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¿Realmente se puede llorar debajo del agua?
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BAJO LA GLÁNDULA LACRIMAL

¿Realmente se puede llorar debajo del agua?

Este es un proceso de lo más natural estés o no estés triste, y da igual que lo hagas fuera o dentro del agua. ¿Cómo las expulsa tu cuerpo en caso de que te estés dando un baño?

Foto: Foto: iStock.
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Llorar es un proceso de lo más misterioso y curioso. Una emoción nos embarga y no podemos resistirnos: inmediatamente, empiezan a surgir pequeñas gotas de agua de nuestros ojos mientras nuestro cuerpo libera sustancias químicas conocidas como endorfinas que tienden a reducir el dolor, u oxitocinas, las cuales generan una reconfortante sensación de pertenencia a los demás. Entonces, gracias al llanto, tendemos a sentirnos mejor que antes, como si fuera el vómito fruto de una indigestión.

Pero también podemos llorar sin motivo aparente o por una simple necesidad fisiológica. Cuando estornudamos, por ejemplo, o cuando estamos dormidos y nuestras glándulas lacrimales segregan lágrimas que se endurecen y forman legañas. En realidad, bañan nuestros ojos todo el tiempo para evitar que se sequen. Sin ir más lejos, cada vez que parpadeas estás ayudando a que una fina película lacrimal se extienda por la superficie de los ojos para mantenerlos húmedos.

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Eso sí, cuando estamos dormidos lloramos menos que cuando estamos en vigilia. Las lágrimas lubrican los ojos para ayudar que los párpados hagan su trabajo de forma suave y no nos pique la sequedad ocular. También eliminan el polvo, el humo o los pequeños insectos que puedan entrar en contacto con el órgano ocular. Por otro lado, si tienes alergia, las lágrimas ayudan a eliminar los agentes irritantes. Del mismo modo, son un excelente escudo de defensa contra los gérmenes cuando tienes infecciones como la conjuntivitis. Y, por último, son esenciales para transportar los nutrientes desde el torrente sanguíneo a los ojos para que permanezcan claros y sanos toda la vida.

Se irán como lágrimas en... una piscina

Entonces, ¿podemos llorar mientras estamos bajo el agua? Al haber un ambiente cien por cien húmedo fuera de nuestro cuerpo, no tendríamos que necesitar más lágrimas. En realidad, "cuando nadas bajo el agua, tus lágrimas siguen todavía ahí", explica Geoffrey Bradford, oftalmólogo estadounidense, en la revista IFL Science. "Sí, puedes llorar debajo del agua, pero este fluido eliminará tus lágrimas inmediatamente".

"Hay conductos lacrimales en las esquinas internas de los ojos que son como desagües por donde fluyen las lágrimas hacia dentro"

"Dado que la mayor parte del agua en la que te bañas contiene agentes irritantes para los ojos como el cloro o la arena (en caso de que lo hagas en el mar), nadar con los ojos abiertos hará que las glándulas lacrimales comiencen a producir lágrimas para combatirlos", prosigue el experto. "Si tienes problemas oculares o se te irritan con facilidad, es recomendable el uso de gafas de buceo o no abrir en ningún momento los ojos cuando te encuentres dentro del agua. Por último, las lágrimas también sirven para eliminar los restos de cloro, arena o sal que se han quedado instalados cerca de la zona ocular al terminar el baño".

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¿Dónde van las lágrimas? "Hay conductos lacrimales en las esquinas internas de los ojos que son como desagües por donde fluyen las lágrimas hacia dentro", asegura Bradford. "Los conductos lacrimales llevan las lágrimas viejas a la nariz y luego a la garganta para que las tragues. Por eso, cuando lloras, te moquea la nariz. Y a veces, cuando usas gotas para los ojos, puedes sentir el sabor del medicamento en la parte posterior de la lengua".

Es curioso que, como apunta el experto, "las personas a medida que envejecen segregan menos lágrimas", lo que hace que los ojos sean más propensos a irritarse. "Esta es una de las razones por las que algunos adultos usan gotas a modo de lágrimas artificiales para ayudar a que sus propias lágrimas naturales mantengan sus ojos húmedos y cómodos", concluye Bradford.

Llorar es un proceso de lo más misterioso y curioso. Una emoción nos embarga y no podemos resistirnos: inmediatamente, empiezan a surgir pequeñas gotas de agua de nuestros ojos mientras nuestro cuerpo libera sustancias químicas conocidas como endorfinas que tienden a reducir el dolor, u oxitocinas, las cuales generan una reconfortante sensación de pertenencia a los demás. Entonces, gracias al llanto, tendemos a sentirnos mejor que antes, como si fuera el vómito fruto de una indigestión.

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