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¿Confías más en un camarero que en un psicólogo? Este es el motivo
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sincerándote al calor de un bar

¿Confías más en un camarero que en un psicólogo? Este es el motivo

Como el alcohol desinhibe provoca que la gente se encuentre más dispuesta a contar sus problemas a su 'barman' de confianza

Foto: Fuente: iStock.
Fuente: iStock.

Si nos duele la cabeza se lo contamos a un médico. Si se nos estropea el ordenador acudimos a un informático. Si nos sentimos tristes, angustiados o ansiosos, se lo contamos a nuestros amigos, pareja o desconocidos en internet, y quizá luego a un profesional de la salud. En algunos países (incluido el nuestro), los problemas de salud mental siguen siendo un tabú, y confesar que vas al psicólogo o al psiquiatra todavía es algo a lo que muchas personas no se atreven por miedo al que dirán.

De hecho, según datos de la Encuesta Europea de Salud en España de 2020, el 12,74% de la población de 15 y más años presenta sintomatología depresiva de distinta gravedad, siendo relevante el hecho de que a partir de los 75 años aumenta drásticamente, y un 7,14% de las mujeres presenta algún cuadro depresivo activo frente al 3,48% en hombres. Además, en nuestro país los suicidios de menores de 25 años se han triplicado en los últimos 30 años y en 2016, esta fue la segunda causa de defunción en jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 29 años.

En nuestro país los suicidios de menores de 25 años se han triplicado en los últimos 30 años

Y no hace falta centrarse exclusivamente en España, como decíamos al principio, en algunos países los problemas de salud mental son un tabú, y de hecho según datos de la OMS los países con ingresos más altos son los que cuentan con más suicidas entre sus filas. Guyana, Corea del Sur y Sri Lanka son los que tienen las tasas más altas por cada 100 mil habitantes y más de 800 mil personas se suicidan al año, lo que significa que cada 40 segundos muere alguien debido a estas causas.

Y la pandemia no ha hecho más que agravar estos problemas. Pese a ello, todavía no nos acostumbramos a pedir ayuda profesional. Quizá por ello, algunas personas prefieren contarle sus problemas antes a un camarero o un 'barman' que a un psicólogo. No es un ejemplo elegido aleatoriamente, un estudio realizado por Emory L. Cowen llevó a cabo un estudio con 76 camareros de bar para descubrir si, realmente, además de servir bebidas se convertían ocasionalmente en confidentes de sus clientes más cercanos.

Los camareros de tarde atienden menos clientes que los de la noche, pero son más propicios a escuchar problemas personales

Descubrieron así, según informa 'Psychology Today', que de 100 clientes aproximados que atendían diariamente, sobre el 16% solía mencionar problemas personales que iban de moderados a graves. A los investigadores no les sorprendió mucho, pues como el alcohol lleva a la desinhibición, provoca que la gente se encuentre más dispuesta a contar sus problemas. Lo curioso es que no parece que los camareros, a diferencia de otros gremios como los abogados o los estilistas, sean especialmente buenos confidentes, puesto que según la investigación debían atender a varias personas a la vez, debido a la agitada atmósfera del bar.

Foto: El joven camarero utilizó la maniobra de Heimlich (iStock)

Son varios los motivos por los que algunas personas podrían preferir el brumoso ambiente de un bar antes que la consulta de un psicólogo para sincerarse: en primer lugar, como decíamos antes, el alcohol se encuentra de por medio. Además, muchos eligen siempre los mismos sitios como lugares de confianza, lo que puede llevarles a establecer relaciones más o menos cercanas con los camareros que les atienden a menudo. Por último, el ambiente distendido del bar parece propicio para poder 'confesarse' o contar problemas mundanos. Al fin y al cabo, los personajes de 'Cheers' o 'Friends' acababan contando sus problemas al calor de un bar.

¿Y en qué momento es más probable que el cliente decida sincerarse? El estudio de Cowen descubrió que los camareros que trabajan por la tarde en vez de en turno de noche atienden un promedio de 40 clientes menos, pero curiosamente se les presentaron el doble de problemas personales, pudiendo atenderles de manera más directa y con más paciencia. Quizá por ello, no solo la clientela, sino que ellos mismos informaron sentirse mejor en el proceso, valorando su papel de oyentes y la ayuda que hubieran podido ofrecer.

Los propios camareros dijeron sentirse mejor en el proceso, valorando su papel como oyentes y la ayuda que hubieran podido ofrecer

Por supuesto, nunca es mala idea mantener una conversación donde la sabiduría y los consejos puedan ayudar mutuamente, pero se debe tener en cuenta que aquellas personas que no están cualificadas para ayudarnos a resolver nuestros problemas, más allá de escucharnos poco pueden ofrecer. Si no compartimos nuestros problemas más íntimos con amigos o pareja, tampoco debemos hacerlo a la luz de un bar, pues el ambiente no es propicio para ello. De cualquier manera, el estudio parece demostrar lo que ya señalábamos al principio del artículo, que en general la ayuda profesional está denostada y que no debemos acudir a cualquiera a contarle nuestros problemas más graves.

Si nos duele la cabeza se lo contamos a un médico. Si se nos estropea el ordenador acudimos a un informático. Si nos sentimos tristes, angustiados o ansiosos, se lo contamos a nuestros amigos, pareja o desconocidos en internet, y quizá luego a un profesional de la salud. En algunos países (incluido el nuestro), los problemas de salud mental siguen siendo un tabú, y confesar que vas al psicólogo o al psiquiatra todavía es algo a lo que muchas personas no se atreven por miedo al que dirán.

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