mayores; el poco tiempo que duran los semáforos en verde para los peatones; la falta de baños públicos; la escasez de ludotecas, guarderías, centros para personas mayores...

"Muchas mujeres tienen que renunciar al mercado laboral en la época de crianza porque, en el sitio donde viven, no encuentran un sitio donde trabajar"

Para las mujeres, las consecuencias pueden ser desastrosas y desembocar en el abandono del mercado laboral si no disponen de un espacio urbano preparado, unas redes de movilidad o unas infraestructuras de cuidados equipadas para atender la diversidad. "Muchas mujeres tienen que renunciar al mercado laboral en la época de crianza porque no encuentran un sitio donde trabajar en el sitio donde viven y tienen que desplazarse, tienen que hacer grandes recorridos para ir a trabajar y es incompatible con los cuidados en la primera infancia", asegura Blanca.

Sostenible, inclusiva y estética

Las ciudades han de ser accesibles para todos, este es uno de los preceptos de la Nueva Bauhaus Europea, pero no el único. "La Nueva Bauhaus Europea lo que busca son ciudades sostenibles, ciudades inclusivas y ciudades bellas, pero también se está buscando, al mismo tiempo, ciudades que sean densas, complejas y compactas", aclara Hervás y Heras.

La Nueva Bauhaus Europea reúne a ciudadanos, expertos, empresas e instituciones para reinventar la vida sostenible en Europa y el resto del mundo. Es más, tiene como objetivo facilitar y dirigir la transformación de nuestras sociedades según tres valores que considera inseparables: la sostenibilidad, la estética y la inclusión. Lo que se pretende es que estos espacios estén en armonía con la naturaleza y el medioambiente; sean estéticos, yendo más allá de la funcionalidad; y fomentar la accesibilidad, asequibilidad, el diálogo entre culturas, géneros y edades.

Más densidad para más verde

En las grandes ciudades, en la actualidad, los pisos cada vez son más pequeños, por lo que la densidad de población en algunas zonas es mayor que hace años. Sin embargo, si esta densidad se traduce en la liberación del suelo para la renaturalización del mismo, según Hervás y Heras, estaremos cumpliendo uno de los objetivos de la Nueva Bauhaus Europea.

"Si nos esparcimos a lo largo de toda la urbe y de todo el mundo con viviendas de poca densidad, lo urbanizamos todo, no nos van a quedar lugares verdes"

La Nueva Bauhaus Europea habla de las ciudades como espacios que tienen que ser idealmente densos para que podamos liberar suelo: "Que nos apiñemos en un lugar para dejar espacios libres y que haya un territorio que cuidemos como zonas verdes. Si nos esparcimos a lo largo de toda la urbe y de todo el mundo con viviendas de poca densidad, lo urbanizamos todo, no nos van a quedar lugares verdes. Lo que buscamos ahora es que seamos una piña, nos juntemos todos en un sitio denso y compacto y dejemos que otros lugares sean libres, que no haya urbanizaciones, que no haya infraestructuras de trenes ni de autovías, sino que pueda crecer un poco la naturaleza al margen de las ciudades", concluye Hervás y Heras.

Vives en Madrid, sales de una discoteca, son las tres de la mañana, tienes que esperar media hora a que pase un bus nocturno en una parada alejada de una farola. La calle está oscura, atraviesas un callejón hasta llegar a la puerta de tu casa, envías un mensaje a tus amigos para que se queden tranquilos, tú (ahora) también los estás. A día de hoy, muchas ciudades siguen sin ser un espacio seguro para las mujeres, pero entre los objetivos de la Nueva Bauhaus Europea está que esto cambie.

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