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¿Sigues pensando que cuanto más sexo mejor? La ciencia dice que no
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¿Sigues pensando que cuanto más sexo mejor? La ciencia dice que no

Los terapeutas sexuales suelen hablar de la importancia de las relaciones diarias, pero ¿y sí ese no fuera el remedio para tener una vida plena?

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Que levante la mano la persona a la que no le guste meterse entre las sábanas y gozar. El problema es que, sumidos en la rutina, a veces no podemos hacerlo todas las veces que quisiéramos, entonces nos culpabilizamos. A ese sentimiento de no hacer lo correcto cuando no vamos al gimnasio desde hace dos meses o cuando no comemos comida sana se une el de no tener suficientes relaciones con nuestra pareja. Si todo el mundo a tu alrededor parece pasarse el día haciéndolo, peor aún.

Pero oye, igual estar a dos velas tampoco es tan malo. La empresa Durex ha realizado recientemente una encuesta global a gente con una edad comprendida entre 16 y 45 años. Al parecer, Estados Unidos es el país más fogoso, pues sus ciudadanos lo hacen 138 veces al año de media, casi el doble que en el resto de países encuestados (excepto Francia, pero ya sabemos que tienen la ciudad del amor). Y seguro que has oído más de una vez a terapeutas, o quizá hayas leído en algunos libros de autoayuda, que lo ideal es tener relaciones a diario. Pero ¿es verdad? Quizá no, según apuntan los últimos estudios.

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Los investigadores Amy Muise, Ulrich Schimmack y Emily A. Impett se han hecho esta pregunta en su obra 'La frecuencia sexual predice un mayor bienestar, pero más no es siempre sinónimo de mejor'. "Los medios de comunicación enfatizan la afirmación de que cuanto más sexo tengas, más feliz te sentirás" indica. "Sin embargo, en tres muestras demostramos que la asociación entre la frecuencia sexual y el bienestar es curvilínea (en oposición a una lineal) donde el sexo ya no se asocia con el bienestar si se realiza a una frecuencia mayor". En palabras menos técnicas: analizaron la relación entre ambos conceptos con una muestra nacional de 25.000 personas estadounidenses, con una edad comprendida entre 18 y 89 años.

La gente es más feliz si tiene relaciones una vez a la semana, pero si esta cantidad sube, no se incrementa su satisfacción

Las personas que tenían una relación romántica practicaban sexo con más frecuencia que las solteras. Y, lo más interesante, cuando a estas últimas se las preguntó por su felicidad, no la relacionaron en ningún momento con la frecuencia con la que tenían relaciones. No fue así en el caso de las personas con pareja, pues el sexo sí predecía en buena parte su felicidad, pero solo hasta cierto punto. En conclusión: la gente era más feliz si tuvieran más relaciones sexuales una vez a la semana de media. Pero las personas que tenían relaciones sexuales más de una vez a la semana no eran más felices que las que tenían relaciones sexuales una vez a la semana.

En otras dos muestras más, surgió el mismo efecto: las personas más contentas con sus relaciones y sus vidas tenían relaciones sexuales con sus parejas con más frecuencia, aunque solo una vez por semana. Si el número aumentaba, no se producía un aumento adicional de la satisfacción. Esto era cierto independientemente del género, la edad o el tiempo que las personas hubieran estado en su relación.

Un estudio reciente ha indicado que una de cada cuatro parejas de más de 50 no lo hacen nunca. Y no repercute en absoluto en su felicidad

Así pues, no te fustigues más. Si bien el sexo es una parte muy importante de nuestra vida, no hay por qué obsesionarse. Parece que según los datos sobre hábitos de sueño en Reino Unido, la mayoría de la gente encaja en ese grupo que lo hace una vez a la semana. Tanto si lo haces a diario como si no lo practicas nunca (una de cada cuatro parejas mayores de 50, no tienen sexo, y lejos de quejarse por ello se sentían muy contentas), tu felicidad no dependerá exclusivamente de ello. Quizá sea un alivio.

Que levante la mano la persona a la que no le guste meterse entre las sábanas y gozar. El problema es que, sumidos en la rutina, a veces no podemos hacerlo todas las veces que quisiéramos, entonces nos culpabilizamos. A ese sentimiento de no hacer lo correcto cuando no vamos al gimnasio desde hace dos meses o cuando no comemos comida sana se une el de no tener suficientes relaciones con nuestra pareja. Si todo el mundo a tu alrededor parece pasarse el día haciéndolo, peor aún.

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