La razón por la que un pueblo de los Alpes ha tenido que cerrar su último teleférico

El cambio climático viene de la mano del calentamiento global y está modificando el paradigma meteorológico poco a poco. Un ejemplo de ello es lo que ha ocurrido en un pueblo de los Alpes franceses llamado Saint-Firmin. Resulta que este pueblecito tenía una estación de esquí que se inauguró en 1964, con sus telesillas y todo. Nevaba cada año y servía como pista para que los niños principiantes aprendiesen a esquiar antes de lanzarse a lo loco por las zonas más desafiantes de los Alpes.

Sin embargo, llegó un día en el que la nieve dejó de caer con tanta frecuencia y en tanta cantidad. Este fenómeno lleva notándose desde hace más de 15 años y, poco a poco, ha obligado a ir deteniendo los telesillas. Esta es la misma situación que viven otras estaciones de esquí francesas y europeas, afectadas también por el cambio climático.

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Este mes de noviembre ha puesto punto y final a toda la infraestructura deportiva de Saint-Firmin. Ya no se va a instruir a los más jóvenes del pueblo para que aprendan a esquiar y se han acabado los concursos invernales de ver quién bajaba antes por la ladera. Ya no hay nieve y se ha retirado el último teleférico que quedaba en pie.

Ya no se puede esquiar en Saint-Firmin

Didier Beauzon, de 63 años, residente de toda la vida de Saint- Firmin, comentó resignado a la CNN que “tuvimos que devolvérselo a la naturaleza”. Los lugareños van a aprovechar el lugar de la estación de esquí para conmemorar todos los buenos momentos que se han vivido. Beauzon cree que "la gente se está dando cuenta de la evolución del clima. De hecho, se trata de eso. Cuando hablamos del telesilla, la gente habla del clima". Y terminó con una afirmación de lo más nostálgica: "Tuvimos que llorar toda una era que nunca volverá".

Una empresa de reciclaje se encargará de aprovechar el metal de los teleféricos

El grupo ecologista francés Mountain Wilderness ha sido el encargado de desmontar este telesilla. El coste de desmantelamiento del telesquí ha sido de 20.000 euros, sufragados en parte por el gobierno local, y sus materiales serán aprovechados por otras empresas de reciclaje. Este grupo también se ha encargado de desarmar otros sistemas de remonte en Francia por el mismo motivo: no hay nieve.

A pesar de estar en desuso, los telesillas de Saint-Firmin todavía se mantenían en pie, como esperando a que volviese a nevar. Y todo apunta a que, en los años venideros, se seguirán desmantelando más estaciones de esquí en parte de Francia y del resto de Europa occidental. Las olas de calor son cada vez más frecuentes y duraderas y la nieve brilla por su ausencia.