¿Y si desaparece el papel higiénico? Esta sería la principal alternativa

Vino la pandemia de golpe, nos encerraron en casa y a los ciudadanos de diferentes países no se les ocurrió otra cosa que arrasar con todo el papel higiénico de las estanterías del supermercado. Todavía no se sabe a ciencia cierta qué nos empujó a tal acaparamiento, pero lo que no podemos negar es que el papel higiénico es un producto esencial en nuestra lista de la compra, porque forma parte de nuestra higiene, como bien dice el nombre.

Como explican en National Geographic, el origen exacto del papel higiénico no está completamente claro, ya que su uso se remonta a la antigüedad y ha evolucionado a lo largo de los siglos. Los antiguos griegos utilizaban piedras y conchas para limpiarse después de ir al baño, mientras que los romanos utilizaban esponjas atadas a palos que se mojaban en agua salada o en vinagre. En la Edad Media, algunas personas usaban heno, paja, hojas y musgo para limpiarse.

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El Confidencial

El primer registro histórico que tenemos de la utilización de papel para la higiene personal proviene de China durante la dinastía Tang en el siglo VI. El emperador chino ordenó la fabricación de papel suave y perfumado para su uso personal. Sin embargo, no es hasta el siglo XIX que el papel higiénico moderno, tal como lo conocemos hoy en día, fue inventado. El empresario estadounidense Joseph Gayetty patentó el primer papel higiénico en 1857. Estaba hecho de cáñamo y contenía aloe vera para calmar la piel. Desde entonces, se han realizado muchas mejoras en la fabricación y calidad del papel higiénico.

La oferta actual de papel higiénico es abrumante

Ahora, tenemos papel higiénico de doble capa, ultrasuave, de colores, perfumado, más resistente, e incluso húmedo. Sin embargo, ni es ecológico ni tan sano como parece. El papel higiénico tarda bastante en degradarse y está compuesto por ciertas sustancias químicas que han demostrado ser perjudiciales para nuestra salud a largo plazo. Además, tampoco limpia tan bien y puede generar irritaciones.

Alternativas al papel higiénico

Y, a pesar de todo esto, no somos capaces de dejar de usarlo. ¿Cuál sería la alternativa? Solo hay que echar la vista atrás para darnos cuenta de que la respuesta más sencilla parece ser la correcta: agua y jabón. Muchos aún tienen en sus baños el famoso bidé, que sirve para efectuar una higiene rápida y efectiva de las partes íntimas. Una versión más moderna del bidé son los inodoros con chorro de agua, como los que ya se llevan utilizando hace décadas en Japón.

Lo más sencillo sería volver al uso del agua y el jabón para limpiarnos

La propia taza del inodoro está equipada con un sistema que lanza un chorro de agua para limpiar las partes íntimas, sin necesidad de papel. Los más modernos incluso lanzan aire para secar la zona, tienen música y calientan la tapa del váter, pero eso ya son cosas complementarias para nuestra higiene.

Un apaño más sencillo y económico son las tapas de inodoro que incorporan un chorro de agua, que se pueden instalar en los inodoros actuales. E incluso ya se ven en algunos aseos unos 'aparatitos' que se instalan en la tubería del inodoro y que nos lanzan agua para limpiarnos. Por el momento, esta alternativa con agua y jabón parece la más plausible para sustituir al papel higiénico a corto plazo.