Es noticia
Esa pastilla no cura: te sorprendería saber la frecuencia con la que se recetan placebos
  1. Alma, Corazón, Vida
ESTUDIO EN AUSTRALIA

Esa pastilla no cura: te sorprendería saber la frecuencia con la que se recetan placebos

Las tasas de prescripción de placebos, según datos de varios estudios internacionales, oscilan entre 17 y 80 por ciento

Foto: Un porcentaje de médicos opta por recetar placebos (Foto: Pexels)
Un porcentaje de médicos opta por recetar placebos (Foto: Pexels)

Los placebos son unas sustancias que no tienen ningún efecto farmacológico demostrado pero que pueden provocar un resultado positivo en determinados pacientes que psicológicamente asuman que están tomando un medicamento real.

Dentro de los placebos, existen los que no tienen ningún efecto sobre nuestra salud, como, por ejemplo, una pastilla de azúcar; y los que sí tienen efectos en nuestro organismo (placebo activo) pero que no hacen nada por solucionar el problema del paciente, como, por ejemplo, un jarabe para un resfriado ante un paciente con dolor muscular.

Foto: Simulación de un virus. (Pixabay)

Se supone que los médicos, cuando nos duele algo, deben recetarnos fármacos de verdad… pero no, muchos se decantan por placebos. Así lo señala una encuesta realizada en Australia pero que puede ser extrapolable a todo el mundo.

Placebos activos, los favoritos

Según este estudio publicado en 'The Australian Journal of General Practice', en el que se entrevistó a 130 facultativos de medicina general, el 39 por ciento de los médicos reconoció que había prescrito un placebo al menos una vez en su trayectoria, la mayoría de las veces productos como aerosoles nasales salinos y cremas para la piel.

El uso innecesario de antibióticos aumenta el riesgo de crear cepas de bacterias resistentes a ese antibiótico

Lo más sorprendente es que un 75% había recetado, alguna vez en sus carreras, un placebo activo, que no haría nada para contener o curar la dolencia del paciente y un 40% lo hacía de manera habitual. De estos placebos activos, los antibióticos (42 por ciento), los suplementos vitamínicos y minerales (17 por ciento) y las terapias consideradas medicina alternativa, como la homeopatía (10 por ciento) fueron los más comúnmente prescritos.

Este estudio no es el único que ha analizado la historia de amor de los médicos con los placebos, como nos recuerda Gizmodo. En otras partes del mundo se han realizado investigaciones similares que demuestran que se trata de una práctica generalizada. Así, un estudio en Estados Unidos de médicos para adultos y reumatólogos demostraba que alrededor de la mitad recetaban placebos de manera regular. En Alemania, el 88 por ciento había utilizado placebos con sus pacientes al menos una vez, la mayoría de las veces placebos activos. Y un estudio de 2013 en el Reino Unido encontró que el 97 por ciento de los médicos allí habían prescrito placebos activos al menos una vez en sus carreras. En general, dependiendo de dónde y el tipo de placebo, las tasas de prescripción de placebos oscilan entre 17 y 80 por ciento de los médicos.

placeholder
La consulta de un médico. (iStock)

No obstante, como señalan los autores del estudio en Australia, hay un lugar perfectamente razonable para los placebos en la medicina. A menudo, dolencias como resfriados y dolores de estómago tienen un proceso de cura lento, independientemente del tratamiento que uses, por lo que los placebos pueden hacernos sentir mejor durante ese período de sufrimiento.

No obstante, el placebo activo puede provocar un efecto indeseado, ya que el uso innecesario de antibióticos aumenta el riesgo de crear cepas de bacterias resistentes, no sólo a ese antibiótico, sino a otros relacionados con él.

¿Nos mienten los médicos?

Otro problema del placebo tiene un sentido ético, ya que las personas generalmente no toman un placebo creyendo que es uno, sino que creen que les funcionará para su dolencia, algo que fortalece el efecto placebo. En definitiva, que los médicos nos mienten, aunque en el estudio en Australia, alrededor del 80 por ciento de los médicos estuvieron de acuerdo en que un placebo debe ser prescrito sólo si a los pacientes se les dice por adelantado que, probablemente, no hará nada específico para tratar su problema.

Esto, aunque parezca un sinsentido, también puede funcionar. Hay crecientes evidencias de que incluso las personas que saben que están tomando un placebo terminan sintiéndose mejor que aquellos que no toman nada, al menos para ciertas enfermedades.

Los placebos son unas sustancias que no tienen ningún efecto farmacológico demostrado pero que pueden provocar un resultado positivo en determinados pacientes que psicológicamente asuman que están tomando un medicamento real.

Médicos Antibióticos
El redactor recomienda