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Yasuke, el único samurái africano en el Japón del siglo XVI
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UNA BIOGRAFÍA LLENA DE INTERROGANTES

Yasuke, el único samurái africano en el Japón del siglo XVI

Este personaje sirvió a Oda Nobunaga, el gran unificador de la nación nipona tras el fin del periodo Sengoku, siendo no solo su más fuerte y fiel guerrero, sino también su mejor amigo

Foto: Ilustración de Yasuke del artista Anthony Azekwoh. (Wikipedia)
Ilustración de Yasuke del artista Anthony Azekwoh. (Wikipedia)

Cientos de guerreros yacen en los alrededores del templo Honnoji de Kioto, en Japón. Es el año 1582 y el señor feudal Oda Nobunaga se prepara para morir. A su lado, su siervo de mayor confianza, un samurái muy distinto a todos los demás llamado Yasuke, pero el más fiel y valeroso de toda la corte del daimyo. Este le persuade para que no tome la decisión de suicidarse ante su derrota después del ataque de un general que le había traicionado. "Lo único que me queda es una muerte honorable", le dice, mientras alza su katana para clavársela a sí mismo en el corazón.

No se sabe a ciencia cierta si esta escena es cierta. El seppuku, un ritual que todos conocemos por el sobrenombre de harakiri, era la forma más honrosa de morir para los samuráis y los señores de la guerra en el Japón de aquellos tiempos. Antes que caer en manos de su enemigo so pena de ser torturados, los guerreros desenfundaban su espada para infringirse una herida mortal en su abdomen y, mediante un corte seco y fatal, dejar de respirar. Así se cree que falleció el gran Nobunaga, uno de los señores feudales del período Sengoku de la historia de Japón, a finales del siglo XVI, conocido como "el Gran Unificador". Como retrata esta primera escena de una serie de Netflix lanzada hace dos años, el gran caudillo cometió suicidio delante de quien había sido su más fiel servidor, a quien profesaba una gran amistad: un samurái extranjero, de origen africano, cuyo nombre original se desconoce pero al que todos llamaban Yasuke.

"Pertenecía al reducido séquito que rodeaba a Nobunaga de entre 30 y 50 guerreros, muchos de ellos también amantes"

A veces, la historia nos deja historias extraordinarias, valga la redundancia. Países tan alejados geográfica y culturalmente como África y Japón tuvieron un punto de unión mucho antes de la globalización desde el momento en que estos dos personajes se conocieron. Se cuenta que Yasuke llegó al Extremo Oriente acompañado por un misionero jesuita llamado Alessandro Valignano, sirviéndole de guardaespaldas. Cuando conoció a Oda Nobunaga, este se quedó impresionado, frotándole la cara para demostrarse a sí mismo de que su rostro no estaba cubierto de betún; a fin de cuentas, podría ser la primera vez en la historia que un amarillo tenía delante a un negro, habiendo grandes diferencias en su fisonomía que no solo se limitaban al color de su piel. Yasuke era mucho más alto y fuerte que cualquiera de sus guerreros, en realidad que cualquier hombre con el que se había cruzado en toda su vida.

Un samurái de lo más especial

En aquellos años, Japón estaba envuelta en una gran guerra civil entre distintos señores feudales que se disputaban los dominios de las distintas regiones. Nobunaga aspiraba a más y quería ser el rey de todos ellos. Tras el fin del shogunato Ashikaga, el daimyo consiguió unificar a toda la isla bajo un régimen cruel y despiadado. Según explica el historiador Thomas Lockley en su libro sobre la biografía de Yasuke, el samurái viajaba con el misionero desde la India hasta Japón. No se sabe el país de origen de Yasuke, pudiendo ser de Mozambique, Etiopía o algún país del África más oriental. El gobernador mandó organizar una gran fiesta para darle la bienvenida, en la que le cautivaron sus relatos de países extranjeros. Lockley comenta que el joven africano aprendió muy rápido el idioma japonés, de ahí que al poco tiempo comenzara a ser instruido en la cultura samurái para formar parte de la guardia del gran Nobunaga.

Según relata Lockley, el "daimyo" corrió a refugiarse en una de las cámaras del templo junto con Yasuke y una asistente personal

El título de samurái aludía al rango que ostentaba un militar al servicio de otro samurái. "Pertenecía al reducido séquito que rodeaba a Nobunaga de entre 30 y 50 guerreros, principalmente jóvenes, muchos de ellos también amantes", asegura Lockley en uno de los fragmentos de su libro publicado en un artículo de Smithsonian Mag. Sí que es bien sabido que los samuráis de más edad mantenían relaciones sexuales con sus aprendices, aunque no hay pruebas fehacientes de que el señor feudal tuviera algo más allá de la amistad y el servilismo con Yasuke.

Foto: Imagen de la película 'Girl Boss Guerilla' de 1972.

Nobunaga intentó unificar Japón con mano de hierro. Esto le llevaba en muchas ocasiones a cometer atrocidades contra su pueblo y ser cruel con sus enemigos. "Podía deshacerse de 10.000 personas con el único ánimo de mantener la paz", describe el historiador. Esto, evidentemente, le granjeó una oposición sólida entre sus hombres más cercanos, que esperaban su oportunidad para derrocarle. Entre ellos figuraba Akechi Mitshuhide, uno de sus generales, quien organizó un complot para destronar al señor feudal.

El final de Nobunaga

El 21 de junio de 1582, el general tendió una emboscada en Kioto a Nobunaga mientras se dirigía a una batalla con 30 hombres escasos. Mitshuhide reunió a un ejército de 13.000 soldados que atacaron mientras la expedición descansaba en el templo de Honnoji, en Kioto. No dejaron ni un solo superviviente. Según relata Lockley, el daimyo corrió a refugiarse en una de las cámaras del templo junto con Yasuke y una asistente personal llamada Mori Ranmaru (de quien se sospecha que era su amante). Al ver que la contienda estaba perdida, Nobunaga declaró a sus dos amigos que se dispondría a hacerse el harakiri a no ser que Yasuke lo decapitara. Este se negó, y entonces el señor feudal se clavó la espada en el abdomen a la par que Ranmaru.

placeholder La masacre del templo Hannoji en una pintura de la dinastía Meji. (Wikimedia Commons)
La masacre del templo Hannoji en una pintura de la dinastía Meji. (Wikimedia Commons)

De todos modos, lo que sucedió en aquel templo sigue siendo centro de especulaciones por parte de expertos en la historia nipona. Los registros apuntan a que Yasuke fue capturado y herido por el ejército de Mitshuhide pero, extrañamente, le perdonaron la vida. Lockley sostiene que fue por no causar desafección entre los misioneros jesuitas con los que había venido, aunque también pueda deberse a la rapidez con la que se sucedieron los acontecimientos, ya que apenas unos días después el traidor Mitshuhide fue derrotado en otra batalla por Toyotomi Hideyoshi, otro de los generales del anterior daimyo, quien se propuso seguir las pretensiones de su señor para unificar Japón.

La historia del samurái Yasuke no solo ha sido llevada a la pequeña pantalla en formato de serie por Netflix. En 2019 se anunció que su figura iba a ser reencarnada por el actor Chardwick Boseman, quien ya se puso en la piel del superhéroe de Marvel Black Panther. Sin embargo y desgraciadamente, en agosto de 2020 y tras la llegada de la pandemia, el actor murió de un cáncer de colon terminal, paralizando la producción de la película sobre el guerrero africano en tierras niponas. Habrá que esperar a que la excepcional biografía de dicho samurái salga a la luz al gran público en un formato más realista.

Cientos de guerreros yacen en los alrededores del templo Honnoji de Kioto, en Japón. Es el año 1582 y el señor feudal Oda Nobunaga se prepara para morir. A su lado, su siervo de mayor confianza, un samurái muy distinto a todos los demás llamado Yasuke, pero el más fiel y valeroso de toda la corte del daimyo. Este le persuade para que no tome la decisión de suicidarse ante su derrota después del ataque de un general que le había traicionado. "Lo único que me queda es una muerte honorable", le dice, mientras alza su katana para clavársela a sí mismo en el corazón.

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