Así ha sido el momento del primer aterrizaje de la historia de un avión en un helipuerto

Algunas personas están llamadas a hacer historia en algún momento de su vida y Luke Czepiela tenía claro que él era una de ellas. Este piloto polaco ha protagonizado un hecho histórico en el mundo de la aviación, al convertirse en la primera persona capaz de aterrizar un avión en un helipuerto. Algo tan difícil como peligroso que este aventurero ha logrado tras un duro entrenamiento.

Porque este especialista ha estado dos años preparando este peligroso intento de aterrizaje en una pista de tan solo 27 metros de diámetro. Muy distinta, por lo tanto, a las pistas de los aeropuertos tradicionales que suelen tener más de 2.000 metros de longitud para que los aviones más voluminosos puedan aterrizar sin percances.

El lugar elegido para tratar de lograr esta hazaña fue el helipuerto del Burj Al Arab, el icónico hotel de Dubái conocido por ser el único del mundo con 7 estrellas. Ese aeropuerto se encuentra en lo más alto del edificio de 56 pisos donde se encuentra el hotel, por lo que Luke Czpiela tuvo que aterrizar su avión nada más y nada menos que a 212 metros de altura.

Un avión modificado

El piloto polaco y el equipo que le ayudó modificaron el avión para adaptarlo todo lo posible a su objetivo. Redujeron el peso hasta dejarlo en apenas 425 kilogramos, pero, además, cambiaron de ubicación el tanque de combustible para instalarlo en la parte trasera. Buscaban que, al tocar el suelo, tener colocado el tanque en la zona posterior del avión harían que la frenada fuera más agresiva.

Czepiela entrenó durante meses pintando un círculo con las medidas del helipuerto en el que tenía que aterrizar en una pista tradicional. Cuando llegó el día, estaba convencido de su éxito, pero antes de conseguirlo tuvo que abortar con dos intentos fallidos: uno, por llegar a más velocidad de la debida y, el segundo, por entrar ladeado al helipuerto.

Finalmente, Luke Czepiela hizo historia aterrizando su avioneta en el helipuerto del Burj Al Arab. Después, no dudó en volver a volar con su aeronave haciendo todo tipo de piruetas por los cielos de Dubái ante la atónita mirada de cientos de personas que habían seguido el espectáculo con toda la atención.