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Tres niños autistas no pueden entrar con su perro de asistencia en un camping
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EN ADELAIDA, EN EL SUR DE AUSTRALIA

Tres niños autistas no pueden entrar con su perro de asistencia en un camping

La familia se tuvo que dar la vuelta en la puerta con sus hijos y el perro, mientras los responsables aseguran que los permisos del animal estaban caducados

Foto: Hunter es un apoyo imprescindible para Logan, de solo 8 años de edad (Foto: Facebook)
Hunter es un apoyo imprescindible para Logan, de solo 8 años de edad (Foto: Facebook)

Murrianna Reese es madre de tres niños que padecen diversos grados de autismo. El mayor se llama Zach, tiene 15 años y padece esta enfermedad; la única niña, Mystique, tiene problemas de sordera y también es autista; mientras el pequeño, Logan, sufre a sus 8 años una lesión cerebral adquirida, epilepsia y también autismo.

Para esta familia la presencia de su perro es indispensable. Se llama Hunter, es un precioso labrador y nunca hasta ahora habían tenido ningún problema al llevarlo con ellos ya que está considerado un perro de servicio y se le permite entrar como a los perros guía en cualquier parte. Hasta ahora.

Porque Murriana, su marido y sus hijos, que viven en Australia, habían organizado el pasado fin de semana una escapada para ir de vacaciones durante tres días a un camping llamado Marion Holiday Park, a las afueras de Adelaida, en el sur del país. Pero cuando llegaron y fueron a entrar en el recinto, les prohibieron hacerlo con su perro Hunter.

Una ayuda indispensable

Cuando llegaron a su destino Murriana se dirigió a las oficinas para informar, por cortesía, de la presencia de su perro, aunque ya lo había hecho al hacer la reserva. La sorpresa fue mayúscula cuando los supervisores del complejo vacacional les negaron la entrada ya que no se permite la entrada de mascotas, pese a que habían presentado el carné de Hunter como perro de servicio sellado por el gobierno de la región del Sur de Australia.

Foto: Jack Higgins, aún con las manos tapándose los oídos, en el momento de recibir su diploma (Imagen: YouTube)

Murriana explica a ABC Australia que “Hunter no es una mascota, es un perro de servicio” y que pese a mostrar su identificación, no les permitieron la entrada. Habían pagado 1.500 dólares por adelantado, casi 1000 euros, y era todo su presupuesto para las vacaciones, por lo que no podían irse a buscar ningún otro lugar.

Según la familia, les dijeron que esa identificación no era suficiente y cuando les amenazaron con una queja formal “que podría costarles 10.000 dólares” aseguraron que podrían asumir la multa. Lo peor, según la madre, fue que su hijo Logan quedó “completamente traumatizado de que no se le permita tener a Hunter con él y voy a tener que lidiar con eso y tratar de calmarlo”.

Según el camping, el documento que presentaron estaba caducado, por lo que Hunter no estaba acreditado ni certificado

El complejo, por su parte, se excusa en que la documentación de Hunter no estaba en regla. Según un portavoz, “acomodan por norma a los perros de asistencia porque son vitales en el apoyo y la vida de las personas que los necesitan. Pero cuando la familia llegó al parque el sábado, el documento que presentaron estaba caducado. El perro no estaba acreditado ni certificado. No podíamos permitirle entrar en el parque. Les reembolsamos todo su dinero".

Murrianna Reese es madre de tres niños que padecen diversos grados de autismo. El mayor se llama Zach, tiene 15 años y padece esta enfermedad; la única niña, Mystique, tiene problemas de sordera y también es autista; mientras el pequeño, Logan, sufre a sus 8 años una lesión cerebral adquirida, epilepsia y también autismo.

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