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Encuentran los restos de una 'vampira' en Polonia, enterrada con una hoz
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siglo xvii

Encuentran los restos de una 'vampira' en Polonia, enterrada con una hoz

Habían colocado el arma junto a su cuello para evitar que pudiera levantarse y volver dee entre los muertos, y así se cortara la cabeza

Foto: 'Entierro de Robin Hood'. (iStock)
'Entierro de Robin Hood'. (iStock)

Mucho tiempo antes de que Polidori concibiese el vampiro moderno, ya existieron figuras como Vlad el Empalador o la Condesa sangrienta que dibujaron la mítica imagen de ese personaje inmortal y temido que se alimenta de sangre y necesita de una estaca de madera para poder dejar de atormentarnos.

A pesar de ello, sigue sorprendiendo descubrir determinadas figuras, como los recientemente encontrados restos óseos de una "vampiresa" (femenina, si) en un cementerio polaco del siglo XVII, con una hoz en el cuello para evitar que se levantara de entre los muertos.

Foto: John William Polidori.

Según informa 'Science Alert', el profesor Dariusz Poliński de la Universidad Nicholas Copernicus dirigió la excavación arqueológica que condujo al descubrimiento de los restos, que se encontraron con un gorro de seda. "La hoz no se colocó plana, sino de tal manera que si la supuesta vampiresa hubiese decidido volver de entre los muertos, su cabeza se habría cortado o herido".

Si la supuesta vampiresa hubiese decidido volver de entre los muertos, su cabeza se habría cortado o herido con la hoz

Nada muy raro en realidad. En Europa del Este, durante el siglo XI, los ciudadanos tenían tanto miedo a los vampiros que comenzaron a tratar a sus muertos con rituales contra ellos, creyendo que algunas personas que morían podían volver a salir de sus tumbas y chuparles la sangre. Para evitar que algo así sucediera, les cortaban la cabeza o las piernas, también los quemaban, aplastaban con piedras o los colocaban bocabajo.

¿Por qué ese miedo intrínseco a los vampiros? Bueno, primero hay que recordar el pensamiento mágico que acompañó a la Edad Media y que, durante mucho tiempo, ha marcado nuestro modo de vivir. Por otro lado, hay algo intrínseco: tenemos una aversión natural a las cosas que están muertas porque los cuerpos transmiten enfermedades, lo que, como es lógico, nos da miedo. Los vampiros son además depredadores, algo que tampoco nos hace especial gracia. Son curiosos: activan en nuestra mente el miedo a contaminarnos, pero nos atraen por esa idea de que podemos escapar de la muerte y volver.

Para evitar que los vampiros volvieran de la muerte, les cortaban la cabeza o las piernas, también los quemaban, aplastaban con piedras o los colocaban bocabajo

Otro método curioso y común incluía una barra de metal que se martilleaba a través del esqueleto. En el caso polaco, los restos se encontraron con la hoz en el cuello y un dedo del pie cerrado con candado para sujetarla.

Mucho tiempo antes de que Polidori concibiese el vampiro moderno, ya existieron figuras como Vlad el Empalador o la Condesa sangrienta que dibujaron la mítica imagen de ese personaje inmortal y temido que se alimenta de sangre y necesita de una estaca de madera para poder dejar de atormentarnos.

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