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Indemnizaciones, asesinatos y sensualidad: por qué la lambada fue 'el baile prohibido' de Brasil
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Indemnizaciones, asesinatos y sensualidad: por qué la lambada fue 'el baile prohibido' de Brasil

Un grupo que plagió un tema antiguo, una canción machacona que fue un éxito y un baile considerado obsceno que bebía de la colonización portuguesa. Esta es la historia

Foto: Imagen de Río de Janeiro en los años 80 (Fuente: iStock)
Imagen de Río de Janeiro en los años 80 (Fuente: iStock)

Aunque levanta polémicas, parece que el extraño y controvertido Hechicero bailarín (así es como se le conoce), que decora una cueva de Trois Frères, Francia, podría ser la primera representación pictórica de una danza. Quizá no, pero de cualquier manera tenemos tumbas egipcias y grabados en la India que vienen a demostrar lo mismo: la danza ha formado parte del ser humano desde sus inicios, fuera el mítico hechicero el primero en marcarse unos bailes al calor de una cueva, o no lo fuera.

Con el movimiento del cuerpo llegan, por supuesto, las diferentes técnicas. Desde la pareja adolescente que acude nerviosa al baile por primera vez, a las danzas religiosas, pasando por los bailes colectivos entre hombres y mujeres en honor a algún dios griego, que servía para establecer conexiones entre lo divino y lo humano. Sin olvidar, por supuesto, la epidemia más extraña de la historia de la humanidad, también relacionada con el baile: una mañana de julio 1518, una mujer llamada Frau Troffea comenzó a bailar descontroladamente por las calles de Estrasburgo.

Parece que el extraño y controvertido Hechicero bailarín (así es como se le conoce), que decora una cueva de Trois Frères, Francia, podría ser la primera representación pictórica de una danza

La mujer no podía parar y continuó su incontenible danza durante más de cuatro días, hasta que falleció. Desde que empezó a moverse sin control, decenas de personas se fueron uniendo a un baile sin descanso, que llevó a la mayoría de ellos a la muerte como consecuencia de infartos, derrames y agotamiento. Y, lo más curioso, es que la 'epidemia' se ha repetido en varias ocasiones a lo largo de la historia sin una explicación convincente.

Foto: Foto: Wikimedia

Por lo tanto, los bailes han marcado al ser humano. Algunos, incluso, por ser considerados impuros o poco decentes. Lo contaba Arturo Pérez Reverte en El tango de la guardia vieja, a cuento del propio baile que da nombre al libro: "El tango era una confluencia de varias cosas: tango andaluz, habanera, milonga y baile de esclavos negros (...) bailado por italianos y emigrantes europeos se hizo más lento, menos descompuesto, ser aceptado por la sociedad le costó al tango su caracter (...) se convirtió en ese baile monótono que vemos en los salones o en la estúpida parodia que hizo Valentino en el cinematógrafo". El baile surge y, como la energía, se transforma.

El carimbó, junto con la cumbia y el merengue, servirían como influencia para la lambada, cuyo término proviene de una palabra portuguesa usada en Brasil que describe el movimiento de un látigo

Algo así sucedió con la lambada (conocida como el baile prohibido), de la que todavía hoy se discute si fue una canción o un género propiamente dicho. Para hablar de la lambada primero hay que remontarse bastante en el tiempo, al momento en que Brasil fue colonizado por los portugueses (alrededor del 1500). Por entonces existía un baile común en el país llamado carimbó, que era bastante sensual y en el que las mujeres, provistas de una falda corta, intentaban atraer a los hombres al ritmo de unos tambores fabricados con troncos de madera de roble. El carimbó, junto con la cumbia y el merengue, servirían como influencia para la lambada, cuyo término proviene de una palabra portuguesa usada en Brasil que describe el movimiento de un látigo.

Por tanto, el carimbó que en sí era más un modo de cortejo que otra cosa, pero sirvió como referente para el género que apareció casi 400 años después. A finales de los años 80, un empresario francés llamado Olivier Lamotte se encontraba en Río de Janeiro cuando, a modo de serendipia, escuchó a un grupo franco-brasileño llamado Kaoma. Entonces se enamoró. Contrató a la banda para hacer un tour internacional y consiguió que tanto su tema como el propio grupo se hicieran mundialmente conocidos y sonaran machaconamente en la radio a todas horas. El tema en concreto era (como no podía ser de otro modo) Lambada, y sonaba así.

En 1989, Lambada alcanzó una gran popularidad, el problema era que el cuento de hadas no estaba destinado a tener un final feliz. En realidad, la canción era una adaptación directa del hit de 1986 Chorando se foi de la cantautora Márcia Ferreira, que a su vez había hecho una interpretación traducida al portugués y legalmente autorizada de Llorando se fue, otra canción grabada en 1981 por el grupo boliviano Los Kjarkas. Como es lógico, a los Kjarkas no les hizo especial ilusión que se lanzara otra versión de su canción sin la debida licencia, por lo que denunciaron a Kaoma por plagio y finalmente recibieron una indemnización.

Y, bueno, así sonaba la canción del grupo boliviano.

En realidad, aunque se conoció a la lambada como el baile prohibido, la historia no fue así del todo. Prohibida no fue, pero sí causó mucha polémica por la sensualidad con la que movían las mujeres las caderas (venía del carimbó, recordemos), lo que llevó a que se considerase un ritmo provocativo y obsceno que, paradójicamente, cada vez ganaba más popularidad gracias a la canción de Kaoma. Y, como era inevitable, el baile fue evolucionando y en algunos lugares la gente comenzó a mezclar el baile con otros estilos de música como el forró (danza folclórica que tiene su origen en las fiestas populares de algunas zonas, como la región de Pernambuco), hasta que apareció un nuevo baile: el llamado forró universitario.

Se consideró un ritmo provocativo y obsceno que, paradójicamente, cada vez ganaba más popularidad gracias a la canción de Kaoma

Vale, pero... ¿cómo se baila entonces la lambada? Pues, más o menos así:

Quizá Kaoma podría haber tenido mucho más éxito y no ser flor de un día, pero la denuncia por plagio sin duda enturbió lo que podría haber sido una historia más épica. Los hermanos Élmer y Ulises Hermosa González, que eran los artífices de la canción y del grupo Kjarkas, comentaron a principios de los 90 en una entrevista en 'El País' que estaban hartos de la lambada y querían que se olvidara de una vez porque era un dolor. Ulises moriría en 1992 de una leucemia.

El cuerpo carbonizado de la cantante de Kaoma fue encontrado un 19 de enero de 2017 en Saquarema

En cuanto a Loalwa Braz, la cantante de Kaoma, su cuerpo carbonizado fue encontrado un 19 de enero de 2017 en Saquarema (Río de Janeiro). Padecía cáncer y fue atacada por tres jóvenes en su propia casa. Al oponer resistencia fue herida con arma blanca y arrastrada hasta un coche que fue incendiado, lo mismo que su hogar. Tenía 63 años. Los bomberos lograron reconocer su cuerpo a pesar de las quemaduras.

Los jóvenes españoles que acudían a las discotecas en esa difícil década que fue 2010, cuando acabábamos de ganar un mundial de fútbol, pudieron asistir al nuevo florecimiento de la canción en la época del perreo. Aunque probablemente casi nadie sabía quién era Kaoma, que la lambada se había conocido como el baile prohibido (hay hasta una película) o, menos aún, quiénes eran Kjarkas, los peor parados en el asunto. La lambada llorando se fue, aunque al menos nos queda la curiosa historia de un baile pecaminoso y una canción que duró un suspiro.

Aunque levanta polémicas, parece que el extraño y controvertido Hechicero bailarín (así es como se le conoce), que decora una cueva de Trois Frères, Francia, podría ser la primera representación pictórica de una danza. Quizá no, pero de cualquier manera tenemos tumbas egipcias y grabados en la India que vienen a demostrar lo mismo: la danza ha formado parte del ser humano desde sus inicios, fuera el mítico hechicero el primero en marcarse unos bailes al calor de una cueva, o no lo fuera.

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