Es noticia
La 'odontofilia' o el fetiche sexual de tener los dientes blancos
  1. Alma, Corazón, Vida
RAREZAS SEXUALES

La 'odontofilia' o el fetiche sexual de tener los dientes blancos

¿Alguna vez te has fijado en las piezas dentales de la otra persona más que ninguna otra parte de su cuerpo y te has sentido atraído? Una serie de expertos explican por qué sucede

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

¿En qué te sueles fijar cuando te gusta alguien? Muchos responderán que en los ojos, la cara, las piernas y otras zonas del cuerpo más comprometidas... pero seguramente te hayas encontrado con poca gente que admitiera que lo que más le atrae sean los dientes. Como es evidente, unos dientes sucios, ya estén coloreados por un tono parduzco o amarillento, no resultan atractivos para nadie. En este caso, nos referimos a dentaduras que provocan furor sexual, más que aquellas que producen asco o repulsión.

Dentaduras perfectas, de ensueño, aquellas que aparecen en los anuncios de cualquier pasta de dientes, que parece que nunca han sido usadas. ¿Podemos llegar a considerar esta parte del cuerpo como digna de tener una carga erótica? Según Lee Phillipps, terapeuta sexual neoyorkina, existe lo que podríamos llamar "odontofilia", el fetiche sexual por los dientes, que en ningún caso puede confundirse con la obsesión por las piezas dentales (lo que vendría a ser "dontorexia"). "Puede ir desde el hecho de fijarse en los dientes de alguien durante el sexo a simplemente quedarse observando los dientes de otro de forma casual", asegura, aclarando que "no tiene por qué haber un contexto sexual", sino "simplemente excitación".

"Se suele manifestar con las mordeduras cariñosas que podemos hacer a nuestra pareja en nuestros momentos íntimos"

El mundo de la excitación humana parece inabarcable. "El fetiche podría incluir cualquier cosa", advierte la terapeuta en un artículo de 'Men's Health'. "Desde centrarse mucho en los dientes de alguien en medio de una conversación hasta abrir la boca de la pareja con accesorios dentales. También puede implicar una exploración bucodental en las prácticas de BDSM, así como morder bien la piel". Incluso, aunque evidentemente sería muy raro (y por nada del mundo recomendable) "extraer los dientes de la compañera sexual".

Tan tierno, tan tierno...

Por supuesto, esto no tiene que ver con las típicas mordeduras cariñosas en el cuello o en la piel que encanta a tantos amantes. "La odontofilia se relaciona con el sexo más primario, más rudo y animal, que puede resultar agresivo y a veces violento, pero eso sí, siempre con consentimiento", asevera Taryn Sinclaire por su parte, sexóloga. Sin embargo, sí que puede considerarse odontofilia cuando algo nos parece tan tierno y tan mono que sentimos el ímpetu (no concluso, evidentemente), de morder, apretar o pellizcar algo muy lindo.

"Puede provenir de un recuerdo de la infancia o como un mero detalle en el que el sujeto se fijó, consciente o inconscientemente, en su momento"

"Es una expresión sexual extraña", agrega por su parte Monte Miller, psicoterapeuta. "Existen dos sentimientos opuestos en nuestras cabezas, ya que por un lado algo nos parece muy 'kawai' pero por otro sentimos cierta agresividad hacia ello. Es difícil, desde el punto de vista psicológico, desentrañar por qué sucede esto. Se suele manifestar con las mordeduras cariñosas que podemos hacer a nuestra pareja en nuestros momentos íntimos".

Sinclaire, por su parte, cree que hay un componente evolutivo en esta filia sexual tan curiosa. Según ella, los dientes son un perfecto indicativo visual e inconsciente de la salud de la otra persona, por lo que hay una especie de instinto en nosotros que nos lleva a desear aquellas piezas dentales que lucen perfectas. A fin de cuentas, ciertos malos hábitos como el tabaco hacen que tomen un color amarillo, de ahí que no andaremos equivocados si presentimos que los dientes blancos son un signo de salud.

Foto: Deseos a los que dar rienda suelta en la intimidad. (iStock)

Los tres terapeutas sexuales creen que este fetiche, como tantos otros, puede provenir de un recuerdo de la infancia o como un mero detalle en el que el sujeto se fijó, consciente o inconscientemente, en su momento. Esto contradice las teorías que postulan que los fetiches o los rasgos de comportamiento sexuales no normativos se desarrollan como resultado de un trauma sexual temprano o por experiencias negativas. "Nuestro cerebro se basa en patrones decodificados para dar sentido a la realidad, al igual que sucede con nuestra sexualidad", concluye Sinclaire.

¿En qué te sueles fijar cuando te gusta alguien? Muchos responderán que en los ojos, la cara, las piernas y otras zonas del cuerpo más comprometidas... pero seguramente te hayas encontrado con poca gente que admitiera que lo que más le atrae sean los dientes. Como es evidente, unos dientes sucios, ya estén coloreados por un tono parduzco o amarillento, no resultan atractivos para nadie. En este caso, nos referimos a dentaduras que provocan furor sexual, más que aquellas que producen asco o repulsión.

El redactor recomienda