Por qué no debes lavar los huevos antes de cocinarlos
Probablemente los limpias, con cáscara, para librarlos de posibles gérmenes. Sin embargo, quizá deberías replanteártelo
Ya sea porque vas a cocerlos, a hacer una ensalada con ellos o a comértelos rotos y con jamón, es bastante probable que laves los huevos que vas a usar antes de cocinarlos, para así limpiarlos por completo y que el agua se lleve todos los componentes químicos o perniciosos que pudiera contener el alimento. Lo haces seguramente sin, ni siquiera, pensarlo, pero, ¿es correcto?
En realidad, debes saber que no deberías lavarlos cuando vas a consumirlos. Probablemente lo haces con la cáscara incluida, para quitar los posibles gérmenes. Es normal, hasta que ha llegado a nuestras manos, ese huevo ha pasado por múltiples lugares y no parece una mala idea darle un repaso con agua. Entonces, ¿por qué decimos que no es una buena idea?
No solo eres tú, los cocineros también suelen hacerlo. Según los expertos (y el USDA o Departamento de Agricultura de los Estados Unidos), el proceso de lavarlos elimina una capa protectora natural que se conoce como cutícula. Una vez que el huevo se ha lavado, se aplica una película de aceite mineral comestible a la superficie del huevo. Esa película está ahí para evitar que cualquier bacteria penetre y potencialmente contamine el alimento.
No los laves, especialmente con agua fría. Plantea un riesgo mucho mayor y se incrementan las posibilidades de contaminar el alimento
Según algunos nutricionistas, al lavar el huevo en realidad podrías aumentar sus bacterias. "Cuando lo lavas antes de cocinarlo, como la cáscara es porosa, el agua puede empujar las bacterias hacia el huevo", cuenta la experta Any Leigh Mercree en 'Reader's Digest', "especialmente si el agua con el que lo lavas está fría. Esto plantea un riesgo mucho mayor y se incrementan las posibilidades de contaminar el alimento que vas a comer", añade.
Aunque recomienda no lavarlos, también indica que si lo vas a hacer, lo mejor es que utilices agua tibia y evites el jabón. "Esto lo recomiendo con los que son de granja, pero si los has comprado en un supermercado mejor déjalos como están y mantén las bacterias donde realmente pertenecen". Si aún así no te convence del todo, puedes probar a limpiarlos con agua tibia, como ella bien sugiere.
Los huevos son fundamentales para nuestra salud. Ayudan al metabolismo y a la tiroides, son ricos en antioxidantes, previenen las enfermedades cardiovasculares, fortalecen la piel y los huesos... vamos, que sus beneficios son innegables: contienen vitaminas A, D, E, B12, yodo, hierro, calcio, zinc, selenio... son los patrones de las proteínas y tienen grasa buena.
Si lo vas a lavar de todas maneras, lo mejor es que utilices agua tibia y evites el jabón
Una investigación holandesa concluyó que el 87% de personas en una franja de edad comprendida entre los 35 y los 40 años que tomaban huevos con asiduidad tenían menos manchas y marcas de envejecimiento y, además, ya sabes que son una fuente estupenda si quieres ganar músculo. Recuerda, de todas formas, para mantener el colesterol a raya, que no todos los huevos son iguales: aquellos enriquecidos con Omega 3 o los que provienen de gallinas que han sido alimentadas con piensos o semillas ricas en ácidos grasos insaturados como chia, aceite de lino y colza son la opción más sana.
Ya sea porque vas a cocerlos, a hacer una ensalada con ellos o a comértelos rotos y con jamón, es bastante probable que laves los huevos que vas a usar antes de cocinarlos, para así limpiarlos por completo y que el agua se lleve todos los componentes químicos o perniciosos que pudiera contener el alimento. Lo haces seguramente sin, ni siquiera, pensarlo, pero, ¿es correcto?
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