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Viaje a los antepasados de la 'pizza': lo que el fresco de Pompeya revela sobre el plato
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Antigua pero moderna, como la canción

Viaje a los antepasados de la 'pizza': lo que el fresco de Pompeya revela sobre el plato

En esta curiosa pintura puede distinguirse una copa de vino y, junto a ella, colocada sobre una bandeja de plata, algo así como una 'focaccia' plana que sirve de soporte a varias frutas, una fórmula bien conocida hoy...

Foto: (Parco archeologico di Pompei / BBC Lion TV vía Pompeii Sites en Twitter)
(Parco archeologico di Pompei / BBC Lion TV vía Pompeii Sites en Twitter)

Dicen los relatos que aquella Pompeya que alguna vez existió dejó de hacerlo para siempre el año 79 d.n.e. Sin embargo, bajo las cenizas del desastre del Vesubio, lo que ocurrió es que la vida permaneció detenida en el tiempo, para siempre. Y ese siempre puede ser pasado, puede ser ahora, y seguro que será también futuro, porque las ruinas de Pompeya, próximas hoy a la ciudad de Nápoles, no dejan de sorprender a quienes trabajan por re-componer ese relato, es decir, en identificar, delimitar, excavar y limpiar lo que allí quedó tras la estampida de la lava hace más de 2.000 años: devolverlo la vida.

Es así como hemos aprendido, por ejemplo, que la dieta de los pompeyanos se basaba en verduras, frutas y pan. Diferentes piezas de estos alimentos han ido apareciendo carbonizadas en los últimos trabajos arqueológicos sobre el terreno. Con esta evidencia y la de las palabras, la de la literatura de entonces y de tiempo después, los expertos han podido trazas el hilo de nociones que conforman nuestra imagen sobre Pompeya.

Foto: Fuente: iStock

Como explican desde el portal Pompei Online, "entre las especialidades de los pompeyanos había un tipo particular de repollo. Plinio el Viejo clasificó unas 1000 plantas comestibles, con las que se producían varios tipos de lechuga, achicoria, cebolla y ajo, brócoli de nabo, albahaca, zanahorias, berros, puerros, melones, guisantes, garbanzos, lentejas, nueces, avellanas, almendras, y diferentes tipos de fruta fresca: manzanas, granadas, membrillos, peras, uvas, higos y ciruelas". ¿Pero cómo comían estos alimentos? Parece ser que, a veces, como ya te contamos en otro artículo, lo hicieron en forma de pizza.

Sin tomate ni mozzarella

Estás leyendo bien. La estrella por excelencia de los productos culinarios de Italia quizás tenga más tiempo de lo que parece. La pizza es un alimento moderno, pero también clásico. Su sencillez puede tener algo que ver con esto. Si no, ¿qué hace representada en un nuevo fresco hallado en una de las tantas paredes que siguen en pie? Bueno, en realidad, no podría decirse que es una pizza, pero sí un antepasado de este plato. Sea como sea, la imagen deja claro su parentesco.

"Parece una pizza esto que se ve en un cuadro pompeyano de hace 2.000 años, pero evidentemente no puede serlo con rigor, dado que faltan algunos de los ingredientes más característicos, como el tomate y la mozzarella", recuerdan desde su perfil de Twitter el grupo de Sitios de Pompeya. Desde el mismo, apuntan que el fresco se encuentra concretamente en el atrio de una casa situada en la ínsula 10 Regio IX (en la nomenclatura con la que se entiende el plano actual de la ciudad), donde también existió una panadería, según detallan en Il Mattino.

Se trata de un fresco de naturaleza muerta. En él puede distinguirse una copa de vino y, junto a ella, colocada sobre una bandeja de plata, algo así como una focaccia plana que sirve de soporte a varias frutas (han podido identificar una granada y lo que recuerda a un dátil). En otras palabras, una masa sobre la que colocaban o colocaron para su representación trozos de alimentos frescos. ¿Te suena esta fórmula?

De obsequio a comida para llevar

Redondas, cuadradas, en porciones o enteras, en sartén, al metro... La población italiana consume 5 millones de pizzas al día, según datos publicados por Galbani, empresa productora de mozzarella, pero hoy se ha convertido en un plato internacional que nos sirven o podemos encontrar ya preparado en bares, restaurantes y establecimientos de comida para llevar. Sus versiones son infinitas, aunque son solo eso: versiones. Y, por supuesto, distan mucho de la que un italiano prepara en casa. De la receta más tradicional a las porciones que pides de madrugada de vuelta a casa tras una noche de fiesta cuando encuentras una de esas cadenas de establecimientos que han estandarizado la pizza, lo evidente es que es un plato socorrido.

"Se condimentaba con especias o quizás más bien con una especie de pesto ('moretum' en latín), indicado por puntos amarillentos y ocres"

Pero si hablamos de la pizza que se entiende como comida rápida, este concepto tampoco es nuevo. Lo explicamos previamente: desde hace años, en este yacimiento arqueológico han identificado hasta la fecha hasta 158 muros de lo que fueron bares. Conocidos como 'tabernae' o 'thermopolia' en latín, eran muy abundantes cerca de las puertas de la ciudad, de los baños, el foro y el anfiteatro, según explica la historiadora Wilhelmina Jashemski a Jstor. Las 'Tabernae' proporcionaron una serie de servicios diversos, desde habitaciones de albergue hasta comida y vino. ¿Servirían también porciones de aquella "protopizza"?

No lo sabemos, pero a lo que sí se acercan a saber en el equipo que ha participado en este nuevo hallazgo, el curioso plato "Se condimentaba con especias o quizás más bien con una especie de pesto ('moretum' en latín), indicado por puntos amarillentos y ocres. Además, presente en la misma bandeja, encontramos frutos secos y una guirnalda de madroños amarillos". Con imágenes que nos muestran desde diferentes ángulos el momento en el que la pizza pompeyana vio de nuevo la luz hace días, cuentan que "este tipo de imágenes, conocidas en la antigüedad con el nombre de 'xenia', se inspiraron en los 'obsequios hospitalarios' que se ofrecían a los invitados según una tradición griega que se remonta a la época helenística (siglos III-I a. n.e.)".

De las ciudades vesubianas, explica el equipo arqueológico, se conocen "unas trescientas" de estas representaciones, que "a menudo también aluden al ámbito sagrado, además del de la hospitalidad, sin que entre los testimonios encontrados hasta el momento haya una comparación puntual para el fresco recientemente descubierto, que además impresiona por su notable calidad de ejecución".

En Il Mattino, la periodista Maria Pirro también apunta que en estas áreas de trabajo cercanas al horno de una panadería, fueron encontrados en las últimas semanas los esqueletos de tres víctimas del volcán. Estos trabajos de excavación están programados para al menos dos años. Todo el sitio de construcción involucra un área de aproximadamente 3.200 metros cuadrados, casi una manzana entera de la antigua ciudad. Mientras sigan apareciendo nuevos frescos, la reflexión no puede ser otra: ¿no comprendes la pizza con piña? Si lo de ponerle fruta te parece un disparate, ahora puedes ver que nunca fue para tanto.

Dicen los relatos que aquella Pompeya que alguna vez existió dejó de hacerlo para siempre el año 79 d.n.e. Sin embargo, bajo las cenizas del desastre del Vesubio, lo que ocurrió es que la vida permaneció detenida en el tiempo, para siempre. Y ese siempre puede ser pasado, puede ser ahora, y seguro que será también futuro, porque las ruinas de Pompeya, próximas hoy a la ciudad de Nápoles, no dejan de sorprender a quienes trabajan por re-componer ese relato, es decir, en identificar, delimitar, excavar y limpiar lo que allí quedó tras la estampida de la lava hace más de 2.000 años: devolverlo la vida.

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