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Nadie pierde 'la batalla contra el cáncer' o por qué la épica no ayuda a mitigar el dolor
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Nadie pierde 'la batalla contra el cáncer' o por qué la épica no ayuda a mitigar el dolor

Más que servir de apoyo, este tipo de expresiones puede suponer una losa para quienes conocen de cerca la segunda causa de muerte más frecuente en el planeta

Foto: Un familiar consuela a un paciente de cáncer. (iStock)
Un familiar consuela a un paciente de cáncer. (iStock)

"Hace unos meses mi hermano perdió la batalla contra el cáncer. Luchó mucho durante tres largos años, pero al final se apagó. Ahora a mi padre le han descubierto un cáncer en el riñón y nos dicen que tiene metástasis. Creo que me rindo, es otra batalla perdida", relata la familiar de un paciente en el foro de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Por su situación pasan muchas personas: uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres tendrá un tumor maligno en algún momento de su vida. De ahí que le lluevan respuestas. "Sé positiva", contestan algunos. "'¡Prohibido rendirse!", apostillan otros.

Pero más que servir de apoyo, este tipo de expresiones puede suponer una losa para quienes conocen de cerca la segunda causa de muerte más frecuente en el planeta, de acuerdo a las cifras que maneja la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Intentamos no utilizarlas porque generan sobreexigencia en algunos pacientes", explica Virginia Vaca, psicooncóloga y coordinadora de voluntarios de la AECC en el hospital Quirónsalud de Madrid. Hay a quienes les puede motivar, pero la especialista recuerda que curarse "no es un proceso inmediato" y prefiere otro tipo de metáforas: "Es una carrera de fondo, como el Tour de Francia. Hay etapas de montaña, en llano y pruebas contrarreloj".

Foto: Una paciente después de ser operada por un cáncer de mama. (Reuters)

Casi la mitad de los 2.000 pacientes de cáncer encuestados por la ONG británica 'Macmillan Cancer Support' considera que la frase 'perdió su batalla' es inapropiada, mientras que al 37% no le gusta la palabra 'lucha' para referirse al tratamiento de la enfermedad. La mayoría de ellos prefieren decir, sencillamente, que alguien murió de cáncer y, al oír calificativos como 'héroe' o 'valiente', se sienten aislados y reciben la presión de adoptar una actitud positiva. Tampoco ayudan titulares que aluden a 'inspiradores ejemplos' de famosos que han superado la enfermedad.

"No hay una fórmula mágica para decirle a alguien que tiene cáncer", sino que "cada paciente es un mundo", señala el oncólogo y profesor de Ginecología Lucas Minig, miembro de Doctoralia. Si sus familiares —que son quienes mejor conocen la sensibilidad— recomiendan evitar detalles escabrosos, el doctor "da la información justa"; pero si el propio enfermo expresa la voluntad de evitar rodeos, el facultativo está "en la obligación de responder". "No toda la verdad necesariamente debe ser dicha, pero todo lo que se diga necesariamente debe ser verdad", resume en una máxima.

No toda la verdad necesariamente debe ser dicha, pero todo lo que se diga necesariamente debe ser verdad"

En España, el 94% de las comunidades autónomas no ofrece tratamiento psicológico especializado a pacientes y familiares, o bien lo hace de manera insuficiente, según se desprende del 'Informe sobre la atención psicológica a pacientes de cáncer y familiares' publicado este lunes por la AECC. Pese a que cualquier estrategia destinada a paliar la enfermedad remarca la importancia de brindar apoyo a nivel mental, el 48% de hospitales públicos no dispone de este servicio, lo que se traduce en un 30% de personas que desarrollarán algún tipo de trastorno psicopatológico.

Este tipo de necesidades se puede abordar desde tres niveles de atención distintas para garantizar la salud integral de la persona afectada. Carmen Yélamos, responsable de psicooncología de la organización, apunta que “en un nivel más básico nos referimos al apoyo emocional, de soporte, que todos podríamos ofrecer sin necesidad de tener una capacitación especial; en un segundo nivel estaría aquella atención orientada a la detección precoz de necesidades psicológicas básicas con el fin de derivar a profesionales especializados y poder realizar una actuación preventiva; y por último estaría el nivel donde este tipo de profesionales evalúan y tratan los trastornos psicológicos de pacientes y familiares”.

Para cubrir la parte que está en manos de todos, la clave es escuchar. "Tenemos dos orejas y una boca, vamos a utilizarlas en proporción", recomienda Vaca, a cuyo juicio "mantenerse positivo o ser optimista no tiene nada que ver con la curación del cáncer". Se trata de "no generarles una gran exigencia" y conocer las necesidades de cada persona. "Actuamos con muchas ganas de decir una palabra mágica o una frase mágica que no existe. A menudo, cuando le decimos al otro cosas como 'tienes que estar fuerte' o 'no digas tonterías' es por nuestro propio sufrimiento".

"Hace unos meses mi hermano perdió la batalla contra el cáncer. Luchó mucho durante tres largos años, pero al final se apagó. Ahora a mi padre le han descubierto un cáncer en el riñón y nos dicen que tiene metástasis. Creo que me rindo, es otra batalla perdida", relata la familiar de un paciente en el foro de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Por su situación pasan muchas personas: uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres tendrá un tumor maligno en algún momento de su vida. De ahí que le lluevan respuestas. "Sé positiva", contestan algunos. "'¡Prohibido rendirse!", apostillan otros.

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