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La clase de sexo que de verdad les gusta a las mujeres (y que pocos hombres dominan)
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el 'vainilla'

La clase de sexo que de verdad les gusta a las mujeres (y que pocos hombres dominan)

Debes imprimirte este artículo, subrayarlo y ponerlo en tu nevera. Desvela por qué ellas no quieren repetir contigo dos noches seguidas y por qué, a estas alturas, sigues haciéndolo mal en la cama

Foto: Por fin vas a aprender cómo va el tema. (iStock)
Por fin vas a aprender cómo va el tema. (iStock)

Eres Don Posturitas. Te sabes al dedillo la guía del Kamasutra, te van los azotes y el sexo duro. Viste demasiado porno en la adolescencia (y aún ahora a tu edad), y todavía crees que el número de acrobacias que haces en la cama es directamente proporcional a tu competencia sexual. Ay, amigo, estás muy lejos de ser el amante que toda mujer quiere tener entre sus sábanas.

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Ellas saben perfectamente a lo que nos referimos. La mayoría nos hemos topado con el típico que cree que el sexo es meter y sacar. Y si es de espaldas, mucho mejor. Nada de contacto físico. Ni siquiera estamos seguros de que sepan qué es eso. Para algunas noches, este tipo de relaciones sexuales a lo 'Cincuenta sombras de Grey' están muy bien, ya sea con tu pareja formal o con alguien a quien acabas de conocer. Los agarrones de pelo y las penetraciones fuertes hacen que estos encuentros sean muy animales e instintivos. Pero el problema llega cuando este tipo de praxis se repite noche tras noche.

En el 'sexo vainilla' es aquel que solo domina una pequeña parte de la población masculina. En general, los hombres maduros y experimentados

Querido, si te sientes identificado con las líneas anteriores, hemos de decirte una dura verdad que quizá explica por qué ellas no quieren repetir contigo: no lo haces bien. [Pausa dramática] Una vez lo hayas asumido (y hayas entendido por fin por qué tu ex te dejó), vamos a proceder a darte la solución a todos tus problemas horizontales. El truco es tan sencillo como hacerse asiduo al 'sexo vainilla'.

Qué es el 'sexo vainilla'

Te hemos dicho decenas de veces que tienes que hacer lo contrario de lo que ves en el porno, pero tú ahí, erre que erre. Y así pasa: ella finge el orgasmo para poner fin al circo que estás montando, y nunca más vuelves a saber de su existencia. O, como mucho, prueba una segunda vez para ver si te ha pillado en un día malo. Pero no tienes las indicaciones correctas, y volverás a pifiarla. Y así hasta que aparezca alguien que te enseñe a disfrutar de verdad en horizonral, y esa persona no puede ser otra que una asidua al 'sexo vainilla'.

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Esta clase de relaciones sexuales son muy simples, tanto que todo el mundo se olvida de ponerlas en práctica. En el 'sexo vainilla' no hay azotes, látigos ni palabras obscenas. Tampoco hay posturitas ni acabas con decenas de agujetas al día siguiente. Hay conexión, química, contacto, besos, trasmisión de emociones y orgasmo asegurado.

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En el 'sexo vainilla' triunfan las posturas sencillas, como el misionero. Ambos lo hacen como si de verdad se quisieran (oye, si se aman pues mejor que mejor), mirándose durante las penetraciones y haciéndolo abrazados. Las manos de ambos recorren el cuerpo del otro. Todo ello multiplica la sensación de conexión con el compañero sexual, motivando así que el clímax sea mucho más intenso y espectacular.

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En esta modalidad no hay sumiso ni dominante. Es un intercambio de placer de igual a igual, donde el cuerpo y la mente de ambos se funden en uno. Es la clase de sexo que suelen dominar los hombres maduros. El coito natural, sin colorantes ni artificios. El de toda la vida. Es tan simple como el placer por el placer. Para los más jóvenes, lo decimos claro: no se trata de follar, sino de hacer el amor (aunque no exista dicho sentimiento).

Los mejores amantes lo dominan

Los hombres que son un diez en la cama (y las mujeres, todo sea dicho), dominan a la perfección el 'sexo vainilla', por eso pueden permitirse el lujo de 'jugar' en ocasiones a 'Cincuenta sombras de Grey'. En el sexo todo cabe, pero primero uno tiene que aprender a disfrutar de las relaciones sexuales y luego puede pasar a divertirse (atar a su pareja, sacar el arsenal de juguetes, disfrazarse...).

Para que nos entendamos: imagina que te apuntas a clases de bailes latinos. Es una variedad muy carnal, pasional y sentimental. Puedes aprenderte los pasos, pero hasta que no sientas de verdad este tipo de baile, y lo entiendas, no podrás practicarlo nunca. Con el sexo ocurre lo mismo: si no eres capaz de sentirlo, nunca serás un buen amante, lo sentimos pero es así.

Los hombres que son un diez en la cama dominan a la perfección el 'sexo vainilla', por eso pueden permitirse el lujo de 'jugar' a '50 sombras de Grey'

Este es justo el problema que tienen los más jóvenes. Los hombres menores de 35 años, por norma general, bailan bajo las sábanas pero no sienten la música y mucho menos a su pareja. Saben los pasos y el desarrollo de la coreografía. Dominan la práctica pero les falla la técnica, y eso es justo lo más importante.

Los hombres maduros, que han pasado la barrera de los 40, entienden un poco mejor de qué va el tema. Saben tratar a una mujer, saben hacer el amor. ¿Su truco? El tiempo, la práctica y que son de la vieja escuela, aquella en la que el 'sexo vainilla' era la norma general. Actualmente, la creencia que abunda entre los más jóvenes (y los mayores que aún no han aprendido), es que con el simple hecho de dominar el Kamasutra y poner a la mujer de mil posiciones, te hace ser bueno en la cama, cuando más bien eso es solo un complemento.

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Con ellas ocurre más o menos lo mismo. Según van cumpliendo años, las mujeres van disfrutando más de sus relaciones. De hecho, está constatado que es a partir de los 35 años cuando ellas tienen los mejores orgasmos de su vida. ¿Por qué no antes? Porque no han aprendido a disfrutar del sexo, en toda su amplitud.

Esperemos que hayas capatado el mensaje: el 'sexo vainilla' es que tienes que dominar, tanto para enamorar como para hacer disfrutar a la otra persona y a ti mismo. Cuando lo hayas comprendido, puedes pasar al siguiente nivel y hacer una posturita nueva cada día. Pero hasta entonces, practica el 'vainilla'. Te va a ir mucho mejor.

¡Dale!

Eres Don Posturitas. Te sabes al dedillo la guía del Kamasutra, te van los azotes y el sexo duro. Viste demasiado porno en la adolescencia (y aún ahora a tu edad), y todavía crees que el número de acrobacias que haces en la cama es directamente proporcional a tu competencia sexual. Ay, amigo, estás muy lejos de ser el amante que toda mujer quiere tener entre sus sábanas.

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