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¿Podremos tener algún día la habilidad de los animales para predecir catástrofes?
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UN SUPERPODER NO HUMANO

¿Podremos tener algún día la habilidad de los animales para predecir catástrofes?

Los elefantes, perros o bueyes huyen de las zonas de desastres naturales con horas de antelación a que se produzcan terremotos o tsunamis. ¿A qué se debe este comportamiento?

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Muchos seguramente recuerden uno de los desastres naturales más aciagos de las últimas décadas. El tsunami que asoló las costas de Indonesia en 2004 y se llevó por delante la vida de al menos 225.000 personas en una docena de países se debió, en parte, a que no hubo ninguna advertencia de que fuera a ocurrir. En aquel tiempo no había redes sociales por las que difundir alertas a la población, pero no por ello se tomaron las medidas indicadas para desalojar las zonas afectadas lo antes posible. Algo que quedó retratado en la gran pantalla de la mano de Juan Antonio Bayona en la laureada 'Lo Imposible' (2012).

Sin embargo, según recogió la 'National Geographic', no todos los seres sucumbieron a la catástrofe sin estar prevenidos. Algunos animales, como perros, elefantes o búfalos, corrieron en estampida horas antes del impacto de las olas de hasta 9 metros de alto a refugiarse a las montañas. No es el único caso. Otro tsunami que golpeó Sumatra en 2010 y por el que murieron casi 500 personas se destacó que algunos animales tomaron medidas para huir del desastre horas antes, como si hubieran recibido un aviso. Todo ello da que pensar. ¿Tienen los animales una capacidad que nosotros no tenemos para predecir catástrofes antes de que vayan a ocurrir? ¿Por qué nosotros no? ¿Estamos tan desconectados de la naturaleza que no podemos oír su voz alertándonos de inclementes desastres naturales?

"Cuanto más cerca estaban los animales del epicentro del impacto inminente, antes cambiaban su comportamiento"

La referencia más antigua a esta habilidad secreta por parte de los animales data del 373 a. C. cuando el historiador griego Tucídides reportó que ratas, perros, serpientes y comadrejas abandonaron la ciudad de Hélice días previos a un catastrófico terremoto, tal y como recoge un interesante artículo de la 'BBC' sobre el tema. Del mismo modo, siglos después, durante el seísmo de Nápoles de 1805 los bueyes, ovejas, perros y gansos comenzaron a hacer, supuestamente, llamadas de socorro al unísono. También antes del terremoto de San Francisco de 1906 una gran cantidad de caballos corrieron presas del pánico.

El instinto, ¿la mejor tecnología?

Los científicos llevan años intentando averiguar si podríamos aprovechar esta habilidad innata de los animales para detectar desastres naturales inminentes. Todo ello saca a relucir la escasa capacidad humana para desarrollar una tecnología cien por cien eficaz que ayude a prevenir terremotos o tsunamis a tiempo, más allá de los mecanismos típicos como los sismógrafos.

El equipo de Wilkeski concluyó que estas criaturas comenzaban a cambiar su comportamiento hasta 20 horas antes de un seísmo

Una de las investigaciones más importantes sobre cómo podríamos servirnos de los animales para predecir este tipo de eventos fue la que realizó Martin Wikelski, del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal en Alemania, hace cinco años al registrar los patrones de movimiento de diferentes animales como vacas, ovejas y perros, en una granja propensa a terremotos del centro de Italia. Él y su equipo colocaron collares con chips a cada animal que enviaban datos de su movimiento a una computadora central cada pocos minutos entre octubre de 2016 y abril de 2017.

Así, su equipo llegó a la conclusión de que estas criaturas de granja comenzaban a cambiar su comportamiento hasta 20 horas antes de un seísmo. En concreto, cada vez que se registraba un aumento de este movimiento superior a un 50% durante más de 45 minutos seguidos, los investigadores lograron predecir un terremoto con una magnitud superior a 4 en la escala de Richter.

Foto: La llegada de los extraterrestres sería inminente (iStock)

"Cuanto más cerca estaban los animales del epicentro del impacto inminente, antes cambiaban su comportamiento", aseguró Wikelski en 2020 cuando publicó el estudio. Otra prueba que realizó en el famoso monte Etna, de erupciones volcánicas puntuales frecuentes, demostró que al colocar grupos de cabras en sus laderas podían predecir cuándo el volcán iba a volver a resurgir. Todas estas investigaciones han hecho pensar a los científicos si hay ciertas perturbaciones electromagnéticas en la atmósfera que los animales pueden leer como avisos de seísmos inminentes.

Los "agujeros positivos"

Según explica el diario británico, los terremotos suelen venir precedidos por un período en el que surgen tensiones en las rocas profundas de la Tierra, creadas por cargas electrónicas llamadas "agujeros positivos". Estos fluyen de forma rápida desde la corteza hasta la superficie terrestre, donde ionizan las moléculas de aire donde se da el terremoto. Esta carga eléctrica atmosférica se viene observando en terremotos de todo el mundo, de ahí que los animales la sientan al manifestarse en ondas electromagnéticas de frecuencia ultra baja, indetectables para el ser humano.

Nos situamos por encima de la cadena evolutiva cuando en las cuestiones más básicas, como la supervivencia, nos ganan por goleada

No solo el aire se carga de energía, también se llena de sustancias químicas tóxicas. Al entrar en contacto con la atmósfera y la materia orgánica del suelo, se pueden desencadenar reacciones que pueden generar ozono u otros gases. Por ejemplo, en el terremoto de Gujarat ocurrido en la India en 2001, los satélites detectaron un aumento de los niveles de monóxido de carbono en una región de 100 kilómetros cuadrados a la redonda del epicentro del seísmo. Los científicos creen que este gas pudo ser expulsado de la tierra debido a la acumulación de tensión en las rocas a medida que aumenta la presión sísmica.

Ahora bien, ¿cómo es que son los animales capaces de detectar esta energía y sustancias químicas? La razón es que tienen muchísima más sensibilidad, o al menos un tipo de sensibilidad especial, distinta a la humana, por la que pueden oler productos químicos que no les resultan familiares, ondas de baja frecuencia que pueden captar por sus sistemas auditivos o aire ionizado a través de su pelaje. Lo que resulta llamativo, sin duda, es precisamente la idea que apuntábamos antes. En muchos casos, nos situamos por encima de la cadena evolutiva cuando en las cuestiones más básicas, como vienen a ser las leyes de supervivencia, estas criaturas nos ganan por goleada.

Muchos seguramente recuerden uno de los desastres naturales más aciagos de las últimas décadas. El tsunami que asoló las costas de Indonesia en 2004 y se llevó por delante la vida de al menos 225.000 personas en una docena de países se debió, en parte, a que no hubo ninguna advertencia de que fuera a ocurrir. En aquel tiempo no había redes sociales por las que difundir alertas a la población, pero no por ello se tomaron las medidas indicadas para desalojar las zonas afectadas lo antes posible. Algo que quedó retratado en la gran pantalla de la mano de Juan Antonio Bayona en la laureada 'Lo Imposible' (2012).

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