Apuntó con un láser a un helicóptero, era gracioso. Pero no salió nada bien

Gustavo Valencia López, de 38 años, se encontraba sentado en un banco del parque Carl Thornton de Santa Ana, en California. Sus dos hijos correteaban a su alrededor. Su esposa también estaba por ahí y un helicóptero sobrevolaba el cielo. Era la tarde del lunes, ya no quedaba casi nadie y Valencia comenzó a aburrirse. No se le ocurrió mejor idea que juguetear con el puntero láser y molestar a aquella nave que volvaba sobre sus cabezas sin saber que estaba cometiendo un delito.

Como si se tratase de la cara de un futbolista del equipo contrario, apuntó al aparato. Lo que ni siquiera se le pasó por la cabeza, es que este pertenecía a la policía. La del Condado de Orange, para ser exactos. Los pilotos se protegieron los ojos y dieron el aviso a una unidad más cercana que, en cuestión de minutos, apareció en el parque.

Afrontará cargos de hasta 10 años en prisión, pues los pilotos alegan que acciones como estas podrían dejarlos ciegos o causar graves accidentes

Los agentes registraron a Valencia, pero no encontraron rastro del puntero. Su familia también negó tenerlo. Sin embargo, no contaban con que todo había quedado grabado: el láser, su posterior preocupación y el momento en el que enterraba el dispositivo, justo en el lugar en el que el helicóptero lo había visto por primera vez. El padre fue arrestado delante de su familia y en las próximas semanas será sometido a juicio. Afrontará cargos de hasta 10 años en prisión, pues los pilotos alegan que acciones como estas podrían dejarlos ciegos o causar graves accidentes.

Un caso similar se produjo en España en 2014. En aquella ocasión los Mossos d'Esquadra denunciaron a un vecino de Sant Antoni de Calonge por la misma razón: apuntar con un puntero láser a un helicóptero policial. El piloto afirmó haberse quedado ciego durante unos segundos por el haz de luz y tuvo que realizar maniobras para esquivarlo. El hombre emprendió una huida en coche con las luces apagadas para evitar ser detectado, pero gracias a la cámara termográfica del propio helicóptero, pudo ser localizado y arrestado.

El dato de 2012 proporcionado por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) nos sirve para hacernos una idea de que estas gracias del puntero no son en realidad tan insólitas: en solo un año se registraron 540 casos de agresiones externas a aeronaves, la mayoría causados por un dipositivo láser.