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Los médicos, obligados a ahorrar por sentencia judicial
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Los médicos, obligados a ahorrar por sentencia judicial

Los facultativos se quejan de que los obligan a atender a muchos más pacientes de los que da tiempo, pero sus nóminas dependen de que cumplan unos objetivos, y el ahorro está entre ellos

Foto: Manifestación en favor de la sanidad pública en Madrid. (EFE)
Manifestación en favor de la sanidad pública en Madrid. (EFE)

Los médicos se lamentan de las condiciones en que deben hacer cada día su trabajo. Muchos pacientes, pocos medios y aún menos tiempo para cada caso. No se cubren las bajas y no aumenta el personal. Varios se han aglutinado en plataformas informales que dan a conocer la precariedad de su labor cotidiana en Facebook y otras redes sociales. Pero la realidad es que gran parte de lo que padecen (y en cierto modo hacen padecer a los usuarios de la sanidad pública) lo han firmado en un contrato suscrito por sus sindicatos mayoritarios que los vincula legalmente.

“El médico está obligado a procurar la eficacia en su trabajo y debe racionalizar los medios materiales que el sistema público, esto es, la sociedad, pone a su disposición, ya que debe tener en cuenta el aspecto económico de sus prescripciones médicas, no resultando esto ajeno a su función”. Esas palabras figuran en una sentencia oficial emitida por un juzgado de Lugo. Refrendaba el castigo a un doctor suspendido un mes de empleo y sueldo por parte de la Consellería de Salud de Galicia. Es una de las pocas, si no la única, sentencia en la que se recoge de manera fehaciente que el ahorro es parte de la obligación del médico. El facultativo sancionado prefiere guardar silencio sobre el fallo.

Han decidido que la sanidad es como si fuera un negocio cualquiera y que lo importante es reducir costes

“Han decidido, desde la crisis, que esto es todo utilitario, que lo único importante son los objetivos económicos”, resume el doctor malagueño Carlos Bautista, portavoz de la asociación de facultativos ¡Basta ya! Lo cierto es que los médicos firman sus contratos con una serie de objetivos agregados a ellos. Estos se pactan también con los sindicatos. Luego hay una serie de protocolos que ya no son necesariamente públicos y que se consensúan entre las consejerías y áreas hospitalarias u hospitales concretos, y en los que figuran otros objetivos. Todos coinciden en un aspecto: ahorrar costes. "Han decidido que esto es como un negocio cualquiera y que lo importante es reducir gasto", insiste Bautista.

El presidente de la Asociación en Defensa de la sanidad Pública en Madrid, Marciano Sánchez-Bayle, no ve “intrínsecamente mal” estos objetivos basados en lo económico, pero advierte de que en ocasiones esconden “un deterioro para las condiciones en las que se presta el servicio, y en ese sentido sí que son muy negativos”. Tampoco Jesús Fernández, portavoz sanitario del PSOE, ve los incentivos como “problemáticos 'per se”, pero también advierte de otros acuerdos menos transparentes entre gerentes y personal sanitario que sí podrían ser lesivos para la sanidad pública. Los resultados del último barómetro del CIS sitúan la sanidad como el quinto problema que más preocupa a los españoles.

No se cubren las bajas

Uno de los baremos que más puntúan a la hora de dar incentivos es la manera en que se cubran las bajas de los médicos y otro personal sanitario. Sobra decir que, siendo el ahorro el objetivo fundamental, esas ausencias casi nunca se reemplazan. “En ocasiones son muy largas, por operaciones complejas, y toda la carga de trabajo recae en los que nos quedamos”, subraya Bautista. Otro aspecto valorado es el uso restrictivo de material sanitario.

Desde el sindicato Comisiones Obreras, afirman que les consta que existen acuerdos e incentivos también en las áreas de especialidades, pero que al no ser públicos, se desconocen exactamente los términos. De la nómina de un médico, casi la mitad se sustancia en cuestiones variables: “Es muy sencillo, cuanto más ahorres, más vas a cobrar”, resume Bautista. “Si haces realmente lo que deberías y por lo que te han contratado, vas a percibir menos dinero. Por ejemplo, prescribir medicamentos adecuados o derivar a un especialista”.

Se intenta escatimar y al final quienes lo pagan son los enfermos, porque es imposible ver a cada uno lo suficiente

Su caso no es tan particular. En ocasiones, ha tenido que atender a 100 pacientes en una sola jornada. El número de cartillas que lleve un médico de primaria es uno de los principales factores para determinar su nómina. “Se intenta escatimar en cualquier cosa y al final quienes lo pagan son los enfermos, porque es imposible ver a cada uno el tiempo suficiente”. Los testimonios de médicos de atención primaria y sus dificultades para poder dedicar una atención razonable a cada paciente son muy numerosos.

La sentencia recalca que no cumplir con estos preceptos de contención de gasto es “incumplir sus deberes”, que se remiten al estatuto marco del personal sanitario, que “establece que se debe ejercer la profesión con eficacia”. Un aviso para navegantes en una sentencia pionera.

Los médicos se lamentan de las condiciones en que deben hacer cada día su trabajo. Muchos pacientes, pocos medios y aún menos tiempo para cada caso. No se cubren las bajas y no aumenta el personal. Varios se han aglutinado en plataformas informales que dan a conocer la precariedad de su labor cotidiana en Facebook y otras redes sociales. Pero la realidad es que gran parte de lo que padecen (y en cierto modo hacen padecer a los usuarios de la sanidad pública) lo han firmado en un contrato suscrito por sus sindicatos mayoritarios que los vincula legalmente.

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