Una ecuatoguineana que vive en España cuenta lo que más le chocó del país: "No comen gato, pero sí conejo"

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Cuando viajamos a otro país, ya sea de visita o para cambiar de residencia, solemos encontrarnos con situaciones muy confusas producidas por las diferencias culturales. La influencer y creadora de contenido Silvia Ayang, más conocida en redes como Afropoderossa, o Perla, como le gusta que la llamen, ha publicado un vídeo en el que desvela algunos de los choques culturales que experimentó al venir a vivir a España desde Guinea Ecuatorial.

La joven, autora del libro España no es solo blanca, describe su perfil en Instagram, en el que acumula más de 125,000 seguidores y comparte vídeos reflexivos y didácticos, como un “espacio antirracista, feminista, antihomofobia y transinclusive”. En el vídeo que ha compartido con sus seguidores, explica que una de las cosas que más le sorprendió al llegar a España fue “el tema de las mascotas”.

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Como detalla, en su país, “los perros están en la calle, abandonados, algunos los ves esqueléticos, buscando comida en la basura”. Sin embargo, en España los perros eran mascotas, y “los tenían en casas y vivían como si fueran otros seres humanos”, relata la joven, confesando que fue un detalle que le pareció “bueno, pero a la vez impactante”.

Los gatos no se comen, los conejos sí

Siguiendo con el tema de las mascotas, Afropoderossa explica que, en Guinea Ecuatorial, “es habitual que se coman gatos”. Los gatos están permitidos en las casas, pero “llega un punto que, cuando los gatos se hacen grandes, desaparecen”, afirma. Y es que es tradición en Guinea Ecuatorial que los hombres cacen y se coman a los gatos. Curiosamente, a las mujeres “se les tiene prohibido comer gatos”, agrega. La joven se alegró saber que en España no comemos gatos, pero al mismo tiempo le impactó “saber que se come conejo”.

Aprovechando el vídeo, Afropoderossa cuenta una anécdota de su época de instituto en España. Estando en clase, la joven le dijo a una de sus compañeras que “estaba gorda”, y la niña se ofendió mucho, poniéndose a llorar porque era un insulto para ella. “En mi país, estéticamente, las mujeres gordas son el estándar. Por lo tanto, decirle a una mujer ‘qué gorda estás’, era como un piropo”, detalla Afropoderossa.

Continuando el hilo de la época estudiantil, la joven explica que también le impactó mucho ver cómo los alumnos llaman a los profesores “por su nombre de pila”, y no “profesor”, “señor”, “señora” o “señorita”, como hacía en su país. Lo mismo observó cuando los niños se dirigían a sus familiares.

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En España es común llamar a nuestros abuelos o tíos por su nombre de pila, pero en Guinea Ecuatorial es “una falta de respeto muy grande que los niños llamen a la gente mayor por su nombre”. La costumbre ecuatoguineana es llamar a los mayores “abuelo, abuela, tío o tía”, incluso “aunque no sean de tu familia”, revela. Para finalizar, algunos de sus seguidores han aportado sus experiencias al respecto, y han indicado que, hace unas décadas, la costumbre de llamar a los familiares por sus nombres no estaba arraigada, y se les llamaba “madre, padre o señor”.