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Nada frena al miedo: por qué nos seguimos creyendo las historias de terror en pleno 2021
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Nada frena al miedo: por qué nos seguimos creyendo las historias de terror en pleno 2021

¿A qué se debe la explosión de fenómenos virales terroríficos como el Momo? ¿Se puede hacer una ouija a través del wifi de tu casa? Un experto explica estas circunstancias

Foto: Fuente: iStock
Fuente: iStock

Un grupo de amigos pasa una noche en el Aokigahara, el 'bosque de los suicidios' en Japón, a los pies del Monte Fuji. Equipados con las mejores cámaras del mercado, suben parte de su travesía por este profundo y oscuro bosque a YouTube con una advertencia en el título del vídeo: "Warning: Incredibly Scary" ("Peligro: Muy terrorífico"). Mientras, casi a la par, corre un número de teléfono de un extraño ser de ojos saltones y mirada siniestra por los móviles de miles de niños de todo el planeta que incita al suicidio: Momo salta del 'smartphone' a la realidad como la antigua leyenda urbana de Verónica, el nombre que si repetías tres veces delante de un espejo hacía aparecer un espíritu diabólico. Y, por si fuera poco, la mítica 'ouija' que dejó a más de un joven incauto del pasado sin aliento y frío como el hielo ahora se realiza con conexión 5G, despertando a los demonios desde el Google Play a tu móvil mediante siniestros algoritmos.

Toda esta serie de sucesos, que podríamos englobar bajo la esfera de lo "creepypasta", no son más que la evolución de las clásicas historias de terror, leyendas urbanas de corte macabro o crónicas de lo paranormal que llevamos oyendo, leyendo y practicando toda la vida. La lógica de los tiempos las ha trasladado al mundo digital y al lenguaje binario de ceros y unos, haciendo su producción, consumo y difusión muchísimo más veloz y accesible. ¿Cuánto de verdad hay en ellas? ¿Hay truco o trampa? ¿Cuál es la motivación de los individuos que las diseñan? ¿Se basa en el puro morbo o con intenciones mucho más premeditadas, como por ejemplo para sustraer los datos personales de quien las padece?

"Los miedos más clásicos perviven pero los demás evolucionan, se readaptan basándose en cómo vive la sociedad del momento"

Estas son algunas de las preguntas que aborda Iván Mourin, escritor, guionista y criminólogo en 'Espiritismo Digital' (Luciérnaga, 2021), un libro que indaga en cómo la era tecnológica en la que nos hallamos inmersos ha alimentado este tipo de fenómenos paranormales, haciendo que sigamos creyendo en los monstruos, fantasmas o demonios, cuando en realidad debería ser al contrario si tenemos en cuenta que a más avances tecnológicos, hay más medios para conocer aquello que permanece oculto y diferenciar lo que es una mera fábula de lo que es la realidad.

Terrores 2.0

"La superstición, si te paras a pensar, ya debería haber desaparecido gracias a la tecnología y sin embargo ahí se mantiene", asevera Mourin en una conversación telefónica con El Confidencial. "Lo que sucede es que cambia, los miedos más clásicos perviven, pero los demás evolucionan y se readaptan basándose en cómo vive la sociedad del momento. Antes las historias de fantasmas estaban relacionadas con lugares abandonados. Luego, con la televisión y las cintas de vídeo, como la película 'The Ring'. Hay miedos atávicos que van a perdurar siempre, como por ejemplo a la oscuridad. Otros, sin embargo, cambian de forma, dándoles un aspecto más cotidiano, basados en la vida real de las personas, y en especial, de los más jóvenes". De algún modo, si el fantasma despelujado de 'The Ring' aparecía justo después de visionar una cinta de VHS, el de Momo hace acto de presencia si envías un WhatsApp. Mismo perro, distinto collar.

placeholder Antes de Momo, había otro personaje que salía de una pantalla. (Fotograma de 'The Ring', 2002)
Antes de Momo, había otro personaje que salía de una pantalla. (Fotograma de 'The Ring', 2002)

Pero lo más curioso de algunos de estos retos virales terroríficos es que muchas veces tienden a cumplirse. O eso es lo que 'se dice'. "Las víctimas de estos fenómenos suelen ser el público más joven", comenta el escritor. "Se han criado a través de los contenidos virtuales y no prestan atención a cómo se originan o qué motivaciones hay detrás. Se presentan muy atractivos y de consumo fácil. Muchos emergen en foros como Reddit contados en primera persona, lo que le añade credibilidad, sumado al 'feedback' que cosechan de otras personas que dan fe de su autenticidad".

"Y, por otro lado, está el increíble poder de la sugestión", prosigue Mourin. "De siempre se ha recomendado que no hagas la ouija si eres fácilmente sugestionable o miedoso, ya que puedes acabar creyéndotelo y al final la cosa acaba saliendo mal". En cuanto al tema de los suicidios, por ejemplo con el fenómeno de Momo, "no existe una base real que documente estos sucesos, son ficciones que se crean en Internet para sobrealimentar la historia". Claro que, hay excepciones: "Y cuando se da un suicidio de verdad puede ser debido a que la persona ya tenía un trastorno mental paralelo que coincide justo con la época en la que explota el terror colectivo por alguno de estos fenómenos".

La hiperstición: el futuro teñido de pesadillas

Mourin habla en el libro de la hiperstición, un concepto desarrollado por Nick Land, uno de los padres de la corriente filosófica aceleracionista (además de un gran narrador de cuentos de terror, por cierto), para designar a esas profecías autocumplidas como fruto de una retroalimentación constante sobre una idea que acaba convirtiéndose en realidad de tanto creer en ella.

"La humanidad se extinguirá y seguirá habiendo grandes misterios, por mucha tecnología que haya a nuestro alcance"

De algún modo, podría aplicarse a la crisis del coronavirus, pues justo antes de que estallara vivíamos una época marcada por una gran afluencia de productos culturales que nos enfrentaban a grandes desastres humanitarios o naturales. Al final, acabó sucediendo algo tan impensable como una cuarentena de más de dos meses que vació las calles mientras los hospitales estaban colapsados con escenas en su interior propias de una guerra, produciendo imágenes reales que tardaremos mucho en olvidar y que incluso todavía estamos en proceso de digerir.

Foto: Una captura de pantalla del mítico juego.

"El miedo evoluciona", recalca Mourin. "Uno de los ejemplos más actuales es la película 'Host', estrenada en pleno confinamiento, en la que una serie de personas acaban haciendo espiritismo por Zoom. Yo mismo hice una sesión de espiritismo por Zoom un poco antes de que se estrenara la película, me invitaron y descubrí que era un gran fraude en todos los sentidos. El fenómeno de terror siempre se adelanta y nos da una visión sobre nuestro propio presente y su parte más oscura".

En busca de lo inexplicable

Si tuviéramos que hacer una pregunta a todo buen cazador de fantasmas que se precie sería si en verdad se dedica a eso porque cree realmente en los fantasmas o precisamente los investiga para demostrar que no son reales y todo parte de nuestra imaginación o de la sugestión. Algo que de algún modo resuena a los típicos episodios de Scooby-Doo, en los que la fascinación de sus protagonistas por desvelar y explicar hechos de apariencia paranormal contrastaba con la explicación científica y humana que al final de cada capítulo les daban a esos fenómenos.

Las historias de fantasmas no tienen por qué resultar negativas, "pueden dar miedo pero a su vez tener un trasfondo muy luminoso y hermoso"

En el caso de Mourin, quien además de estudiar y analizar sucesos paranormales también ha escrito libros de ficción sobre estos temas, reconoce que "la humanidad se extinguirá y seguirá habiendo grandes misterios, por mucha tecnología que haya a nuestro alcance". Su punto de partida a la hora de adentrarse en esta serie de hechos misteriosos y terroríficos es el escepticismo. "Me gusta consultar con profesionales científicos que son escépticos, pero están abiertos a investigar, como psiquiatras o arquitectos. Con estas cosas ocurre algo parecido que con la desinformación de Internet, nos dejamos llevar por nuestros instintos más primarios y perdemos la racionalidad, por eso trato de arrojar luz sobre estos fenómenos. Lo importante siempre es ese pequeño porcentaje de casos en los que sucede algo inesperado, y si no obtienes respuesta ni puedes explicarlo, es porque algo hay algo que escapa a tu entendimiento o control".

Un mensaje del más allá

Cuando le preguntamos por cuál es su historia favorita de todas las que cuenta en el libro o la que más le ha impresionado, el autor pone de ejemplo un caso real de un joven adolescente que está jugando a la videoconsola como otra tarde cualquiera. De pronto, recibe un mensaje de WhatsApp de su hermano mayor en formato audio. Lo abre y oye 'Ramble On' de Led Zeppelin de fondo, su canción favorita, acompañada de una débil, pero clara voz que dice: "Tranquilo, estoy bien". A la media hora, recibe la trágica noticia por parte de sus padres de que su hermano ha fallecido en un accidente de tráfico a las cinco de la tarde.

"El mensaje se conservaba, a las 18.42, en el teléfono del difunto, que fue devuelto a las autoridades a la semana siguiente junto a otros objetos personales", relata Mourin en el libro. "El adolescente está seguro de que es la voz de su hermano, y más gracias al tema musical". A veces, las historias de fantasmas no tienen por qué resultar negativas, "pueden dar miedo, pero a su vez tener un trasfondo muy luminoso y hermoso", concluye el escritor. "Prefiero quedarme con estas".

Un grupo de amigos pasa una noche en el Aokigahara, el 'bosque de los suicidios' en Japón, a los pies del Monte Fuji. Equipados con las mejores cámaras del mercado, suben parte de su travesía por este profundo y oscuro bosque a YouTube con una advertencia en el título del vídeo: "Warning: Incredibly Scary" ("Peligro: Muy terrorífico"). Mientras, casi a la par, corre un número de teléfono de un extraño ser de ojos saltones y mirada siniestra por los móviles de miles de niños de todo el planeta que incita al suicidio: Momo salta del 'smartphone' a la realidad como la antigua leyenda urbana de Verónica, el nombre que si repetías tres veces delante de un espejo hacía aparecer un espíritu diabólico. Y, por si fuera poco, la mítica 'ouija' que dejó a más de un joven incauto del pasado sin aliento y frío como el hielo ahora se realiza con conexión 5G, despertando a los demonios desde el Google Play a tu móvil mediante siniestros algoritmos.

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