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Las bacterias que han recreado por accidente uno de los cuadros más famosos de Van Gogh
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Las bacterias que han recreado por accidente uno de los cuadros más famosos de Van Gogh

Cuando se colorea una curiosa bacteria social que se organiza en diminutos enjambres circulares tiene una similitud soprendente con el famoso cuadro del pintor neerlandés

Foto: La 'Noche estrellada' de Van Gogh, pintada sobre el agua
La 'Noche estrellada' de Van Gogh, pintada sobre el agua

Cuando el pobre Vincent Van Gogh murió, un 29 de julio de 1890, no sabía que se convertiría en uno de los pintores más influyentes de la historia del arte. Por aquel entonces solo había conseguido vender uno de sus cuadros a su hermano Theo, al que adoraba y el cual, como marchante de arte, tuvo gran importancia en su vida. Tampoco podía imaginar que 'La noche estrellada', pintada tan solo un año antes de su muerte, se convertiría en uno de los cuadros más famosos de todos los tiempos, por la curiosa capacidad de Van Gogh de traspasar el lienzo con su pincelada extravagante y sinuosa.

Son bien distintas la belleza que nos proporciona la naturaleza y la que crea la mano humana, no obstante, a veces, sorprendentemente, pueden converger. Así ha sido justo el caso de 'La noche estrellada', que ha vuelto a pintarse pero no por una mano diferente a la del pintor neerlandés, sino por un grupo de bacterias.

Así es, según explica 'Science Alert', los científicos están estudiando algo bastante sorprendente: cuando un determinado gen se sobreexpresa en una bacteria conocida como Myxococcus xanthus, los organismos individuales se autoorganizan en diminutos enjambres circulares en cuestión de horas. Una vez que estos enjambres se colorean artificialmente, la escena que surge se parece notablemente a (sorpresa, sorpresa) 'La noche estrellada' de Van Gogh.

Las bacterias tienen la mala reputación de ser descritas como egoístas, pero esta es bastante social porque necesita encontrar parientes para sobrevivir

"Nuestro trabajo destaca cómo una bacteria social, conocida por sus ricas fuentes de productos naturales terapéuticos y como agentes de biocontrol de cultivos, sirve como un modelo poderoso para estudiar comportamientos emergentes que también exhiben belleza artística", explica el microbiólogo Daniel Wall de la Universidad de Wyoming. "Las bacterias tienen la mala reputación de ser descritas como egoístas, pero esta es bastante social porque necesita encontrar parientes para sobrevivir".

placeholder  Fuente: Universidad de Wyoming.
Fuente: Universidad de Wyoming.

Una vez que ha formado grupos grandes y familiares, la bacteria (que tiene forma de bastón) es mucho más efectiva a la hora de atacar a sus presas para alimentarse. Cada célula produce enzimas digestivas. Los investigadores de la Myxococcus llevan fascinados años con su comportamiento social. En 2017, se descubrió un único 'interruptor' genético responsable de activar y desactivar este comportamiento de agrupación.

El interruptor controla específicamente una secuencia de proteínas, conocida como TraA, que proporciona un receptor de superficie para que la bacteria reconozca y se una al receptor asociado, TraB, de su familia. Una vez que se ha adherido a un miembro de la familia a través de estos dos receptores (TraAB), la bacteria puede intercambiar nutrientes y proteínas con el resto del grupo. Cuando el enjambre encuentra comida, la investigación muestra que los organismos juntan sus enzimas y metabolitos a través de conexiones para dar un 'golpe' más poderoso a su presa.

Los investigadores de la Myxococcus llevan años fascinados con su extraño comportamiento social

Las células normales de tipo salvaje van y vienen, la cabeza se convierte en cola, la cola en cabeza, etcétera... pero en este caso no es igual. La sobreexpresión de TraAB parece evitar que el enjambre cambie de cabeza a cola y viceversa. Según explican fuentes del estudio: "Las células están en grupos densos y están en contacto con otras todo el tiempo, pero esos contactos son transitorios. En cambio, la sobreexpresión de TraAB dura más tiempo, y eso podría activar la señal que suprime la reversiones", teorizan.

Al ejecutar este escenario en modelos computacionales, los autores pudieron verificar su corazonada. Con solo cambios en la conexión TraAB, los enjambres habituales de cabeza a cola de repente se convirtieron en remolinos rotativos de células, tan grandes como un milímetro o más. Esos remolinos son los que producen lo que parece un cuadro de Van Gogh, y el resultado no solo es una mejor comprensión de cómo millones de células coordinan sus movimientos, también es una imagen fascinante del mundo microbiano.

Cuando el pobre Vincent Van Gogh murió, un 29 de julio de 1890, no sabía que se convertiría en uno de los pintores más influyentes de la historia del arte. Por aquel entonces solo había conseguido vender uno de sus cuadros a su hermano Theo, al que adoraba y el cual, como marchante de arte, tuvo gran importancia en su vida. Tampoco podía imaginar que 'La noche estrellada', pintada tan solo un año antes de su muerte, se convertiría en uno de los cuadros más famosos de todos los tiempos, por la curiosa capacidad de Van Gogh de traspasar el lienzo con su pincelada extravagante y sinuosa.

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