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Cómo romper con una amistad que ya no funciona de la mejor forma posible
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Cómo romper con una amistad que ya no funciona de la mejor forma posible

Si crees que vuestro momento ya pasó y no sabes cómo abordar la situación, aquí van una serie de consejos y aspectos a tener en cuenta para tomar la decisión de deciros adiós

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Toda relación humana tiende a la deriva. En una cultura como la nuestra, tal vez la familia sea el grupo que más resiste los envites del tiempo. Pero en el caso de la amistad, como se elige, el vínculo tiende a cambiar constantemente. Puede ser que ya no hables tanto con aquel amigo o amiga de toda la vida y, de repente, llegan nuevas personas con las que te sientes más a gusto o te lo pasas mejor. Entonces, de forma natural, esos lazos que parecían eternos tienden a difuminarse y en su lugar aparecen otros nuevos. Eso no quiere decir que no merezca la pena esforzarse en mantener amistades de larga duración, pues sin duda son las más valiosas.

Sea como sea, las relaciones más laxas, como pueden ser las de amistad, están sujetas al cambio de manera continua. Obviamente, depende de cada persona y el vínculo que desarrolla con los demás, pero por regla general, y más en esta sociedad líquida en la que nos movemos, cada uno tiende a elegir su propio camino que muchas veces no coincide con el de la gente que tiene más a mano o con el entorno del que se ha rodeado hasta entonces. Y aquí, como en las relaciones más cerradas o profundas (las familiares o de pareja), puede aparecer en cualquier momento la idea de ruptura, ya sea porque no se comparten las mismas inquietudes, objetivos vitales o simplemente porque el lazo de unión se ha ido deteriorando tanto que no hay marcha atrás.

"A medida que las personas crecen, es posible que sus formas de comunicarse dejen de estar alineadas"

Esto no quiere decir que las relaciones amistosas sean menos significativas que las amorosas o familiares. Hay una gran cantidad de recuerdos compartidos, de instantes vividos en común que trascendieron o adquirieron mucha relevancia como para olvidarlos de la noche a la mañana. En muchos casos, al igual que sucede con la separación de la pareja, puede quedar una especie de trauma que afecte a las relaciones posteriores, más si ha habido discusiones y malos rollos de por medio. O si, como también puede suceder, la relación se os fue tanto de las manos que ninguna de las partes entiende muy bien las razones del cisma.

Causas y consecuencias

¿Qué es lo que determina que una amistad se rompa? ¿Cómo gestionarlo a nivel individual e interpersonal de la mejor forma posible? En primer lugar, habría que aclarar qué es lo que entendemos por una amistad fuerte para localizar los puntos de esta misma que pueden estar fallando. Akua K. Boateng, psicoterapeuta estadounidense, asegura en un artículo reciente de la revista 'Vox' que los requisitos más importantes suelen ser un fuerte sentido de confianza entre ambos, gozar de una buena comunicación y tener muchas cosas en común.

"Es increíblemente difícil interrumpir de la noche a la mañana una amistad, pero mantener a un amigo tóxico cerca es agotador"

"A medida que las personas crecen, es posible que sus formas de comunicarse dejen de estar alineadas o que ya no exista tanta emoción al estar juntos", asevera por su parte Vanessa Santos, psicóloga y experta en relaciones. "Si tu deseo de pasar tiempo con él o ella ha disminuido, si todo el tiempo genera dramas o si vuestra comunicación cambia... es posible que la relación llegue a su punto final al no compartir intereses ni puntos de vista".

Por otro lado, las amistades tienden a fortalecerse en los momentos difíciles, pero no siempre se da la talla, ya sea por desconocimiento o por omisión. Esto puede hacer que entre los dos aparezca una sensación amarga al sentir que no se está obteniendo lo que se demanda, o bien que lo que se ofrece no parece ser suficiente. En cualquier caso, como en las relaciones amorosas, la comunicación honesta y sincera es clave. En caso contrario, el lazo puede debilitarse o volverse tóxico a raíz de las palabras no dichas o los malentendidos.

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"De vez en cuando, las amistades se vuelven amargas, y es increíblemente difícil interrumpir de la noche a la mañana una amistad, pero mantener a un amigo tóxico cerca es agotador", asegura Kailee Place, psicóloga y terapeuta personal, en un artículo de 'Business Insider'. "A largo plazo, es mejor cortar lazos y encontrar a personas que te aprecian y te apoyan".

Distintos tipos, distintas necesidades

Según ella, hay amistades para distintas finalidades encaminadas a satisfacer algún área de nuestra vida. Puede que algunas solo se queden en el tiempo para el café, otras en el camino de vuelta a casa del trabajo y otras tantas para pasar tiempo de calidad, como para realizar viajes o salir. Y también están las que te gusta tener cerca, en la intimidad del hogar. Obviamente, tenemos prioridades sobre cada uno de estos tipos según nuestra personalidad (hay quien prefiere rodearse de mucha gente sin conectar demasiado a un nivel profundo con nadie y otros que solo tienen muy pocas amistades, pero muy íntimas). En cualquier caso, ningún modelo de amistad es más valioso, de ahí que vayamos moviéndonos y eligiendo acorde a nuestras necesidades y expectativas.

"Si hay varias conversaciones que acaban mal, lo mejor sería confesar que ya no tienes la capacidad para esforzarte en la relación"

Se trata de una clasificación similar a la que hace la psicoterapeuta Melissa S. Cohen en un artículo de 'The New York Times', la cual divide las amistades en cuatro tipos: "amigos con las que tenemos una gran historia compartida, amigos que acabaron siendo nuestros amigos tras pasar mucho tiempo juntos de manera obligada (por ejemplo, compañeros de trabajo), amigos sociales superficiales y amigos con los que crecemos, con los que queremos estar juntos toda la vida sin importar el dónde". ¿Su consejo para dar por zanjado una relación que no funciona? "Salvo que nos hayan traicionado de manera grave, tan solo se podría dejar que la amistad se desvaneciera al no pasar tanto tiempo juntos".

Esto no sirve para las relaciones en las cuales existe una gran carga emocional, pues en ellas la persona se merece una buena explicación de por qué queremos dejar de vernos tanto o cortar la relación de inmediato. Es lo que Boateng llama una "ruptura de la amistad activa", en la que "hay una conversación real y clara para terminar". Una vez llegados a este punto, el otro puede tomárselo mal o bien. Se lo tomará bien si acepta las razones por las que ya no quieres estar tan pegado a él o las entiende; por el contrario, se lo tomará mal si esgrime una postura defensiva que no tolera aquello que le estás ofreciendo. Las discusiones harán acto de presencia, sobre todo las infructuosas.

Foto: ¿Enamorados sin saberlo? (iStock)

"Si hay varias conversaciones que acaban mal o no llegan a ninguna parte, lo mejor sería confesar que ya no tienes la capacidad para esforzarte en la relación debido a los desafíos que entraña y que necesitas alejarte", recomienda la psicóloga. "Idealmente, esto debería hacerse cara a cara, pero también por vía digital. Si crees que es apropiado y tienes ganas, lo mejor sería acabar expresando gratitud hacia tu amigo y desearle lo mejor".

Toda relación humana tiende a la deriva. En una cultura como la nuestra, tal vez la familia sea el grupo que más resiste los envites del tiempo. Pero en el caso de la amistad, como se elige, el vínculo tiende a cambiar constantemente. Puede ser que ya no hables tanto con aquel amigo o amiga de toda la vida y, de repente, llegan nuevas personas con las que te sientes más a gusto o te lo pasas mejor. Entonces, de forma natural, esos lazos que parecían eternos tienden a difuminarse y en su lugar aparecen otros nuevos. Eso no quiere decir que no merezca la pena esforzarse en mantener amistades de larga duración, pues sin duda son las más valiosas.

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