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Por qué confundimos la izquierda con la derecha (y por qué es un error tan común)
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Por qué confundimos la izquierda con la derecha (y por qué es un error tan común)

Según un estudio, el 9% de los hombres y el 17% de las mujeres sufren ese problema, que se agrava en situaciones de estrés

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Sacarse el carnet de conducir es una auténtica hazaña, pues los reflejos y la pericia deben unirse en tiempo récord para suplir la falta de costumbre que supone coger un coche. Más de una persona ha sentido verdadero pavor teniendo que incorporarse a la autopista u obedeciendo todas las normas del instructor sin equivocarse. Quizá te suene familiar: ¿alguna vez te dijo el profesor que giraras a la izquierda y torciste hacia el otro lado?

En el momento lo atribuiste a los nervios, aunque quizá en más de una ocasión, después de sacarte el carnet (¡enhorabuena!) cuando una persona te ha guiado por la carretera también has dudado un momento: ¿mi izquierda o la verdadera izquierda? Esos momentos de dislexia cognitiva son, aunque no lo creas, bastante comunes. Muchas personas tienen problemas en distinguir ambas manos, direcciones o pies. Y si no, apúntate a una clase de yoga y verás cómo por lo menos dos personas levantan el brazo contrario cuando el profesor dice que hay que hacer un determinado ejercicio.

No tenemos problemas en distinguir arriba y abajo pero si izquierda y derecha porque se trata de un concepto más subjetivo

Pero, ¿por qué sucede? Al fin y al cabo no tenemos ningún problema en distinguir arriba-abajo. Según explica 'Psychology Today' hay dos razones para esto: por un lado, la izquierda y la derecha cambian según el punto de vista. La mayoría de las veces, distinguimos la izquierda y la derecha desde nuestra propia perspectiva, pero si tenemos que distinguirlas desde la perspectiva de una persona frente a nosotros, nuestro brazo izquierdo es su brazo derecho.

¿Es preocupante?

Por otra parte, diferenciar entre izquierda y derecha es más complicado que diferenciar entre arriba y abajo, ya que la distinción es completamente arbitraria, y no hay leyes físicas subyacentes (como tirar una manzana y que caiga). Y, como ya te hemos señalado, se trata de un problema bastante frecuente. En la década de los 70 se realizó un estudio con una muestra de varios cirujanos y sus parejas; El 9% de los hombres y el 17% de las mujeres afirmaron que con frecuencia experimentaban confusión con la izquierda y la derecha en su vida diaria. Algunos estudios más recientes estiman que los números son aún más altos.

En el 2000 dos médicos de un hospital de Gales extrajeron accidentalmente el riñón izquierdo en funcionamiento de un paciente en lugar del derecho

¿Es importante? Sí y no. En nuestra vida diaria esta pequeña equivocación tampoco es un gran problema y parece bastante inofensivo, pero en un entorno médico (donde se realizó el primer estudio al respecto) podría ser más peligroso, ¿cuántas veces te han contado la leyenda del cirujano que se equivocó y operó la pierna izquierda cuando debía ser la derecha? Y no se trata de un cuento para no dormir: en el año 2000 dos médicos de un hospital de Gales extrajeron accidentalmente el riñón izquierdo en funcionamiento en lugar del derecho, lo que llevó a la muerte del paciente. Por eso, en muchas ocasiones se pide que se identifique la zona que debe operarse antes de la cirugía.

¿Puedo solucionarlo?

Los estudios con pacientes han demostrado que, en particular, la circunvolución angular en el lóbulo parietal del cerebro es muy importante para diferenciar entre izquierda y derecha. El daño en esta área del cerebro puede conducir al llamado Síndrome de Gerstmann una condición neurológica rara en la cual los pacientes muestran cuatro síndromes clave:

  1. Agnosia en los dedos (incapacidad para nombrar o distinguir los dedos)
  2. Agrafia (incapacidad para escribir)
  3. Acalculia (dificultades para realizar incluso tareas matemáticas simples)
  4. Confusión entre derecha-izquierda

¿Es posible evitarlo? Generalmente tendemos a confundir más ambas direcciones cuando estamos sometidos a cierta presión o estrés (un ejemplo de ello es el coche), por lo que lo ideal sería evitar esas situaciones. Como parece difícil, siempre puedes optar por hacer el viejo truco es hacer una forma de L con el pulgar y el dedo índice de cada mano. El que realmente se parece a la letra L es la mano izquierda.

Sacarse el carnet de conducir es una auténtica hazaña, pues los reflejos y la pericia deben unirse en tiempo récord para suplir la falta de costumbre que supone coger un coche. Más de una persona ha sentido verdadero pavor teniendo que incorporarse a la autopista u obedeciendo todas las normas del instructor sin equivocarse. Quizá te suene familiar: ¿alguna vez te dijo el profesor que giraras a la izquierda y torciste hacia el otro lado?

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