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De la alarma a engranajes sostenibles: inventos de la Antigua Grecia que siguen funcionando
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De la alarma a engranajes sostenibles: inventos de la Antigua Grecia que siguen funcionando

Con sus invenciones, los pueblos griegos de la Antigüedad se consagraron como una de las sociedades antiguas más ricas, en todos los sentidos. Sin algunos de sus inventos hoy no seríamos tan avanzados tecnológicamente

Foto: La Escuela de Atenas, un famoso fresco del artista renacentista italiano Rafael, con Platón y Aristóteles como figuras centrales de la escena. (Wikimedia)
La Escuela de Atenas, un famoso fresco del artista renacentista italiano Rafael, con Platón y Aristóteles como figuras centrales de la escena. (Wikimedia)

En términos de inventos, no se puede negar que la humanidad ha recorrido un largo camino desde sus comienzos. Ahora, rodeados de una tecnología que apunta a desplazar la misma mente que la ha ideado, miramos atrás y nos entra la risa. No hace falta irse muy lejos en el tiempo para que algunas de las herramientas más populares en ciertos momentos nos resulten tan extrañas y curiosas como absurdas.

Pero aquí nada es del todo absurdo si permite dar forma a formas mejoradas y abre paso a mejoras. Así es, de hecho, como nuestra especie ha llegado hasta hoy, en un viaje constante de pruebas y errores y, sobre todo, de un empeño constante por mejorar lo que crea. Por supuesto, entre tanta creación, alguna no llega a ninguna parte (literalmente), pero hoy hablaremos de las que sí lo hicieron, y madre mía cómo lo hicieron. Hay ideas que requieren de más tiempo y más manos; algunas, sin embargo, aparecieron pronto, y eso no les impidió mantenerse.

Foto: Fuente: Wikipedia.

Con sus invenciones, los pueblos griegos de la Antigüedad se consagraron como una de las sociedades antiguas más ricas, en todos los sentidos. Sin algunos de sus inventos no seríamos tan avanzados tecnológicamente como lo somos hoy. Estos son los más destacables:

El despertador o alarma

Muchos necesitan uno de estos para comenzar la jornada. Aunque en la actualidad su sistema viene incluido en cualquier teléfono móvil, lo cierto es que el despertador como tal tiene su origen en la mismísima Antigua Grecia gracias al "reloj de agua" o "clepsidra", que idearon los egipcios en el 1530 a. n. e.

placeholder Diagrama de una gran clepsidra manejada por una persona / Dos recipientes formando un reloj de agua de la antigua Ágora de Atenas, del siglo V a. n. e. (Wikimedia)
Diagrama de una gran clepsidra manejada por una persona / Dos recipientes formando un reloj de agua de la antigua Ágora de Atenas, del siglo V a. n. e. (Wikimedia)

Claro que las primeras alarmas utilizadas por los antiguos griegos no se parecían en nada a las actuales, la idea es la misma, que poco a poco se ha ido puliendo. Lo que usaban era algo así como un recipiente lleno de agua con un pequeño orificio en el fondo: un mecanismo integrado que hacía sonar pequeños y delicados órganos de agua o dejaría caer piedras. Ahora nos van otros sonidos. Según apunta Saugat Adhikari en el portal de la organización World History, se decía que Platón tenía uno de ellos, y que lo usaba por la noche, posiblemente para no llegar tarde a sus conferencias al amanecer.

El ingeniero e inventor helenístico Ctesibio (285-222 a. C.) equipó sus clepsidras con un dial y un puntero para indicar la hora, y agregó elaborados sistemas de alarma que podían dejar caer piedras en un gong o hacer sonar trompetas (forzando campanas de cristal hacia abajo en el agua y tomando el aire comprimido a través de una caña con la que se "batía") en tiempos preestablecidos.

El reloj astronómico

A principios del siglo XX, las computadoras mecánicas usaban engranajes diferenciales para realizar cálculos. Los engranajes diferenciales ahora son omnipresentes en una amplia gama de tecnologías, siendo el uso más común en automóviles. Lo que quizás no sepas es que estas tienen su origen muchos siglos atrás. Concretamente, entre alrededor del 100 a. C. y el 200 a. C. en la Grecia helenística.

placeholder Los restos del mecanismo de Antikythera expuestos en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. (Wikimedia)
Los restos del mecanismo de Antikythera expuestos en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. (Wikimedia)

El llamado mecanismo de Antikythera, una especie de reloj astronómico dividido en 82 fragmentos, sería su más antiguo antecesor, y con un gran margen hasta los siguientes, inventados en Inglaterra e Italia en torno a 1400 años después, según apunta Nick Scott en The Collector.

Se conoce así en honor al lugar en el que fue encontrado en 1901, la isla griega de Antikythera. Allí, la civilización griega dejó los resquicios necesarios para evidenciar hoy una civilización con una comprensión avanzada de los engranajes diferenciales.

placeholder (Wikimedia)
(Wikimedia)

La complejidad de esta herramienta y la funcionalidad de su dispositivo se basan en un conjunto de engranajes con tres ejes de transmisión, con los ejes de transmisión a cada lado del eje principal girando a diferentes velocidades. Se usó para proporcionar rotaciones angulares de la luna y el sol. Dicho en otras palabras, los usuarios ingresaban una fecha y recibían a cambio predicciones complejas de patrones astronómicos para la misma. Es, hasta ahora, el ejemplo conservado más antiguo de engranaje descubierto en Europa, tan remoto como actual.

El odómetro

También del período helenístico tardío es el odómetro, una estructura usada para medir distancias largas. De él hablan muchos de los clásicos, como Arquímedes en su 'Medida de un círculo' publicado en 240 a.n.e. o tiempo después, Garza de Alejandría, en su 'Sobre las dioptrías'.

placeholder Reconstrucción de un odómetro del siglo I d.n.e. (Wikimedia)
Reconstrucción de un odómetro del siglo I d.n.e. (Wikimedia)

En la actualidad, no se sabe con certeza quién fue su inventor, pero lo cierto es que esta tecnología formó un componente crucial del Imperio de Roma, ya que era fundamental para la construcción de carreteras y la elaboración de los requisitos de suministro para las campañas militares.

De hecho, tuvieron mucho que ver en las distancias documentadas a lo largo de las conquistas de Alejandro Magno: durante su reinado, existieron unas personas entrenadas para medir distancias contando sus propios pasos, los llamados bematistas, pero a veces con esto no era suficiente. Aquellos hombres llegaron a calcular la distancia entre Hecatompylos y Alejandría Areion, unos 2 kilómetros aproximadamente que formaban parte de la ruta de la seda, con una precisión del 0,2%. Por supuesto, usaron esta herramienta.

Hoy en día, los odómetros se usan en la industria automovilística, en la que, además, se tienen como referencia los cálculos de Arquímedes en su texto del año 60 a. n. e., 'Medida de un círculo', utilizando el número de rotaciones y la circunferencia de la rueda para medir la distancia recorrida.

El tornillo de Arquímedes

Una herramienta de lo más funcional para el riego en la agricultura, el tornillo de Arquímedes es también un invento griego que no ha perdido su utilidad. Como su nombre indica, su invención se relaciona con el científico siciliano Arquímedes. No obstante, esta es la versión que nos proporcionó a la humanidad el historiador griego antiguo Diodoro, aunque el propio Arquímedes nunca afirmó tal trabajo, sino que habría descubierto un prototipo inspirador visitando Egipto en el año 234 a.n.e.

placeholder Diagrama del tornillo de Arquímedes. (Wikimedia)
Diagrama del tornillo de Arquímedes. (Wikimedia)

Su mecanismo utiliza un cilindro sellado abierto en ambos extremos con una hoja en forma de tornillo. De esta forma, cuando el cilindro gira, el dispositivo puede levantar agua de manera eficiente sumergiendo la abertura inferior del mismo. Si bien es cierto que sus comienzos lo hacían funcionar de manera manual, aunque para ello bastaba una sola persona, en la actualidad lo suelen poner en marcha sistemas automatizados.

En su momento, Arquímedes lo implementó para eliminar el exceso de agua del casco de un barco encargado por el rey Hierón II. Ahora, este aparato también es sinónimo de tecnología sostenible. Utilizando otro diseño del tornillo, en lugar de elevar el agua, esta se vierte a través del mismo empujándolo en movimiento y generando energía cinética que puede aprovecharse para múltiples usos como por ejemplo en ríos donde el agua fluye lentamente.

¿El ascensor?

Nacido en torno al año 287 a. n. e. en la ciudad siciliana de Siracusa, Arquímedes es famoso por muchos más descubrimientos científicos y hazañas de ingeniería. Otro de tantos podría haber sido nada más y nada menos que el ascensor. Bueno, vale, un mecanismo similar a este, pero bien puede decirse que tal vez algo que resulta tan moderno proviene de bastante tiempo atrás.

Una pintura de la Garra de Arquímedes por Giulio Parigi, conocida con el nombre de

El uso de poleas y sistemas de cabrestantes, como lo que pone en marcha cualquier elevador, ya estaba bien documentado en la antigua Grecia. Teniendo en cuenta que se considera que Arquímedes inventó la primera polea compuesta, este otro invento "a su nombre" tampoco suena tan raro.

No obstante, las poleas ya existían en la Dinastía 12 del Antiguo Egipto, pero su introducción en Grecia por parte de Arquímedes ayudó a aumentar el apalancamiento mecánico de esta invención. Así, recoge Scott, el relato más antiguo de los sistemas de cabrestante se encuentra en un texto del historiador griego Herodoto, pero el testimonio para el primer ascensor de la historia, construido por Arquímedes alrededor del año 236 a. n.e., fue descrito por el arquitecto romano Vitruvio.

Se usaron en una amplia gama de contextos, como para levantar objetos pesados durante la construcción de todos esos edificios que hoy persisten al paso del tiempo, como algunas de las estructuras más impresionantes de la historia de la humanidad. Así, por ejemplo, se han hallado ranuras cortadas en las piedras del Templo de Apolo en Delfos, que indican que había sistemas de poleas con grúas ya en el siglo VII a. n. e.

En términos de inventos, no se puede negar que la humanidad ha recorrido un largo camino desde sus comienzos. Ahora, rodeados de una tecnología que apunta a desplazar la misma mente que la ha ideado, miramos atrás y nos entra la risa. No hace falta irse muy lejos en el tiempo para que algunas de las herramientas más populares en ciertos momentos nos resulten tan extrañas y curiosas como absurdas.

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