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Peggy, la perra sorda que aprendió la lengua de signos
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Utiliza un GPS para no perderse

Peggy, la perra sorda que aprendió la lengua de signos

Cuando el animal ve que sus nuevos dueños levantan los pulgares, sabe que es una “buena chica”

Foto: Aunque tardó un tiempo en asimilarlo, aprendió que también la quieren y felicitan (Unsplash)
Aunque tardó un tiempo en asimilarlo, aprendió que también la quieren y felicitan (Unsplash)

Peggy es una perra de diez años que perdió la audición en 2018, lo que no le impide ‘trabajar a tiempo parcial’ en una granja de Norfolk, en Reino Unido. Este animal, que había ayudado en las labores de pastoreo de un granjero antes de quedarse 'sordo', tuvo que aprender de nuevo diferentes tareas con la ayuda de lengua de signos.

Chloe Shorten es directora de la organización benéfica que combate la crueldad animal, la Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals (RSPCA), a la que llegó originalmente Peggy. El granjero que había sido su dueño decidió dejarla al cargo de la entidad al no poder contar con el animal para las labores de pastoreo. Chloe Shorten, que está casada con un ganadero, decidió acoger a Peggy e iniciar un entrenamiento que estuviera adaptado a ella.

Según la BBC, este adiestramiento supuso un “largo proceso” en el que la pareja enseñó a Peggy a pastorear haciendo gestos con las manos. Al tener este animal problemas de audición, el matrimonio Shorten no pudo educar a la perra emitiendo las instrucciones por voz que sí son capaces de seguir otros canes. Chloe Shorten contó que los dos sabían que “Peggy quería trabajar, así que comenzamos un largo proceso para enseñarle a pastorear y trabajar junto a un pastor sin que tuviera que depender de los comandos de voz”.

No importa lo ‘viejos’ que sean

La directora de la organización benéfica explicó qué hicieron exactamente: “Comenzamos enseñándole a que se acostumbrara a mirarnos las manos. Una vez que fijaba la vista en nuestras palmas, realizábamos señales y utilizábamos un refuerzo positivo y repetitivo basado en gestos físicos en lugar de palabras”. De este modo, Peggy llegó a comprender los gestos realizados con las manos y el lenguaje corporal.

Foto: Esta no es la primera vez que Major muestra un comportamiento agresivo (EFE EPA Stefani Reynolds)

Sin embargo, este entrenamiento no solo estaba pensado para que ayudara al pastor. Aunque Peggy tardó un tiempo en asimilarlo, aprendió igualmente que “la amamos y la premiamos”, indicó Shorten. Cuando uno de los dos nuevos dueños levanta un pulgar, la perra sabe que le están diciendo que es una “buena chica”. Aunque ya no es ganadera, Shorten sale a veces a trabajar junto a su marido. A la hora del ‘descanso’, Peggy comienza a correr “entusiasmada” y, con la ayuda del GPS, evita perderse.

El animal aprendió a 'trabajar' sin que tuviera que depender de los comandos de voz

Aunque no escuche a sus dueños, la perra parece haber renacido: “Es increíble verla disfrutar de la nueva vida que ha comenzado junto a nosotros”, dijo la señora Shorten. Según la mujer, la historia de Peggy es una prueba de que los animales, por muy ‘viejos’ que sean, pueden aprender nuevos trucos, incluso si pierden sentidos como la audición.

Peggy es una perra de diez años que perdió la audición en 2018, lo que no le impide ‘trabajar a tiempo parcial’ en una granja de Norfolk, en Reino Unido. Este animal, que había ayudado en las labores de pastoreo de un granjero antes de quedarse 'sordo', tuvo que aprender de nuevo diferentes tareas con la ayuda de lengua de signos.

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