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Varoufakis vuelve con el vídeo que muestra cómo es la gente de la troika y del BCE
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una rueda de prensa muy reveladora

Varoufakis vuelve con el vídeo que muestra cómo es la gente de la troika y del BCE

El ex ministro de finanzas griego regresa con nuevo libro, "¿Y los pobres sufren lo que deben?". Y habla de "el mejor documento visual del déficit democrático de la UE"

Foto: Varoufakis en Madrid, en febrero de 2016. (Reuters/Sergio Pérez)
Varoufakis en Madrid, en febrero de 2016. (Reuters/Sergio Pérez)

El nuevo libro de Yanis Varoufakis, que publica hoy Deusto bajo el título de '¿Y los pobres sufren lo que deben?' (una cita de Tucídides, “Los fuertes hacen cuanto pueden y los pobres sufren lo que deben”), ofrece un buen repaso al pasado y presente de la Unión Europea y de su Banco Central, a quienes el ex ministro de finanzas griego acusa de despolitizar la política y de tecnocratizar el dinero, convirtiéndose así en un nuevo sistema autoritario. Además de explicar por qué necesitamos un Plan B, el nombre que ha dado a su iniciativa para cambiar la UE, y de describir como ineficientes y perjudiciales las políticas económicas que las autoridades de Bruselas están trazando (“es alquimia a la inversa, convierten el oro en plomo”), incluye algunas anécdotas significativas.

Una de ellas es la visita a Dublín de Klaus Masuch, quien fuera hasta hace poco el representante del BCE en la delegación de la troika. Visitó Irlanda en 2012 para entrevistarse con representantes del gobierno y de las finanzas, tras el rescate que había tenido lugar dos años antes. El problema de fondo fue que los bancos irlandeses pidieron prestadas grandes cantidades de dinero a bancos extranjeros y que prestaban a su vez a promotores inmobiliarios. Pero cuando el sector comenzó a fallar, producto de la crisis, y los precios se desplomaron, las empresas comenzaron a no devolver los préstamos, lo que provocó que las entidades irlandesas incumplieran a su vez con los bancos internacionales. Una de ellos, el Anglo-Irish Bank, colapsó. Como explica Varoufakis, una situación no muy diferente de las cajas españolas, que habían sufrido los mismos males: pedir dinero a entidades foráneas para colocarlo en la construcción y luego encontrarse con que no podían devolverlo.

¡O saneáis a los acreedores alemanes de la banca comercial irlandesa, incluido un banco que fue cerrado, o vais a ver!

Los irlandeses se habían visto obligados a pedir el rescate europeo para hacer frente a las deudas de sus bancos, un hecho que Varoufakis describe así en el libro: “En un gesto que permanecerá en los anales irlandeses como un estigma comparable a la hambruna de la patata, el gobierno de Dublín sucumbió al chantaje del BCE: ¡O saneáis a los acreedores alemanes de la banca comercial irlandesa, incluido un banco que fue cerrado y que, por tanto, ya no era sistémicamente importante para el sector financiero de Irlanda, o vais a ver!"

Tecnocracia en acción

En ese escenario, se produce la visita de Masuch. Tras las reuniones de rigor, acude flanqueado a una rueda de prensa para explicar la situación. Varoufakis la reproduce en su libro ya que entiende que es el mejor documento del déficit democrático de la UE y como una buena explicación de por qué la gente expresa cada vez más en las urnas su falta de confianza en las instituciones europeas. Existe vídeo de la rueda de prensa, cuyo transcurrir, reproducido en '¿Y los pobres sufren lo que deben?' es este:

Masuch: “La actitud del pueblo irlandés, por lo que he podido ver, y yo tengo una perspectiva limitada, es muy buena. Estoy impresionado por la profundidad de las discusiones en Irlanda y por el nivel de comprensión de los argumentos financieros y económicos complejos… Cuando vengo del aeropuerto en el taxi, los taxistas están muy bien informados y creo que eso es un muy buen síntoma de que ha habido un diálogo abierto. Es un proceso difícil de ajuste, pero hay un debate económico y es así como debe ser.

En el turno de preguntas, Vincent Browne, un experimentado periodista irlandés, le formula una cuestión que Varoufakis califica de “asesina”.

Browne: Klaus, ¿le contó su taxista lo indignada que está la gente de que estemos obligados a pagarles a los propietarios de bonos sin garantía miles de millones de euros por deudas de las que los irlandeses no tenemos nada que ver, ni ninguna responsabilidad, principalmente para rescatar o para asegurar la soberanía de los bancos europeos? ¿Y si su taxista le hubiera hecho esta pregunta, cuál habría sido su respuesta?

¡Pero no responde usted al tema que le pregunto! Nos piden que paguemos por un banco difunto sin que los irlandeses obtengamos ningún beneficio

Masuch: Le habría dicho que puedo entender que se trata de una decisión difícil que ha sido tomada por los gobiernos, pero que hay una serie de temas distintos que hay que sopesar, y que entiendo que el gobierno llegó a la conclusión de que el coste para el pueblo irlandés, para la estabilidad del sistema bancario, la confianza en el sistema bancario, habría sido mucho mayor para el contribuyente que la acción que usted menciona... El sector financiero habría quedado afectado, la confianza en el sector financiero habría quedado afectada negativamente y puedo entender que se ha tratado de una decisión difícil, la que se tomó en esta dirección.

Browne: ¡Pero no responde usted al tema que le pregunto! Nos piden que paguemos por ese banco difunto de una manera que no tiene ningún beneficio para el pueblo irlandés, miles de millones de bonos sin garantizar con el fin de asegurar la salud de los bancos europeos. ¿Cómo explicaría usted la situación al taxista que ha mencionado antes?

Están interviniendo, provocando un enorme daño y exigiendo que paguemos. ¿Por qué se carga sobre el pueblo irlandés toda esa responsabilidad?

Masuch: Creo que ya he respondido a la pregunta.

Browne: No, no ha respondido. Usted ha hecho referencia a la viabilidad de las instituciones financieras. La institución de la que yo hablo está hoy desaparecida. Ya no está. Está acabada. Entonces, ¿por qué se pide al pueblo irlandés, bajo la amenaza del BCE, por qué se le pide que pague miles de millones a tenedores de bonos bajo la amenaza del BCE?

Masuch: ... (Murmura algo inaudible)

Browne: No ha respondido usted a mi pregunta antes, tal vez quiera responder ahora.

Masuch: …

"Para qué enviar a sicarios si puedes mandar a alguaciles”, dijo Brecht. En la era de la troika, Europa envía a tecnócratas trajeados

Browne: ¡Eso no basta! Ustedes están interviniendo en esta sociedad, provocando un enorme daño exigiéndonos que paguemos, no en beneficio de la gente de aquí, en Irlanda, sino para el beneficio de las instituciones financieras europeas. Tiene que responder usted a mi pregunta: ¿Por qué se carga sobre el pueblo irlandés toda esa responsabilidad?

Masuch: Creo que ya he respondido a la pregunta…

Browne: ¿No tiene nada que decir ¿No hay respuesta? ¿Es eso? ¿No responderá?

Masuch: Le he dado una respuesta…

Browne: Me ha dado una respuesta a una pregunta distinta.

Moderador: Esa es su opinión.

Browne: ¡Es mi opinión y será también la del taxista!

Incapaz de silenciar al infatigable periodista, Masuch recogió sus papeles y abandonó la sala con el rabo entre las piernas.

La conclusión de Varoufakis es la siguiente: “Bertolt Brecht bromeó una vez, a través de uno de sus personajes, diciendo que 'la fuerza bruta está pasada de moda. Para qué enviar a sicarios si puedes mandar a alguaciles'. En la era de la troika, Europa le dio otra vuelta de tuerca a su ocurrencia empleando a tecnócratas trajeados, como el señor Masuch, para hacer ese papel”.

El nuevo libro de Yanis Varoufakis, que publica hoy Deusto bajo el título de '¿Y los pobres sufren lo que deben?' (una cita de Tucídides, “Los fuertes hacen cuanto pueden y los pobres sufren lo que deben”), ofrece un buen repaso al pasado y presente de la Unión Europea y de su Banco Central, a quienes el ex ministro de finanzas griego acusa de despolitizar la política y de tecnocratizar el dinero, convirtiéndose así en un nuevo sistema autoritario. Además de explicar por qué necesitamos un Plan B, el nombre que ha dado a su iniciativa para cambiar la UE, y de describir como ineficientes y perjudiciales las políticas económicas que las autoridades de Bruselas están trazando (“es alquimia a la inversa, convierten el oro en plomo”), incluye algunas anécdotas significativas.

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