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¿Lloras de alegría? Las razones de este curioso fenómeno
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¿Lloras de alegría? Las razones de este curioso fenómeno

No todas las lágrimas son amargas. De hecho, existen cuatro categorías por las cuales se producen esos momentos de emoción positiva que preceden al llanto

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Generalmente, si vemos a alguien que echa a llorar intuimos que es porque le ha pasado algo malo. Al fin y al cabo, las lágrimas no caen sin razón a no ser que sea debido a la necesidad fisiológica de mantener bien hidratados los ojos. Y en el conflictivo y siempre misterioso mundo de la emoción, muchas veces se confunden los sentimientos y, a no ser que haya acaecido un suceso negativo en nuestra vida, podemos llorar sin conocer el motivo. Incluso cuando nos ha pasado algo bueno o hemos vivido un momento muy placentero, como puede ser el llanto que sucede al orgasmo.

¿Alguna vez has llorado por una inmensa alegría? Efectivamente, si nos dan una muy buena noticia o cumplimos un sueño que llevábamos anhelando mucho tiempo es probable que la emoción te embargue y rompas a llorar como una magdalena. ¿A qué obedece este curioso fenómeno? Janis Zickfeld, doctorado en psicología social de la Universidad de Aarhus en Dinamarca, es una de las personas que más ha estudiado de cerca por qué lloramos de alegría. Él y su equipo de investigadores realizó una gran encuesta entre 3.500 adultos de 19 países diferentes y halló que el 68% de ellos había llorado de alegría al menos una vez al mes. ¿Te parece algo exagerado?

"La personalidad de una persona influye en la frecuencia con la que lloras de felicidad"

Zickfeld ha publicado un interesante artículo en 'Aeon' en el que indaga en este curioso fenómeno. Por un lado, menciona que hay una corriente de teóricos psicoanalistas que aseguran que en muy pocos casos lloramos de alegría, si no que asociamos sin querer esa emoción positiva a otra negativa que estaba soterrada y no hemos tenido tiempo de gestionar. Sin embargo, él se resiste a apoyar esta hipótesis, alegando que efectivamente cuando lloramos de felicidad es por algo bueno que nos ha pasado y no por un suceso negativo del que tampoco teníamos mucha constancia y persiste en nuestra conciencia.

Un llanto alegre

El psicólogo social se propuso volver a realizar un experimento parecido al ya mencionado y extendió la prueba a un número bastante más significativo de personas: 13.000 adultos de 40 países diferentes que tendrían que explicar las razones de su llanto 'alegre'. Al analizar los resultados, Zickfield agrupó los 1.500 testimonios en cuatro categorías que respondían a este mismo fenómeno. En primer lugar, distinguieron el hecho de llorar por algún logro reciente, es decir, cuando superamos un obstáculo vital o profesional u obtenemos éxito en nuestra vida laboral o escolar. También incluye sucesos tan decisivos como haber pasado una enfermedad grave.

En segundo lugar, las lágrimas 'afectivas', las cuales afluyen cuando despierta en nosotros un espíritu de cercanía o de comunidad. En esta categoría también entra el hecho de reunirse con un antiguo amigo o sostener a tu hijo recién nacido por primera vez. Es lo que Zickfield llama 'sentimiento de kama-muta', en referencia a ese estado de emoción movido por el más puro amor. "Junto con los logros propios, estas son algunas de las formas más comunes que mueven las lágrimas de felicidad: el 84% de los entrevistados entraban en estas dos categorías", asegura el psicólogo social.

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Otra de las categorías que definieron los investigadores fueron las lágrimas asociadas a la contemplación de la belleza. Lo que los artistas podrían denominar 'síndrome de Stendhal'. ¿Alguna vez has sentido un escalofrío escuchando tu canción favorita o al final de una película? Precisamente esta es la reacción fisiológica que se produce en tu cuerpo y que puede dar paso a que corran las lágrimas por tu mejilla sin haber un motivo desagradable, si no todo lo contrario. Por último, Zickfield y su equipo denominaron 'llanto por diversión' a aquel fenómeno que ocurre por la hilaridad del momento. Lo que viene a ser 'llorar de la risa'. Estas lágrimas vienen acompañadas de una sensación placer y alegría que seguramente todos hemos sentido en más de una ocasión en nuestra vida.

"Las personas que tienden a ser más empáticas y agradables con los demás tienden a derramar más lágrimas afectivas"

"La personalidad de una persona parece influir en la frecuencia con la que lloras de felicidad", asegura el psicólogo. "En nuestro estudio, encontramos que las personas que tienden a ser más extrovertidas, comunicativas o sociables experimentan con mayor frecuencia lágrimas de logro o belleza, mientras que las personas que tienden a ser más empáticas y agradables derraman más lágrimas afectivas". Por otro lado, "aquellas con una mentalidad abierta son más propensas a llorar ante la belleza". ¿Cuál es tu caso?

Cabe mencionar que la capacidad que tenemos para llorar por algo agradable también determina una mejor salud mental y física, así como una mayor satisfacción vital. Por ello, si alguna vez te ha pasado o eres muy propenso a llorar de emoción por algo positivo, enhorabuena, ya que estás viviendo y sintiendo la vida de una forma más plena e intensa. Y eso siempre es mejor que pasar por el mundo sin dejar que nada te afecte o construyendo un muro emocional a tu alrededor.

Generalmente, si vemos a alguien que echa a llorar intuimos que es porque le ha pasado algo malo. Al fin y al cabo, las lágrimas no caen sin razón a no ser que sea debido a la necesidad fisiológica de mantener bien hidratados los ojos. Y en el conflictivo y siempre misterioso mundo de la emoción, muchas veces se confunden los sentimientos y, a no ser que haya acaecido un suceso negativo en nuestra vida, podemos llorar sin conocer el motivo. Incluso cuando nos ha pasado algo bueno o hemos vivido un momento muy placentero, como puede ser el llanto que sucede al orgasmo.

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