Es noticia
Sexo en el espacio: ¿por qué la NASA no se ha puesto a estudiarlo en serio?
  1. Alma, Corazón, Vida
A GRAVEDAD CERO

Sexo en el espacio: ¿por qué la NASA no se ha puesto a estudiarlo en serio?

Un nuevo estudio esgrime la importancia de abordar el tema de la sexualidad en futuros proyectos espaciales, ya que de ello depende el éxito de las misiones

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Cuando hablamos de colonizar otros planetas, el sueño 'húmedo' (y nunca mejor dicho, luego veremos por qué) de tantos empresarios de la industria aeroespacial, se suele pasar por alto un tema que resulta esencial o de primer orden: el sexo. Ya sea como proceso por el cual los seres humanos nos reproducimos o simplemente como esa esfera indisociable de la conducta humana, abordar la sexualidad espacial resulta imprescindible de cara a garantizar el correcto progreso de las misiones y, sobre todo, asegurar la pervivencia y descendencia de la especie ahí arriba.

"El espacio plantea importantes desafíos para la intimidad y la sexualidad humana. La vida en los hábitats espaciales durante los viajes, al exploración o el asentamiento a largo plazo puede afectar negativamente a las funciones sexuales y reproductivas de los astronautas, restringir su privacidad o el acceso a las parejas íntimas, imponer protocolos de higiene y políticas de abstinencia, así como aumentar los riesgos de conflictos interpersonales o violencia sexual entre la tripulación. Todos estos factores pueden poner en peligro la salud y el bienestar de los habitantes espaciales, su correcto desempeño y el éxito de las misiones". Así reza el 'abstract' de uno de los últimos estudios realizados hasta la fecha, publicado a finales del año pasado en 'The Journal of Sex Research', en el que por fin se aborda la exigencia de trazar un plan serio y concreto para la sexualidad humana en las misiones espaciales.

"Nunca ha existido un esfuerzo verdadero de analizar los detalles de cómo gestionar la sexualidad más allá de nuestro pequeño orbe azul"

Como otras funciones vitales, todo se complica cuando no hay gravedad. Y al igual que ilustran tantas películas del espacio, el aislamiento produce demonios entre los tripulantes. Podemos contar con los mejores equipos y los más modernos sistemas de navegación aeroespacial, pero si no controlamos factores como la psicología, sociabilidad y sexualidad humana, en cualquier momento la misión puede pender de un hilo.

En busca de planes concretos

"La intimidad sexual es vital para la salud física y mental de la mayoría de las personas, por lo que los astronautas en misiones de varios años seguramente quieran o necesiten mantener algún tipo de vida sexual mientras están en el espacio", escribe el periodista norteamericano Mark Hay en un artículo publicado en la revista 'Mic' en el que recoge algunas de las personalidades del mundo de la psicología y sexología que están luchando para que se aborden planes concretos sobre estos temas dentro de las propias agencias aeroespaciales.

"Sabemos que el espacio deforma seriamente cualquier proceso corporal, y por extensión, que el sexo y la intimidad allí no funcionarán como lo hacen aquí en la Tierra", prosigue Hay. "Sin embargo, nunca ha existido un esfuerzo verdadero y dedicado para analizar los detalles de cómo gestionar estos aspectos vitales más allá de nuestro pequeño orbe azul".

"Cualquier empujón puede hacer que la otra persona salga volando"

Hay que tener en cuenta que la perspectiva desde la que se ha abordado la sexualidad solamente ha sido desde su inherente valor reproductivo. No son pocos los artículos que proliferan por la red (sobre todo en medios extranjeros) que recogen ideas y opiniones sobre garantizar la descendencia humana en el espacio exterior (incluso ilustrándolos con imágenes de seres humanos embarazados). Lo que piden psicólogas como María Santaguida, autora principal del estudio mencionado anteriormente, es una perspectiva sexológica, y no meramente instrumentalmente reproductiva, de cómo podría garantizarse el bienestar sexual y mental de los astronautas.

Riesgos físicos y psicológicos

Desde el punto de vista fisiológico, hacer el amor ahí arriba, en la inmensidad del cosmos, no tiene que ser cómodo. "Cualquier empujón puede hacer que la otra persona salga volando", admite Hay. Además, los efectos de la baja gravedad acaban afectando a los niveles hormonales de las personas; por no hablar de las dificultades para tener una erección, ya que el flujo sanguíneo depende también de lo muy sujetos que estemos al suelo. "Ante la falta de gravedad, los líquidos del cuerpo se acumulan, lo que puede conducir a gotas gigantes de sudor y semen flotando", recalca el periodista.

"Todo se enfoca al 'hardware'. Ignorar el sistema biológico y sexual humano en los planes solo conduciría al fracaso"

Pero a la hora de la verdad, cuando se trata de estudiar los mecanismos psicológicos o emocionales que rodean al acto sexual, ningún estudio parece haber dado con la clave. Proyectos de la NASA como el Artemis, que tiene la intención de alojar a personas durante un tiempo prolongado en bases lunares, no incluyen perspectivas concretas que tengan que ver con la sexualidad de sus participantes. En lugar de ello, se aborda como un peligro o amenaza para la misión, no como una ventaja o un aspecto que mejora la calidad de vida o el bienestar físico y mental de los astronautas. De ahí que tradicionalmente el tema se haya resuelto pidiendo la abstinencia total.

Foto: Fuente: iStock

Todo se enfoca al hardware', asegura Kris Lehnhardt, experto en medicina espacial, en un antiguo reportaje de la 'National Geographic' sobre el tema. "Y el 'hardware' es excelente, pero al final es el saco de carne blanda lo que estropea todo. Ignorar el sistema humano en los planes y diseños futuros, por así decirlo, solo conduciría al fracaso".

Curiosamente, nunca podremos llegar a nuevos planetas, por muy desarrollada que esté la tecnología, si no atinamos a comprender el mayor misterio de la naturaleza, que no es otro que nosotros mismos, cómo funciona nuestra psicología, qué rige nuestras acciones y, sobre todo, cómo influyen nuestras bajas pasiones en nuestras relaciones con los otros. Cómo convertirlas en algo positivo y no en un tabú que haya que evitar por el bien de la ciencia espacial, ya que de ellas depende el éxito de esta serie de proyectos tan ambiciosos.

Cuando hablamos de colonizar otros planetas, el sueño 'húmedo' (y nunca mejor dicho, luego veremos por qué) de tantos empresarios de la industria aeroespacial, se suele pasar por alto un tema que resulta esencial o de primer orden: el sexo. Ya sea como proceso por el cual los seres humanos nos reproducimos o simplemente como esa esfera indisociable de la conducta humana, abordar la sexualidad espacial resulta imprescindible de cara a garantizar el correcto progreso de las misiones y, sobre todo, asegurar la pervivencia y descendencia de la especie ahí arriba.

Sexualidad Películas Vida sexual
El redactor recomienda