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El secreto para triunfar en un hedge fund señala lo que te espera en tu trabajo
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El secreto para triunfar en un hedge fund señala lo que te espera en tu trabajo

Parece sorprendente, pero una de las cosas que más se valoran en el sector financiero es ese hilo que une masculinidad, cuidado del cuerpo y rendimiento. Un estudio lo explica

Foto: Tener una imagen determinada es lo que permite sentirte el centro del mundo. (iStock)
Tener una imagen determinada es lo que permite sentirte el centro del mundo. (iStock)

La insistencia con que las grandes empresas relacionan en los últimos tiempos la salud, la condición física y el bienestar con el rendimiento en el trabajo está dando forma a nuevas exigencias laborales. El ámbito de los fondos de cobertura lo demuestra especialmente,como se señala en 'Built to last: ageing, class and the masculine body in a UK hedge fund', un estudio realizado por Leanne Cutcher, de la Universidad de Sidney y Kathleen Riach, de la Monash University, ya que el especial interés por el cuidado del cuerpo, nacido del ideal masculino que se estila en la City, conlleva estrategias indisimuladas para no ser señalado en el trabajo como alguien ineficiente o poco adecuado: como un perdedor.

Como parte del sector financiero, los fondos de cobertura suelen estar mayoritariamente compuestos por hombres de clases medias altas, aunque en el contexto londinense se dio una nueva perspectiva que, a partir de la década de los 80, abrió las puertas a los llamados “chicos de la carretilla”, jóvenes de clase baja que fueron descritos como “gente desarraigada con gran interés en mejorar sus perspectivas económicas y exhibir el éxito conseguido en sus trajes, casas, coches y mujeres”. Esta mezcla de diferentes procedencias sociales terminó por reforzar el comportamiento hipermasculino del sector, tanto en los ritos de iniciación de la nueva plantilla como en las conductas que se entendían aceptables en la oficina y en el 'after-work'.

Musculoso y sin grasa

El enlace entre la masculinidad, el cuidado del cuerpo y el rendimiento queda atado a través de un discurso peculiar, pero cada vez más frecuente. El ejercicio no se considera un tiempo de relajación tras el intenso esfuerzo cerebral que se realiza en el trabajo, sino una exhibición de los rasgos de la destreza competitiva, una extensión de las características necesarias para pelear en ese mundo tan combativo en el que los fondos de cobertura se desenvuelven. Tener un cuerpo musculoso y sin grasa da la impresión de que se está preparado para el combate, de que se poseen las cualidades físicas y mentales para ser un buen guerrero en un mercado que esta dividido en dos únicas categorías, los ganadores y los perdedores. El chute de adrenalina que se puede sentir durante la actividad física intensa es similar al de la lucha cotidiana por el rendimiento.

Todo esto tiene que ver con tu aspecto, sólo se fijan en eso, y las cosas van bien mientras no engordes o tengas barriga

El ejercicio competitivo y su producción de un cuerpo “listo para trabajar” es una práctica común en la cultura de los fondos de cobertura. Ben, un empleado de 32 años de una de estas firmas, que fue entrevistado para el estudio, afirmó que “toda esta mierda tiene que ver con tu aspecto, eso es lo único de lo que se dan cuenta, y todo va bien mientras no engordes o tengas barriga”. Connor, un trabajador de 35 que hace mucho deporte, aseguraba que “siempre les cae alguna burla a los que no se cuidan un poco”. El ejercicio era parte del programa diario de los contratados por este tipo de empresas, e incluso solían cubrirse durante los periodos de menos trabajo para poder ir al gimnasio. Finn (44 años) señalaba orgulloso que “cuando hago ejercicio, me siento mejor. A veces simplemente te sirve para pasarte una hora sin pensar, pero en otras ocasiones vuelves recargado, con energía, e inmediatamente ves algo nuevo en el mercado”.

Gestionando tu salud

Algunos de estos empleados cuentan con un historial familiar lleno de enfermedades: los genes de sus padres y abuelos no parecían ser de especial calidad, por lo que la preocupación por la salud es notable. Es usual hablar en reuniones o en Facebook de amigos de la escuela que están sufriendo graves problemas médicos, algo que no evitan comentar en absoluto. Ambas cosas les sirven como recordatorio permanente de que hay que gestionar la propia salud de un modo muy activo, y más aún cuando las frecuentes tensiones de la City pueden derivar en enfermedades con cierta facilidad. Aidan (37), un habitual del gimnasio que comenzó a trabajar en la City tras terminar sus estudios, señalaba cómo necesitaba hacer más ejercicio a medida que se hacía mayor: “Tener una vida saludable es más importante cuando vas cumpliendo años, porque es mucho más fácil que contraigas una enfermedad. Hay que reducir algunas cosas y hace más esfuerzo físico”.

Se hacen muy pocas concesiones a quienes “se han resignado a vida de mediana edad” o parecen “haber sido derrotados por el mercado”

Los entrevistados que sobrepasaban los treinta años, quienes habían experimentado la vida en la City en los 90 y los primeros 2000, conocían bien los excesos que aquel escenario aparejaba. Alex (52 años), quien había sido definido por otro empleado como “un caballero de la vieja escuela”, aseguraba que “en aquel momento había un montón de tentaciones para portarse mal, ya fuera en forma de alcohol, drogas o estilo de vida”. En la actualidad, sin embargo, los traders se preocupan mucho más de cuidar sus cuerpos como estrategia de prolongación de su tiempo en el mercado laboral.

La edad en sí misma no es considerada como una razón para dar un paso atrás en la carga de trabajo, y hay muy pocas concesiones en ese sentido que se hagan a quienes “se han resignado a la mediana edad” o parecen “haber sido derrotados por el mercado”, como los califica Luca (25 años). En consecuencia, aunque algunos 'traders' admiten sentirse “diferentes” con el paso de los años, todos intentan que los demás no les perciban como cansados, distraídos o descentrados, cualidades que se asocian a una falta de rendimiento típica del proceso de envejecimiento. “Todo el mundo dice que se querría retirar a los 30, pero ese no es mi caso. No soy ese tipo de persona que puede sentarse a no hacer nada”, asegura Luca. En realidad, ese control sobre el yo, ese sentirse activo y listo para el trabajo es percibido como un activo y como parte del éxito personal, de modo que quienes no encajan en ese modelo son considerados como deficitarios, trabajadores carentes de las cualidades necesarias para sobrevivir.

Hechos para durar

Los resultados del estudio demuestran que los trabajadores de más edad han ido adquiriendo con el tiempo un "petate disposicional" que les ayudaba a desenvolverse en la precariedad laboral que supone envejecer en un contexto que rechaza a los mayores. Mientras la mayoría de las personas tienden, cuando cumplen años, a poner una distancia entre su yo y el “envoltorio físico”, los traders ven una relación directa entra una cosa y otra. Estar en forma es algo esencial porque revela de modo inmediato que son profesionales robustos y firmes.

Todos son conscientes de que hacerse viejo implica connotaciones negativas en cuanto a la competencia profesional del 'trader'

Sus cuerpos, como ellos, están “hechos para durar”, como asegura uno de los entrevistados para el estudio, algo que se logra invirtiendo tiempo y dinero, esfuerzo y recursos, pero siempre que éstos sean percibidos como aceptables por el resto de 'traders'. Por ejemplo, las sesiones en el gimnasio o los deportes de equipo están socialmente aceptados, pero el uso de productos cosméticos no, por lo que, si se utilizan, nunca se comenta con los compañeros. Esta tarea de pelear contra los años es cada vez más exigente, porque los signos del envejecimiento comienzan a hacerse inmediatamente visibles, por lo que la inversión de tiempo en este terreno aumenta con el tiempo. Todos son conscientes de que hacerse viejo implica connotaciones negativas en cuanto a la competencia profesional del 'trader'.

A pesar de que la innovación tecnológica convierte el 'trading' en una actividad puramente sedentaria, o quizá por ello, el aspecto físico y el cuidado del cuerpo se han vuelto mucho más importantes en el entorno de los 'hedge funds', como en el propio sector financiero y, en general, en el trabajo en las firmas de servicios profesionales. La imagen es entendida como la mejor definición de la capacidad laboral, lo que lleva a los 'traders' a emplearse duro en el deporte para que sus cuerpos puedan encarnar el ideal hipermasculino de la City. Se convierten en lo que Pierre Bourdieu llama un “cuerpo-para-otros”, un retrato inmediatamente visible de la "idea que se quiere dar de uno mismo”.

La insistencia con que las grandes empresas relacionan en los últimos tiempos la salud, la condición física y el bienestar con el rendimiento en el trabajo está dando forma a nuevas exigencias laborales. El ámbito de los fondos de cobertura lo demuestra especialmente,como se señala en 'Built to last: ageing, class and the masculine body in a UK hedge fund', un estudio realizado por Leanne Cutcher, de la Universidad de Sidney y Kathleen Riach, de la Monash University, ya que el especial interés por el cuidado del cuerpo, nacido del ideal masculino que se estila en la City, conlleva estrategias indisimuladas para no ser señalado en el trabajo como alguien ineficiente o poco adecuado: como un perdedor.

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