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El sorprendente éxito de la universidad serbia: por qué gasta tan bien el dinero
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ASCIENDE AL 1 EN EL 'RANKING' UNIVERSITAS 21

El sorprendente éxito de la universidad serbia: por qué gasta tan bien el dinero

Un nuevo 'ranking' ha aupado por primera vez a esta república al primer puesto, desbancando a Reino Unido. Intentamos entender las claves de este peculiar ascenso

Foto: Biblioteca de la Universidad de Belgrado. (CC/Zoran Cvetkovic)
Biblioteca de la Universidad de Belgrado. (CC/Zoran Cvetkovic)

Los aficionados a los 'rankings' universitarios saben que los hay de todo tipo. Quizá el Universitas 21 no sea el más conocido, puesto que no trata esa útil herramienta de promoción en clasificar los centros en función del rendimiento o empleabilidad de los alumnos, sino que señala cuáles son las naciones que mejor emplean la inversión económica. Un concepto en el que, tradicionalmente, Reino Unido ha sido la campeona.

Quien haya echado un vistazo a la edición de este año se habrá llevado una sorpresa: en la tabla de naciones ajustada según el producto interior bruto de cada país muestra que Serbia ha escalado a la primera posición, desbancando a los ingleses, que caen al segundo puesto. La antigua república yugoslava es, por lo tanto, el país que mejor emplea su capital económico en conceptos como el impacto de su investigación académica, los niveles de empleabilidad de sus licenciados o el número de matrículas universitarias.

Junto con Tailandia, Argentina, Chile, Turquía, Irán y Colombia, es uno de los países TACTICS

Su posición cambia cuando no se tiene en cuenta el PIB del país, ya que desciende hasta el puesto número 39 en rendimiento absoluto. Sin embargo, a diferencia de otros países en una situación emergente similar, tanto el gasto como los logros de Serbia son altos. Es uno de los países clasificados como “TACTICS”, es decir, aquellos que están llamados a convertirse en estrellas en la educación global. Se trata de Tailandia, Argentina, Chile, Turquía, Irán, Colombia… y el país que nos ocupa.

El secreto está en la pasta

¿Qué es lo que distingue a este país, que suele obtener altas puntuaciones en matemáticas en el programa PISA? Como explicaba en un artículo de la publicación universitaria 'Times Higher Education' Martina Vukasovic, profesora serbia de Sociología de la Universidad de Gante, la mayor parte del crecimiento universitario se produjo durante los años 90. A partir de 2005, el sistema universitario se expandió por la asimilación al mismo de muchos institutos de post-secundaria.

La visión que ofrece a El Confidencial Jelena Filipovic, jefa del Departamento de Estudios ibéricos de la Universidad de Belgrado, tampoco es precisamente romántica. Como explica, las restricciones económicas que ha vivido la República durante casi tres décadas –Serbia es uno de los países con el PIB más bajo de la región con 36,51 miles de millones en 2016– ha provocado que hayan aprendido a ser “ingeniosos”: “Cuando organizamos conferencias, sabemos cómo pedir y motivar a los colegas para que nos ayuden sin recompensa económica o nos apoyamos en nuestros estudiantes a todos los niveles y les ofrecemos posibilidades para trabajar con nosotros por mérito académico”.

Otro factor importante que explica este sorprendente acceso son las conexiones que el país balcánico mantiene con otras naciones europeas, y que es favorecido por los altos niveles de emigración del país. El informe 'Higher Education in Serbia' de la Comisión Europea mostraba la existencia de programas como el Fondo para el Talento Joven o Tempus que promueven la salida de los estudiantes a los países de la Unión Europea. Serbia ha firmado 21 acuerdos bilaterales con países de distintas regiones, la mitad de los cuales forman parte de la UE.

Se nos ha visto arrastrando botellas de agua y 'snacks' para los participantes de las conferencias desde un supermercado cercano

Esta extensa red de relaciones con el extranjero es fundamental, en opinión de Filipovic. “Tenemos buenas conexiones por todo el globo, lo que hace posible que podamos publicar investigaciones de gran calidad en nuestras propias revistas, al mismo tiempo que nos permite editar fuera de aquí estudios basados en investigación de vanguardia”. La profesora se refiere a la gran diáspora de la academia serbia” para explicar cómo la presencia de investigadores de dicho país en todo el mundo facilita estos intercambios.

Durante los años 90 se produjo una fuerte ola de emigración de carácter político y económico de trabajadores con un alto nivel de formación: los datos recogidos en el informe 'Migration in Serbia: a Country Profile 2008' mostraban que alrededor de 2.298.352 serbios, el 4,9% de la población total, habían emigrado, muchos de ellos jóvenes y con un alto nivel de formación. El documento recordaba que el Plan de Acción Nacional por el Empleo y la Estrategia Nacional por el Empleo había intentado contrarrestar la fuga de cerebros favoreciendo la movilidad geográfica de los trabajadores y solucionar el paro juvenil mejorando los niveles de formación, especialmente de los refugiados.

Más allá de eso, las palabras de Filipovic muestran que lo que desde fuera puede parecer una optimización de recursos que encantaría a aquellos que consideran que el gasto educativo es innecesario, se trata más bien de una fórmula DIY ('do it yourself') para sobrevivir a duras penas. No solo por el hecho de que muchas veces, como reconoce, tengan que sustituir los salarios de los colaboradores en proyectos académicos por créditos, sino también porque “se nos ha visto arrastrando grandes cantidades de botellas de agua y 'snacks' para los participantes de las conferencias (a veces cientos) desde un supermercado cercano, llevar nuestro propio equipo a las presentaciones, pedir a los restaurantes locales, editoriales y tiendas donaciones, también para publicar libros y monografías…”.

El 'ranking' de la rentabilidad

Las palabras de la profesora nos advierten ante los espejismos de la rentabilidad económica, que puede pasar por aprovechar la abundancia de recursos, pero también por estrujar al máximo hasta el último de los céntimos de los que se dispone. También que las estadísticas pueden ser engañosas: la caída de Reino Unido a la segunda posición se debe, como explica Ross Williams, de la Universidad de Melbourne y principal responsable del estudio, al incremento del PIB en Reino Unido.

Esto es llamativo si nos fijamos en cómo cambia el listado si atendemos a la comparación con el PIB o los resultados absolutos. En este último caso, el top es el siguiente:

Y este es el top cuando se ajusta el PIB:

Los aficionados a los 'rankings' universitarios saben que los hay de todo tipo. Quizá el Universitas 21 no sea el más conocido, puesto que no trata esa útil herramienta de promoción en clasificar los centros en función del rendimiento o empleabilidad de los alumnos, sino que señala cuáles son las naciones que mejor emplean la inversión económica. Un concepto en el que, tradicionalmente, Reino Unido ha sido la campeona.

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