Hace 8.000 años, las algas también se pusieron de moda en la gastronomía

Aunque se consumen comúnmente en Asia, en los últimos tiempos las algas también han adquirido popularidad en cocinas de otras partes del mundo, incluidas las tradicionales europeas. Pero aunque parezcan un ingrediente fruto de la modernidad, nada más lejos de la realidad.

Que algunas de estas plantas marinas son comestible y que están llenas de nutrientes y pueden ser muy sabrosas ya lo sabían nuestros antepasados hace miles de años… Pero entonces, ¿qué ha ocurrido en medio para que nos olvidásemos de ellas?

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Alimente

Un grupo de investigadores ha hallado nuevas pruebas arqueológicas que muestran (y demuestran) que formaban parte de la dieta de los primeros europeos hace nada más y nada menos que unos 8000 años.

Un hábito desconocido

Hasta la fecha se han estudiado más de 10.000 especies de algas que evolucionan en las zonas intermareales y hasta unos 300 metros de profundidad alrededor de muchas costas de todo el mundo. Por supuesto, entonces se desconocían buena parte de ellas.

De todas, solo se consumen unas 145 hoy en día, y los científicos no alcanzaban a conocer si se trataba de un avance en la cifra o, más bien, un retroceso. Siempre ha sido difícil responder a la pregunta sobre si quienes poblaron el planeta hace siglos las consumían con asiduidad, ya que las pruebas arqueológicas de la presencia de algas rara vez se registran. Y cuando es así, siempre se consideran no comestibles.

Es decir, hasta ahora faltaban pruebas directas de su consumo humano en el pasado. Ese vacío ha llevado a considerar que no formaron parte de la antigua alimentación europea, pero los nuevos hallazgos, publicados en la revista Nature Communications, demuestran lo contrario.

Hasta la Edad Media

Para ello, investigadores de la Universidad de York examinaron biomarcadores extraídos de la placa dental calcificada de 74 individuos encontrados en 28 sitios arqueológicos, desde el norte de Escocia hasta el sur de España. De hecho, estos biomarcadores pueden proporcionar información valiosa sobre la alimentación de nuestros antepasados de manera mucho más general.

"Se consumieron en Europa ya durante el período mesolítico, cuando se sabe que se explotaban los recursos marinos"

Resulta que los residuos alimentarios y los isótopos químicos presentes en la placa dental pueden revelar los tipos de alimentos que se consumieron, como proteínas animales, cereales, verduras, etc. En este caso, las muestras en las que sobrevivieron pruebas biomoleculares mostraron signos de que se habían consumido algas rojas, verdes o marrones y plantas acuáticas de agua dulce. Una muestra del archipiélago escocés de las Orcadas también mostrase traces de un tipo de repollo marino.

En concreto, los investigadores también descubrieron que las algas y las plantas de agua dulce se consumieron continuamente en Europa hasta principios de la Edad Media. "Esta nueva evidencia no solo muestra que las algas se consumieron en Europa durante el período mesolítico, hace unos 8.000 años, cuando se sabe que se explotaban los recursos marinos, y este consumo continuó hasta el Neolítico, cuando generalmente se suponía que la introducción de la agricultura conduce al abandono de los recursos alimentarios marinos", detalla al respecto Stephen Buckley, coautor del estudio.

Aunque no tuvieran tantas nociones como podemos tener en la actualidad, los beneficios nutricionales del consumo de algas fueron probablemente muy bien entendidos por las antiguas poblaciones europeas. Su elección probablemente se basó en la experiencia y la disponibilidad de recursos alimentarios en cada entorno. Pero pronto se dieron cuenta de que sentaban bien.

Lo cierto es que las algas son ricas en varios nutrientes esenciales, como las vitaminas A, C, K o B. También son una fuente de minerales, como hierro, potasio, calcio, magnesio, yodo y zinc, así como proteínas vegetales de alta calidad. Por último, algunas algas, que son una excelente fuente de fibra dietética, contienen aminoácidos esenciales, así como diversos antioxidantes, como carotenoides y flavonoides.