Un Golden Retriever recorre 100 kilómetros para encontrar a sus dueños

Que el perro es el mejor amigo del hombre y también el más leal es algo que no deja lugar a dudas. Ahora, uno de estos animales ha vuelto a demostrarlo y lo ha hecho, literalmente, con sangre, sudor y lágrimas. Se llama 'Ping An', que traducido al castellano sería 'Sano y salvo', y ha protagonizado una preciosa historia de amor.

Los dueños de Ping An viven en Qidong, una ciudad del este de China. Iban a hacer reformas en su casa, por lo que hablaron con unos amigos para que, durante unas semanas, pudieran quedarse con su perro y poder adelantar en las obras. Por eso, un día montaron a su mascota en el coche y condujeron hasta la ciudad de Nantong, donde Ping An iba a vivir durante varias semanas.

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Sin embargo, las obras se alargaron más de lo previsto y cuatro meses después de que Ping An hubiera cambiado de casa, decidió que no quería seguir allí. Así que se marchó de su nuevo hogar y los amigos de sus dueños le perdieron la pista. El disgusto de sus propietarios fue tremendo y trataron de buscarle personalmente, pero también a través de las redes sociales chinas.

Final feliz

Durante 14 días, nadie tuvo noticias de Ping An hasta que, finalmente, los trabajadores de una empresa situada a las afueras de la ciudad de Qidong lo encontraron. Tenía heridas en las patas y sangre en los dedos, pero lo peor es que "parecía deprimido": estaba tumbado en un lateral de la carretera, desnutrido y aparentemente triste, ya que apenas levantaba la cabeza.

Los trabajadores decidieron hacerse cargo del animal y trataron de rastrear a su dueño, al mismo tiempo que comenzaron a buscar información en las redes sociales. La suerte quiso que ese mismo día, sus dueños vieran alguno de los post que se colgaron en las redes y se pusieron en contacto con los empleados que cuidaron de Ping An para ir a buscarlo rápidamente.

Cuando por fin se encontraron, el animal corrió hacia sus dueños. Están convencidos de que había escapado para tratar de encontrarlos y fue capaz de regresar hasta su ciudad, a 100 kilómetros de distancia, pero no de encontrar el rastro que le llevara hasta su casa ya que en Qidong viven 1,2 millones de personas. En declaraciones que recoge el Daily Mail, la familia de Ping An ha asegurado que están conmovidos con su gesto y que nunca más volverán a separarse de él.