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Hora de hacer limpieza de gente: cómo saber quiénes son tus verdaderos amigos
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Hora de hacer limpieza de gente: cómo saber quiénes son tus verdaderos amigos

Si te estás planteando dejar a alguien atrás porque ya no es la misma relación de antes o porque sientes que das más de lo que recibes, aquí van una serie de consejos

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En las relaciones humanas, no hay nada escrito. A veces resulta que, de la noche a la mañana, te separas de una persona muy cercana a ti a la que llevas unido una gran parte de tu vida. Y, por otro lado, de pronto aparece alguien sin hacer demasiado ruido que se hace un hueco en tu corazón sin pedirlo y sin avisar. Todo puede pasar. Lo cierto es que, a diferencia de otro tipo de relaciones como las familiares, a los amigos se les escoge. Y por ello debemos saber elegir bien, ya que el tiempo pasa muy deprisa.

Ahora bien, tampoco conviene frivolizar en estos asuntos. Un amigo al que quieres, aunque ya no estéis en el mismo plano, momento vital o simplemente ya no os llevéis bien, es un lazo al que merece la pena intentar apegarse y no soltar. Las personas no son cromos intercambiables. Y la deriva relacional de nuestros tiempos, a veces demasiado líquidos, puede limitar nuestro campo de visión, cayendo en la manía persecutoria con gente que también quiere lo mejor para nosotros.

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En los últimos años, se han popularizado términos como "red flag" o "gaslighting" que se aplican mayormente a relaciones más estrechas, como las de pareja, pero que también pueden resonar en clave de amistad. Y también hay que tener en cuenta que ver con mucha frecuencia personas tóxicas en tu entorno puede ser indicativo de que tú eres el tóxico. A no ser que sea una mala compañía a ojos de todo el mundo, te meta en líos, te critique en exceso delante de otros o te diga comentarios hirientes, por norma general, si entra dentro de la categoría de "majo" y compartís varias cosas en común, no tendría que haber problema para continuar llevándoos bien y siendo amigos.

Esto en la teoría. En la práctica, las relaciones se mueven por expectativas. Al fin y al cabo, cuando empezamos a conocer a una persona es porque algo de ella nos interesa, sobre todo positivamente (el interés negativo es más propio de aquellos a quienes llamamos "contactos" o "conocidos"). Y si hay interés, es porque esperamos algo, sin tener por qué ser material, ya que sobre todo o al principio lo que más buscamos es una conexión mental o emocional. También es el interés el que nos hace retroceder y cancelar algún que otro plan con alguien con quien ya no nos sentimos muy apegados.

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En muchas ocasiones, de hecho, hay vínculos que solo mantenemos por miedo a la soledad. Esta, por supuesto, es otra forma de interés, más incluso si ya nos sentimos solos por defecto. Aunque estemos rodeados de gente, no encontrar cierta complicidad con nadie puede granjearnos una sensación muy profunda de soledad, con un regusto existencial. En este sentido, es mejor estar solo que mal acompañado. Mejor ser honestos con nosotros mismos y con los demás que vivir en un teatro de afectos permanente. Si sientes que debes dejar a gente atrás porque la llama se ha apagado o porque crees que prima más su propio interés que el tuyo, ha llegado la hora de hacer una limpieza de gente.

¿Qué es un buen amigo?

En primer lugar, habría que definir qué significa ser "buen amigo" y si nuestra definición está alineada con la de las personas a las que consideramos amigos. Para saberlo, lo mejor es preguntarse por los valores que os definen, como indica Nir Eyal, escritor y conferenciante de éxito, en un artículo sobre el tema publicado en 'Psychology Today'. Si aquello que más valoráis en una amistad coincide, entonces es muy fácil que os entendáis y podáis continuar con la relación. Si, en cambio, disentís en este aspecto tan fundamental, corréis el riesgo de que tarde o temprano os acabaréis separando.

"Las relaciones son cosa de dos y nunca pueden ser una imposición"

Por ejemplo, puede ser que la otra persona demande de ti mucho más de lo que le puedas dar. La amistad puede desgastarse ante ese cruce de expectativas. Muchos de estos casos acaban en enfados a raíz de que alguien ejerce presión para seguir ahí y el otro no. O peor aún: uno de ellos carga en exceso sus problemas personales a la espalda del otro. Esto puede redundar en una amistad que ya no es sana, ya que hay una parte que da sin preguntar y la otra recibe solo por ceder al chantaje emocional. La clave, como en todo tipo de relaciones, está en el equilibrio: siempre debe haber una contraprestación justa entre lo que das y lo que recibes.

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"Las relaciones son cosa de dos, y nunca pueden ser una imposición", admite el escritor Ferrán Ramón Cortés en la revista 'Cuerpo Mente'. "Las relaciones solo funcionan cuando sentimos la total libertad de estar en ellas como queremos estar. Cuando pensamos en una relación en términos de obligación, deja de ser una relación".

Puede ser que estés en el otro lado y sientas que lo has dado todo por una persona, siempre estás pendiente de ella o haciéndola favores, mientras que nunca recibes más de lo mismo. Esta es una de las razones más frecuentes por las que se puede armar una discusión entre amigos o bien tomar la decisión de distanciarse. La amistad verdadera, se supone, siempre ofrece sin esperar nada a cambio, pero tampoco debería existir un amplio margen de desigualdad en esas prestaciones afectivas. Cuando sientes que tu fidelidad y solidaridad no está recompensada, tal vez llegó la hora de pensar seriamente si dejar de lado a esa persona que siempre te está buscando, pero luego nunca está disponible cuando la necesitas.

En las relaciones humanas, no hay nada escrito. A veces resulta que, de la noche a la mañana, te separas de una persona muy cercana a ti a la que llevas unido una gran parte de tu vida. Y, por otro lado, de pronto aparece alguien sin hacer demasiado ruido que se hace un hueco en tu corazón sin pedirlo y sin avisar. Todo puede pasar. Lo cierto es que, a diferencia de otro tipo de relaciones como las familiares, a los amigos se les escoge. Y por ello debemos saber elegir bien, ya que el tiempo pasa muy deprisa.

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