Cómo crear una cultura laboral sana sin sacrificar la productividad

Aunque casi todo el mundo se visualiza en su trabajo soñado, a la hora de la verdad también muchas personas elegirían, antes que este, un lugar en el que tener una buena relación con sus compañeros. De nada sirve el mejor trabajo del mundo si va acompañado de un mal sueldo, relaciones laborales tóxicas u horarios infrahumanos. Por ello, la cultura laboral es tan importante.

Pero, ¿se puede construir una cultura laboral sana? Oímos continuamente acerca de esas empresas que todo el mundo admira, como Google, y que tratan de cuidar a sus empleados (especialmente ahora con la pandemia, cuando se ha puesto de manifiesto la importancia de la salud mental) con trabajo híbrido o salas de descanso. A la hora de la verdad, ¿realmente las empresas de 'a pie' intentan mejorar la situación de sus empleados? ¿Cómo mantener una cultura de bienestar y sin sacrificar la productividad?

No se debe asumir nunca lo que los empleados necesitan o quieren sino que es necesario preguntarles, puede ser de gran ayuda para mostrar interés

Las demandas de un mercado global hipercompetitivo como el actual son muchas, y al fin y al cabo no hay que olvidar que la Organización Mundial de la Salud ha clasificado el agotamiento como una condición del lugar de trabajo moderno y no como una condición de salud individual, lo que dice mucho del mundo en el que vivimos. En la era del burnout ya no nos sorprende leer noticias sobre cierto trabajador en Japón que falleció extenuado (en el país nipón tienen hasta nombre para la muerte por exceso de trabajo: karoshi).¿Entonces es una quimera exigir una cultura laboral sana? La psicóloga Kristen Lee no lo cree. Da algunos indicadores de salud en un reciente artículo publicado en 'Psychology Today'.

Demostrar compromiso

No solo es necesario a la hora de crear una cultura laboral sana, sino que también provoca un 'win-win' de cara a la relación empresa-empleado. Las investigaciones muestran que la alta confianza genera una mayor sensación de seguridad psicológica, lo que puede ayudar a los empleados a sentirse vistos y escuchados y más aptos para mantenerse comprometidos.

Alentar el sentimiento de pertenencia

Seamos realistas, trabajar de forma remota es un gran obstáculo para sentirse visto y conectado con el resto, aunque sea tomándose un café. Por ello, tomar pequeños momentos para construir relaciones puede ser muy beneficioso para fomentar el compañerismo y generar la energía que tanto se necesita durante estos tiempos agotadores. No se debe asumir nunca lo que los empleados necesitan o quieren sino que es necesario preguntarles, puede ser de gran ayuda para mostrar interés.

También ofrecer flexibilidad

Esto va unido a la microgestión y se relaciona con la ya mencionada cultura de confianza. Las organizaciones que luchan por una cultura laboral sana otorgan a los empleados el beneficio de la duda y confían en que pueden autorregularse como adultos que son y hacer su trabajo de manera eficiente sin exigir tiempos precisos o métodos demasiado rígidos o prescriptivos. Confiar en el talento conduce a una mayor satisfacción laboral y compromiso.

Evitar el doble discurso

Hablar de bienestar cuando luego no se implanta de manera realista no tiene sentido, y solo hará que el trabajador desconfíe. La empresa debe asegurarse de que las iniciativas se alineen con los valores, las políticas y las prácticas de la organización y trabajen para crear una línea transversal de atención que vaya más allá de los programas estructurados, mostrando a las personas que son relevantes y que su salud mental es importante. Los entornos que buscan el rigor y la excelencia no deben ver el cuidado de las personas como algo contradictorio para alcanzar el éxito. Las condiciones intensas de hoy requieren que los empleadores vean a las personas como personas y proporcionen los recursos, las prácticas y las políticas adecuadas para ayudarlos a permanecer y hacerlo bien.