Esto es lo que hacen los gorilas de montaña cuando nadie los mira

'Spy in the Wild', una serie documental de la televisión estadounidense que graba a animales salvajes en su entorno, ha captado por primera vez a un grupo de gorilas de montaña (una de las dos subespecies de gorila oriental) cantando durante una cena, un comportamiento que nunca antes se había documentado en vídeo. Una actividad coral que combinan con otra que les encanta: soltar flatulencias.

El documental emitido este miércoles en la PBS ha capturado las sorprendentes imágenes del coro de primates con un poco de ayuda de una cámara muy singular: un 'espía' robótico diseñado para parecerse a un cachorro de gorila. Cuando la cámara es manejada por un humano, se guarda una distancia de seguridad con los gorilas salvajes, pero este robot animatrónico fue capaz de infiltrarse en una manada y filmar sus rutinas diarias, que incluyeron una serenata improvisada durante la hora de la cena, recoge 'Live Science'.

Las imágenes del coro de gorilas aparecen en el primer episodio de la serie documental y muestran a los simios recostados en medio de un denso follaje en un santuario de Uganda. Mientras masticaban hojas y tallos, tarareaban contentos para sí mismos, acompañando su comida con un "coro vocal distinguible", según el narrador del episodio.

Pero los gorilas no solo realizaron un coro musical en ese sentido. Bajo el ojo vigilante de la cámara del robot espía, los grandes simios también revelaron que eran bastante gaseosos, añadiendo a su cena flatulencias casi constantes.

Estudios anteriores

No es la primera vez que se documenta la activadad coral de estos animales. En el año 2016 un estudio publicado en 'Plos one' recogía que los gorilas se cantan a sí mismos mientras comen, aunque no se habían tomado imágenes en vídeo. Estos investigadores observaron a esos gorilas de las tierras bajas occidentales en un bosque protegido en la República del Congo.

Los autores del estudio de 2016 también observaron que los gorilas mayores realizaban el zumbido y el canto a la hora de comer más que los gorilas jóvenes; que los machos "cantaban" con más frecuencia que las hembras; y que los gorilas eran más propensos a cantar mientras comían plantas y semillas acuáticas, en lugar de insectos.

Un robot espía con una cara expresiva

Para lograr captar estas imágenes era muy importante crear un robot espía realista que pudiera engañar a un gorila. Esto significaba que había que diseñar una cara que fuera móvil y expresiva, especialmente alrededor de los ojos, según explica Matt Gordon, productor de la serie documental.

"La comunicación visual es muy importante entre los gorilas", señala Gordon a 'Live Science'. "Verás en el video del primer episodio; los gorilas se acercaron directamente a nuestro gorila espía y lo miraron directamente a los ojos. Así que nos aseguramos de que el gorila tuviera la mayor cantidad de detalles en la cara".

Otros tipos de animales robóticos pueden necesitar una mayor movilidad en el aire o el agua, como un pelícano animatrónico o una nutria marina. Y la infiltración en comunidades de animales que viven en colonias, como suricatos, requiere que un robot huela como esos animales para poder acercarse a ellos.

"A veces tenemos que restregarles heces para permitir que sean aceptados en el grupo", apunta Gordon. "No es el trabajo más agradable".