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El verdadero origen del roscón de Reyes: historia de una tradición
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'LA BOCA AGUA'

El verdadero origen del roscón de Reyes: historia de una tradición

Este sabroso dulce que se comparte el día de la Epifanía del Señor comenzó a degustarse con motivo de las saturnales romanas para celebrar la llegada de los días de luz

Foto: Fuente: iStock
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Es tiempo de nervios e inquietud entre los más pequeños. Quedan muy pocos días para ver qué regalos dejarán en casa los Reyes Magos en un año especialmente difícil para ellos al no poder haber salido a jugar tanto como hubieran querido. A la espera de que lleguen las ofrendas con las que les sorprenderán Sus Majestades, muchos (no tan pequeños) estarán ya con 'la boca agua' al pensar en una de las tradiciones más dulces que conserva nuestra historia. Se trata del mítico roscón de Reyes, uno de los productos tradicionales con más raigambre cultural y gastronómica en nuestros paladares y que, como todos los años, no podrá faltar en las cocinas y salones de las familias.

La historia siempre se comprende a través de los detalles más cotidianos y sencillos de nuestra cultura presente, por lo que merece la pena echar la vista atrás para conocer de dónde proviene la tradición y cómo llegó a nuestras vidas y a día de hoy pervive. El roscón de Reyes sirve para celebrar la Epifanía del Señor, que etimológica y religiosamente alude a la "manifestación" de Jesucristo en el mundo y, en este caso, su revelación a los Reyes de Oriente, según narra el profeta San Mateo en el Nuevo Testamento.

En Francia celebran 'Le Roi de la Fave' (El Rey del haba), mientras que en Portugal se le da el nombre de 'Bolo Rei' (El pastel del Rey)

Sin embargo, la costumbre de comer el roscón no tiene sus orígenes en las festividades cristianas, sino al contrario, en las paganas. Como tantas otras formas culturales, fue absorbida por el cristianismo con el paso de los años y los siglos. En su origen, era un dulce que se repartía en las saturnales romanas entre amos y esclavos con el objetivo de celebrar la llegada de los días de sol que empezaban a venir tras el solsticio de invierno. El haba, que ahora tiene una connotación negativa para quien lo encuentre en su plato, entonces era motivo de celebración, pues el esclavo al que le tocaba era condecorado con el título de 'Rey de reyes' y tenía derecho a un día libre.

Foto: Lupercalia, lienzo de Andrea Camassei.

En aquella época, en torno al siglo II, el roscón tenía forma redonda de torta y se elaboraba con higos, dátiles y miel. Y ahora, en el presente, se cocina con masa dulce y en forma de cero, acompañado y adornado con rodajas de fruta confitada, escarchada o cristalizada de vistosos colores. Aquí estriba una de sus mayores polémicas actuales, que siempre genera debates en redes sociales y mesas familiares entre aquellos que prefieren quitarla, al concederle un sabor amargo que contrasta con el dulce, y aquellos que no dudan un segundo en devorar un pedazo de forma íntegra. La receta de nuestros días se completa añadiendo un relleno de chocolate, nata, crema o trufa.

Se ha especulado mucho con la fecha en la que se vinculó a la celebración cristiana de la Epifanía del Señor. Lo que sí que está claro es que, según recoge el historiador Julio Caro Baroja en su obra 'El Carnaval', hay una mención al roscón en dos testimonios del siglo XII. Uno de ellos corresponde al Reino de Navarra, que en el año 1361 designaba Rey del Faba al niño que encontraba el haba en la masa del dulce. El segundo alude a Ibn Quzman, poeta andalusí, que en su escrito 'Cancionero' describe una tradición similar con una torta (a la manera romana) en cuyo interior había monedas de oro.

Una tradición compartida

¿Qué países además del nuestro siguen la tradición? En Francia, una nación histórica y culturalmente muy cercana a la nuestra, celebran El Rey del Haba ('Le Roi de la Fave' en su idioma original), en la cual las familias francesas se sientan a comer un bollo muy similar al roscón de Reyes escondiendo en su interior un haba. En Portugal, a la tradición se la conoce como 'Bolo Rei' (El bollo real, en la traducción hispánica) y aunque no se comparten los mismos ingredientes, también es tradición sentarse a comerlo el 6 de enero. También se consume en México, solo que aquí prefieren tomarlo para merendar en vez de para desayunar, importándose la tradición en el siglo XVI desde España.

¿A quién le tocará esta vez la figura del roscón en tu círculo más cercano, signo de suerte, prosperidad y fortaleza? ¿Y a quién el haba?

Como decíamos, tradiciones gastronómicas como el roscón de Reyes son una de tantas huellas que nos deja la historia de nuestros ancestros. Un legado que no podemos olvidar y que este año, a pesar de la pandemia y de los padecimientos que ha traído consigo, se seguirá perpetuando de padres a hijos para acompañar en la mesa en este día tan especial en el que creer en la magia y celebrar la llegada de un nuevo año con nuestros seres queridos. ¿A quién le tocará esta vez la figura del roscón en tu círculo más cercano, signo de suerte, prosperidad y fortaleza? Y a su vez, ¿quién será el que encuentre el haba y le toque pagar el dulce?

Es tiempo de nervios e inquietud entre los más pequeños. Quedan muy pocos días para ver qué regalos dejarán en casa los Reyes Magos en un año especialmente difícil para ellos al no poder haber salido a jugar tanto como hubieran querido. A la espera de que lleguen las ofrendas con las que les sorprenderán Sus Majestades, muchos (no tan pequeños) estarán ya con 'la boca agua' al pensar en una de las tradiciones más dulces que conserva nuestra historia. Se trata del mítico roscón de Reyes, uno de los productos tradicionales con más raigambre cultural y gastronómica en nuestros paladares y que, como todos los años, no podrá faltar en las cocinas y salones de las familias.

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