¿Qué son los bebés arcoíris? Nacen cargados de esperanza y amor

Un embarazo deseado suele conllevar mucha planificación por parte de los padres. Eligen el momento idóneo en pareja, y piensan cómo será su vida dentro de nueve meses. A veces cuesta más, otras menos. Los planes a futuro inundan cada aspecto del día a día y la familia suele volcarse en ese embarazo tan esperado.

Sin embargo, puede ocurrir que el embarazo no llegue a finalizar, ya sea por un aborto espontáneo, por muerte del feto, muerte neonatal o fallecimiento del bebé nada más nacer. Las familias se sumen en un dolor que no tiene descripción. Pasado un tiempo, algunas lo vuelven a intentar y, si el nacimiento del siguiente bebé es exitoso, se le conoce como “bebé arcoíris”.

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Inés Gutiérrez

¿Por qué arcoíris? Este término es cuestión de simbolismo. El bebé que llega tras una pérdida, es casi como un milagro. Esta vez, el embarazo y el parto sí han salido bien y los padres tienen entre sus brazos a su nuevo hijo. Es tal el júbilo y la alegría que produce la llegada de un bebé al mundo en esas circunstancias que por eso se le denomina “bebé arcoíris”. Los padres pasan de una tristeza profunda (tormenta) a tener que cuidar de un bebé sano (el arcoíris) que les alegra cada segundo de su vida.

El equivalente a un milagro

En la Biblia encontramos un referente más exacto. Cuando acabó el diluvio, Dios le ofreció a Noé un arcoíris como promesa de paz y renacimiento. Es la calma tras la tempestad, la paz tras los días aciagos, la recompensa de no haberse rendido. Ya se sea creyente o no, no se puede negar que el nacimiento de un “bebé arcoíris” es realmente todo un milagro.

El nacimiento de un “bebé arcoíris” es toda una montaña rusa de emociones

Los padres que buscan su “bebé arcoíris” tienen un miedo atroz a que vuelva a ocurrir la pérdida. Muchos intentan tener un embarazo exitoso por todos los medios, acudiendo a tratamientos de fertilidad si es necesario. Ponen todas sus esperanzas en la búsqueda de ese pequeño milagro, a pesar de que, en algunas ocasiones, las pérdidas se suceden una detrás de otra hasta conseguir llevar a término el embarazo.

La importancia de recibir apoyo

Por no hablar de los sentimientos de los padres y familiares cuando el bebé por fin llega. A la vez que sienten gratitud y alegría, también experimentan miedo a perder al recién nacido, miedo a no estar a la altura como padres, miedo a volcar excesivas expectativas en el nuevo integrante de la familia o tristeza por recordar al pequeño que nunca llegó a vivir. De ahí la importancia de pedir ayuda al entorno y a los profesionales.

El duelo de una pérdida es diferente en cada persona y, cuando se trata de la vida de un bebé, los sentimientos están a flor de piel y cada uno busca honrar su memoria como mejor sabe o siente que necesita. Es recomendable buscar la comprensión y comunicación con la familia y la pareja. Si se necesita ayuda, hay que pedirla, no se está a solas en el camino de la maternidad y paternidad.