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El bolardo invisible: decenas de caídas por no cruzar por un paso de cebra
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EN PUEBLA, MÉXICO

El bolardo invisible: decenas de caídas por no cruzar por un paso de cebra

Una cámara de seguridad graba las caídas de los peatones que no cruzan la calle de forma correcta y tropiezan con el bolardo instalado para separar el carril-bici

Foto: Decenas de peatones han tropezado con el separador del carril-bici (Twitter)
Decenas de peatones han tropezado con el separador del carril-bici (Twitter)

Puebla es una de las ciudades más importantes de México. Sus dos millones de habitantes viven apenas a dos horas de la capital del país, pero disfrutan de mucha más tranquilidad que en el Distrito Federal. O, al menos, la disfrutaban hasta que instalaron un bolardo en una de sus calles principales que está acabando con la paciencia de muchos de los peatones.

El problema llegó cuando el ayuntamiento de la ciudad decidió crear un carril-bici o ciclovía, como lo llaman en México, en una de las arterias principales del centro de la capital. Para separar a las bicicletas del resto del tráfico se instalaron unos pequeños bolardos que obligan a los vehículos a tener que respetar ese carril… pero no a los transeúntes.

Porque, tal y como se puede ver en las imágenes que se han vuelto virales en las redes sociales, uno tras otro, los peatones van tropezando y cayendo al entrar en contacto con los bolardos "invisibles". Pero, lo más curioso de todo es que esos bolardos están instalados a un metro del paso de cebra, por lo que, si cruzaran bien la calle, no tendrían ningún problema.

Tal y como publica Soy 502, el "bolardo maldito" está colocado en la Calle 7 sur, esquina con 13 poniente. Es de color amarillo, para que se distinga bien, pero eso no evita que casi todo el que cruza más allá del paso de cebra termine tropezando con él. Por eso, los vídeos que grabó una cámara de seguridad no dejan de sumar likes en las redes a costa de los peatones más torpes.

Puebla es una de las ciudades más importantes de México. Sus dos millones de habitantes viven apenas a dos horas de la capital del país, pero disfrutan de mucha más tranquilidad que en el Distrito Federal. O, al menos, la disfrutaban hasta que instalaron un bolardo en una de sus calles principales que está acabando con la paciencia de muchos de los peatones.

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