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El chico con síndrome de Down que ha montado una empresa millonaria
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El chico con síndrome de Down que ha montado una empresa millonaria

John y su padre han empezado un negocio de distribución de calcetines que dona parte de su beneficio a varias asociaciones. Te contamos su historia

Foto: Foto: John's Crazy Socks.
Foto: John's Crazy Socks.

Durante la mayor parte de su vida, John Cronin siempre ha dado un toque de color a su vestimenta con un par de originales​ calcetines. Sus hermanos mayores a menudo pedían a su padre, Mark, que frenara el escandaloso estilo de su hermanito. Pero ni él ni su hijo hicieron caso de esta opinión. El pasado mayo se graduó en el instituto, algo que le emocionó mucho. Sin embargo, al contrario que muchos de sus compañeros de clase, que decidieron ir a la universidad, el plan de este joven era completamente diferente.

Él no es como la mayoría de los adultos. John tiene síndrome de Down, pero eso no le ha detenido nunca. Es el cofundador e imagen de John's Crazy Socks, una empresa de calcetines 'online' que dona un porcentaje de sus ventas a organizaciones benéficas para ayudar a otras personas con discapacidades. Su historia es un ejemplo inspirador de emprendimiento creativo.

placeholder John, sosteniendo calcetines con la imagen de Trump.
John, sosteniendo calcetines con la imagen de Trump.

Negocio familiar

"Me encantan los calcetines porque pueden ser divertidos, coloridos, mantienen los pies calientes y me permiten ser yo mismo", aseguró en una entrevista con 'Money'. Este joven vive con sus padres en Huntington, Nueva York, y mientras terminaba la secundaria también estudiaba un curso de venta minorista y servicio al cliente. Siempre ha sabido que quería abrir un negocio con su padre, pero no estaba seguro de qué tipo. Al principio, quiso una tienda "divertida", aunque no sabía qué vender.

Cuando los envían, en el paquete añaden una nota de agradecimiento, algunos dulces y dos tarjetas con un 10% de descuento para ti y para un amigo

John pensó que estaría genial abrir una 'food truck', pero "el problema fue que ni él ni su padre sabían cocinar". "Ambos somos buenos comiendo", añadía. En noviembre de 2016, su amor por los calcetines divertidos hizo que crearan su empresa, diseñaran una web y un logotipo. "Se me ocurrió una frase directa: calcetines, calcetines y más calcetines", explica.

Comenzaron el mes siguiente y se sorprendieron bastante ante la abrumadora respuesta. Vendieron rápidamente todo su 'stock' y Mark tuvo que ir a tiendas locales a comprar algunos de Navidad para mantener el almacén surtido en la temporada de vacaciones. Desde su lanzamiento, han estado muy ocupados. Mientras John organiza los pedidos y promociona la empresa con vídeos, Mark se ocupa de los aspectos más técnicos del negocio, como la contabilidad, la administración del inventario y los sueldos del personal.

Más de 1.500 tipos

Muestran desde todo tipo de estampados a imágenes de Abraham Lincoln, Donald Trump o 'La naranja mecánica', pero no solo de diferentes temáticas sino también para diabéticos o de compresión. En el paquete añaden una nota de agradecimiento, algunos dulces y dos tarjetas con un 10% de descuento para el comprador y para un amigo: "Los hay de todas clases, te encantarán. Uno de nuestros secretos es que lo hacemos personalizado", explica John.

Juntos han podido aumentar sus ventas de 14.700 dólares en diciembre a 350.000 en marzo sin ningún tipo de mercadotecnia. Un crecimiento tan grande que la familia se ha visto obligada a mudarse a un edificio más amplio. "Cuando abrimos, pensamos que tendríamos algunos pedidos, pero tuvimos tantos que hubo que hacer borrón y cuenta nueva en el inventario", asegura este padre orgulloso.

placeholder Mark y John.
Mark y John.

John's Crazy Socks es lo que se llama un almacén de 'pick and pack', lo que significa que distribuyen el producto que fabrican otras compañías. En poco más de un año han enviado más de 42.000 pedidos y obtenido unos ingresos de 1,7 millones. "John es un modelo a seguir. Me gusta ver cómo demuestra todo lo que puede hacer y que enseña que todo es posible", explica Mark. Atribuye su éxito a que su negocio se enfoca en varios principios: el primero, y más importante, es que brindan esperanza e inspiración: "Contratamos gente con discapacidades para que puedan tener una oportunidad", comenta.

Su empresa ha tenido un crecimiento tan grande que la familia se ha visto obligada a mudarse a un edificio con más espacio

Ellos donan el 5% de sus ganancias a Olimpiadas Especiales, a la Sociedad Nacional de Síndrome de Down, a la Asociación para Niños con Síndrome de Down y otros fines benéficos como la concienciación del autismo, la investigación del cáncer de mama, el Museo de la Ballena y el Centro de Educación de Cold Spring Harbor. "Devolver es una parte esencial de nuestra empresa", asegura Mark.

Durante la mayor parte de su vida, John Cronin siempre ha dado un toque de color a su vestimenta con un par de originales​ calcetines. Sus hermanos mayores a menudo pedían a su padre, Mark, que frenara el escandaloso estilo de su hermanito. Pero ni él ni su hijo hicieron caso de esta opinión. El pasado mayo se graduó en el instituto, algo que le emocionó mucho. Sin embargo, al contrario que muchos de sus compañeros de clase, que decidieron ir a la universidad, el plan de este joven era completamente diferente.

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