Deja su trabajo por el comportamiento de su jefe, sube el vídeo a TikTok y se hace viral

Tener un teléfono con cámara siempre a nuestro lado nos permite poder grabar escenas cotidianas del día a día que antes pasaban ante nuestros ojos con naturalidad y que ahora dejamos inmortalizadas para la posteridad. Pero, además, también se puede utilizar para denunciar hechos ilegales o prácticas abusivas que se producen a diario.

Eso es lo que ha hecho Mikayla Prindeville, una joven norteamericana que, hasta ahora, trabajaba como encargada en una franquicia de la cadena de restaurantes. Estaba cansada de las malas condiciones de trabajo y del trato denigrante sistemático de su jefe, por lo que decidió grabar sus últimos momentos antes de renunciar a su empleo y subirlos a su cuenta de TikTok.

Sus comentarios no pueden ser más explícitos en sus últimos segundos como trabajadora: "Este es el final, los momentos finales. Vamos a dejar todo tal y como lo encontramos. A la mierda con este trabajo". Lo que no se esperaba Mikayla es que, en apenas una semana, su vídeo iba a sumar la friolera de casi 7 millones de reproducciones.

Mikayla no se fue sola, sino que lo hizo con Cody, su compañero de trabajo y, desde hace algunos meses, también su pareja. Después, ha explicado en otros vídeos las razones que les llevaron a tomar esa decisión: "Trabajábamos solo Cody y yo dentro y un repartidor. Nuestra zona de entrega abarca unos seis pueblos. Por lo tanto, a menos que los pedidos lleguen ordenados y podamos hacer dobles y triples entregas rápidamente, el conductor puede estar en la carretera hasta una hora. Con esos datos, teníamos alrededor de 15 entregas pendientes, quizás alguna más, y además como cinco o seis pizzas en el estante de calor esperando su regreso".

Para hacerse una idea de lo que eso significa, Makayla contó que un restaurante como el suyo necesita, al menos, de cinco conductores y cuatro personas trabajando dentro en un sábado por la noche. Los managers tienen la opción de desactivar los pedidos que llegan online para que los empleados no tengan que estar continuamente al teléfono pidiendo perdón y explicando que sus pedidos "tardarán horas y horas en llegar", pero no es suficiente. Necesitaba más personal y siempre se lo negaron.

Los problemas se repetían cada fin de semana, con pedidos que "nunca iban a poder entregarse", por lo que la encargada y su pareja decidieron dejar su empleo. Además, denuncia que sus sueldos apenas eran dos dólares más que el salario mínimo y eso que ya tenían un año de experiencia en la gerencia de restaurantes, lo que terminó por darles el empujón que necesitaban para buscar nuevos horizontes laborales.