¿Hasta qué punto deben conocer tus jefes tu estado de salud?
Los académicos que investigan la relación entre capitalismo global y derechos individuales aseguran que el seguimiento de la salud se volverá más común en el mundo laboral
Nadie pone en duda a estas alturas que el mundo ha cambiado debido a la epidemia de coronavirus. El plano laboral también se ha visto afectado, y hemos descubierto que el teletrabajo es una realidad posible con la que muchos españoles parecen satisfechos, pues parece conciliar a la perfección el trabajo y la vida personal. Por otro parte, un futuro ambiguo y el temor por una probable crisis económica también acechan a muchas pequeñas o grandes empresas.
Por otro lado nuestra vida personal se ha visto afectada por el miedo al contagio, lo que se ha traducido en mantener la distancia social, preservar la higiene de manos constante y acabar con algunas prácticas ancestrales y típicas de nuestro carácter, como pueden ser los abrazos. Todo esto, a la hora de volver a las oficinas, se ha respetado, por supuesto. Mucha gente se queja en la actualidad de que la seguridad de la población ha afectado directamente en la protección de datos individual, con aplicaciones que rastrean la enfermedad o cámaras en los edificios que miden nuestra temperatura.
Varias empresas quieren usar un nuevo parche que puede detectar la fiebre. Así podrían evaluar al personal de forma remota
Ahora bien, mezclando vida laboral y profesional: ¿Es quizá el momento de que nuestros jefes conozcan nuestro historial médico? Nos explicamos, con la pandemia obligando a todo el mundo a trabajar en remoto, muchas empresas se han estrujado los sesos para buscar formas de volver a la oficina de manera segura. Según informa 'BBC', varias empresas quieren usar un parche patentado por Magar, que puede detectar la fiebre, para evaluar al personal de forma remota. Estas empresas tienen la intención de usar los parches para monitorizar a los empleados en busca de síntomas tempranos de Covid-19, y se recomienda que aquellos que muestren signos de enfermedad se queden en casa.
Los datos del parche se transmitirán a una aplicación en el teléfono de cada empleado para que pueda verlo. También enviará los datos al departamento de salud ocupacional de la empresa, con motivo de detectar cuanto antes la enfermedad. Las empresas parecen estar adoptando medidas de seguimiento, lógicamente, para controlar el coronavirus y conocer la salud de sus empleados, pero, ¿es este el futuro que nos espera? los académicos que investigan la relación entre el capitalismo global y los derechos individuales aseguran que el seguimiento de la salud inevitablemente se volverá más común en el mundo laboral, a través de dispositivos portátiles cada vez más sofisticados.
Durante los brotes de gripe estacional los equipos de recursos humanos podrían utilizar los datos recopilados para desarrollar estrategias de bienestar personalizadas
Por un lado, hay puntos positivos, además de convertir la oficina en un lugar más seguro, durante los brotes de gripe estacional los equipos de recursos humanos podrían utilizar los datos recopilados para desarrollar estrategias de bienestar personalizadas. Incluso, con el paso del tiempo, podría establecer medidas para luchar contra enfermedades tan graves la obesidad o la diabetes. Sin embargo, no todo el mundo puede estar de acuerdo con que las empresas tengan sus datos médicos y los utilicen con estos fines.
EN 2019, Electronic Frontier Foundation (organización sin ánimo de lucro) advirtió que cuanto más sepan los empleadores sobre las horas fuera del trabajo de sus empleados, más control potencial tendrán sobre sus vidas. Además de controlar al trabajador para que mejore su productividad, las empresas también podrían presionarles para que adoptasen estilos de vida saludables o estén en buena forma física. Esto puede evolucionar por dos caminos, según explica Ivan Manokha, investigador de la Universidad de Oxford: por un lado las propias empresas podrían incurrir en situaciones que rebasen la legalidad y podrían enfrentarse a sanciones graves, y por otro los trabajadores que se negasen a 'pasar por el aro' podrían tener dificultades en el lugar de trabajo, al ser vistos como poco cooperativos o motivados.
Es poco probable que actualmente las empresas que deseen realizar un seguimiento de la salud se enfrenten a una oposición seria por parte de su personal
Aunque siendo realistas, apunta Manohka, con el clima laboral actual y las altas tasas de desempleo, es poco probable que las empresas que deseen realizar un seguimiento de la salud se enfrenten a una oposición seria por parte de su personal: "Quizá no sea su principal problema en estos momentos".
¿Y en España?
¿Cómo es la situación en la actualidad en nuestro país? ¿Qué límites puede rebasar una empresa en relación a los datos médicos de un trabajador? "Es ilegal que la empresa tenga cualquier dato médico", apunta María Senra, jefa de Recursos Humanos. "Hasta tal punto de que si estás de baja ya sea por una enfermedad común o por un accidente de trabajo, incluso en el segundo caso la empresa no puede tener tus datos. Ahora con el coronavirus muchas bajas IT (incapacidad temporal) se están convirtiendo en bajas AT (Accidente de trabajo o enfermedad profesional), pero nunca en ningún caso se pueden saber los datos médicos del trabajador".
"Lo que si es verdad es que las empresas están afiliadas a una mutua", añade. "Esto sirve para que se verifique que el trabajador, al pedirse la baja médica, no está inquiriendo en una ilegalidad en el sentido de que podría fingir la enfermedad. Cuando la persona en cuestión se encuentra en una baja durante mucho tiempo la mutua suele hacer revisiones, pero por el momento no puede inquirir de ninguna manera en qué es lo que le sucede al trabajador". Solo el tiempo y quizá la evolución de la pandemia marcarán un hipotético y diferente futuro.
Nadie pone en duda a estas alturas que el mundo ha cambiado debido a la epidemia de coronavirus. El plano laboral también se ha visto afectado, y hemos descubierto que el teletrabajo es una realidad posible con la que muchos españoles parecen satisfechos, pues parece conciliar a la perfección el trabajo y la vida personal. Por otro parte, un futuro ambiguo y el temor por una probable crisis económica también acechan a muchas pequeñas o grandes empresas.