Lo que los camareros querrían decir a sus clientes pero prefieren callarse

Hay un viejo dicho: "Si quieres conocer a alguien, llévalo a un bar y observa cómo trata al camarero". Es un oficio duro. Especialmente cuando se va acercando la hora de cerrar a las tantas de la noche y eres tú el que tiene que desalojar el garito. O cuando tienes que llevar cientos de vasos a una mesa con cuidado de que no se te caigan. Incluso en algunas ocasiones, cuando las formas de los clientes no son las mejores. A prueba de balas.

Hay algunas cosas que no te dirán nunca, aunque hayas conseguido que te invite a la última ronda de chupitos gratis después de una noche de desenfreno. Al menos, esa es la conclusión a la que llegó 'Business Insider' tras entrevistar a camareros de todo el mundo. Todos aseguraron que hay pequeños detalles, anécdotas o secretos que les gustaría decir a los clientes pero no pueden. ¿Cuáles son?

"No uses la tarjeta de crédito"

Si vas a pedir una sola cerveza, los camareros de todo el mundo te piden que pagues en efectivo. "El tener que usar el datáfono es un lío", indica M.P de 24 años. "Y realmente no vale la pena toda la parafernalia por una simple cerveza. Si llevas dinero, úsalo, por favor".

"Estás pagando por un cóctel que vale mucho menos" o "no se va a ir contigo a casa porque la invites a una copa" son algunas cosas que piensan

De igual manera, asegura que el hecho de tener que pagar cada uno su parte también genera bastantes líos y conflictos. "Lo ideal es que se diga desde el principio si todo el mundo va a tomarse, por ejemplo, una copa que cuesta lo mismo. Así no serán tan complicado calcular".

"Trátame como a una persona"

La educación (o la falta de ella, más bien) es otra cosa en la que muchos están de acuerdo. "No soy tu sirviente, por favor, no me trates como tal. Este es mi lugar de trabajo, no tu casa, y tú eres el invitado, así que intenta comportarte con un poco de decoro".

"Sois repugnantes"

"Esto es algo que me encantaría decir pero, como es obvio, nunca me atreveré", indica la camarera A.R. "Odio ver a la gente comer. Observar cómo les chorrea el queso de la hamburguesa por la comisura de la boca no es en absoluto agradable, la verdad, pero no me queda otra que sonreír y hacer de tripas corazón".

"Te veo, sí"

"Sé que has pedido la bebida, así que no te preocupes, en cuanto tenga tiempo te la traeré, no hace falta que me chistes o que hagas aspavientos con la mano. Espera tu turno como el resto de la gente".

"Deja de hacer como que trabajas"

Los camareros del mundo coinciden: no engañas a nadie. "Eres un alcohólico funcional, deja de hacer como que trabajas con tu ordenador portátil porque todos sabemos la verdad. Vienes al bar a beber, así que no finjas".

"No se va a ir a casa contigo"

Coinciden también en que, aunque le pagues una copa muy cara a esa chica que te sonríe en la barra, eso no significa que vaya a querer irse contigo a casa solo porque lo hayas hecho. "Mucha gente pìensa que se ve genial por haber comprado una bebida cara" indica M.P. "La mayoría de las veces es más bien al contrario".

"Estás pagando demasiado"

Generalmente pagas más de lo que ese cóctel tan caro se merece. Para averiguar cuánto estás pagando en exceso por tu cóctel de lujo favorito, puedes usar esta calculadora de precios, para saber a cuánto asciende esto que estás bebiendo.

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"Es probable que estés pagando hasta un 400% más que el valor de los ingredientes para que preparen tu bebida". Vaya gracia.

"Sí, te estoy juzgando"

"Lo haré en función de lo que pidas, asúmelo", señala A.R. "Se puede saber perfectamente qué tipo de persona eres según lo que pidas. Si estás en un bar ruidoso con muchas otras personas y pides algo complicado, claramente no valoras el tiempo de los demás".