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Charles Osborne o el hombre que vivió con hipo durante 68 años seguidos
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Charles Osborne o el hombre que vivió con hipo durante 68 años seguidos

Mucha gente le conoció teniendo pequeños espasmos, un movimiento ligero aunque contundente que producía su pecho, algo que parecía tener controlado, ¿pero a qué respondía exactamente?

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Nació en la localidad de Anthon, en el estado de Iowa, en 1893. Por entonces, por su puesto, su mente no tenía ni idea de que acabaría en el libro de los récords guinness por un motivo bastante peculiar. Charles Osborne ha sido hasta la fecha, o al menos según se tiene constancia, la persona que ha sufrido el ataque de hipo más prolongado de la historia. Y esta es su propia historia.

Mucha gente le conoció teniendo pequeños espasmos, un movimiento ligero pero contundente que producía su pecho. Podría parecer, de hecho, que llevaba algo oculto bajo la camisa, algo con una vida mucho más excitada. Nada que ver. Osborne demostraba que tenía controlado aquel incesante movimiento, o más o menos controlado. ¿Pero a qué respondía exactamente?

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"Estaba colgando un cerdo de 350 libras para sacrificarlo", declaraba el hombre a la revista 'People' en 1982. "Lo recogí, y luego me caí. No sentí nada, pero el médico dijo más tarde que me rompí un vaso sanguíneo del tamaño de un alfiler en el cerebro". Aquel médico era Terence Anthoney, que confirmó que la caída de Osborne provocó que una pequeña área en su tronco cerebral se partiera. Era el área encargada de inhibir la respuesta del hipo.

Un tratamiento fatal

Según explica Kellie B. Gormly en 'Smithsonian', viajó largas distancias para encontrar a algún médico que pudiera solucionarle aquella curiosa dolencia. Después de andar de consulta en consulta, de estado en estado, nadie pudo encontrar una cura para su hipo.

El único tratamiento efectivo se basaba en monóxido de carbono y oxígeno bebidos, lo que frenaba el hipo, pero no aseguraba dejar a la persona con vida después

El único que consiguió ciertos resultados fue Argus Leader, médico de la Clínica Mayo de Sioux Falls, en Dakota del Sur. Con monóxido de carbono y oxígeno bebidos, aseguraba, el hipo se frenaba. Sin embargo, aquel tratamiento tenía un defecto fatal: no era seguro que Osborne pudiera respirar tras ingerirlo porque se trataba de fórmula de gas venenosa.

Al final, entre morir o permanecer toda su vida entre el "hip" o "hic" que produce esta reacción del organismo, prefirió la segunda opción. Tuvo que conformarse con ir enfrentándose a ello y, tiempo después, consiguió aprender una técnica de respiración que minimizaba el característico sonido: básicamente, inhalar entre cada contracción de sus cuerdas vocales (que es el movimiento interno que se produce cuando decimos que tenemos hipo).

Récord mundial

La web de 'Guinness World Records' Lo reconoce así: Charles Osborne (EE. UU., 1894-1991) comenzó a tener hipo en 1922 cuando intentaba pesar un cerdo antes de sacrificarlo. No pudo encontrar una cura, pero llevó una vida normal en la que tuvo dos esposas y fue padre de ocho hijos. Continuó hasta una mañana de febrero de 1990.

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Efectivamente, el hipo le desapareció tan solo unos meses antes de fallecer. ¿Casualidad? Esto tampoco lo sabe nadie. No obstante, hoy en día su caso ha ido teniendo respuestas más claras, como recoge Gormly: "Ali Seifi, neurocirujano del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio e inventor de un dispositivo que alivia instantáneamente el hipo, teoriza que Osborne sufrió una lesión menor en las costillas durante su accidente. Las costillas inferiores están unidas al diafragma, un músculo entre el pecho y el vientre que se contrae para crear hipo. Un diafragma dañado puede haber sido responsable del hipo interminable".

Aunque la fractura de costillas no es la única opción, otra podría encontrarse en la misma cabeza como le hicieron suponer en su momento al hombre, aunque sin la terminología apropiada. Este podría haber sufrido un derrame cerebral, ya que precisamente el hipo prolongado que aparece por sorpresa es uno de los síntomas del bloqueo del flujo de sangre a una parte del cerebro como explicaba la neuróloga Diana Greene-Chandos en Prevention en 2015. Osborne murió finalmente por causa de las úlceras que las que llevaba media vida conviviendo, pero su récord sigue intacto.

Nació en la localidad de Anthon, en el estado de Iowa, en 1893. Por entonces, por su puesto, su mente no tenía ni idea de que acabaría en el libro de los récords guinness por un motivo bastante peculiar. Charles Osborne ha sido hasta la fecha, o al menos según se tiene constancia, la persona que ha sufrido el ataque de hipo más prolongado de la historia. Y esta es su propia historia.

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